El tema estrella del pacto entre el PSOE y ERC para la investidura de Salvador Illa es el cupo pero también dedica varios puntos a la exigencia del conocimiento del catalán y a su promoción. Como en el programa con el que concurrieron a las elecciones catalanas el pasado 12 de mayo, los de Esquerra vinculan su política lingüística a la inmigración.
En sus propuestas electorales, hacían suya la exigencia de Junts de que la Generalitat tenga competencias plenas en este asunto, un compromiso que Pedro Sánchez asumió el pasado 10 de enero a cambio de la abstención de los de Carles Puigdemont en los Reales Decretos-leyes anticrisis y ómnibus, del que no ha habido más noticias.
"Relanzar los mecanismos de acogida, enseñanza y dinamización lingüística para personas adultas para hacer frente efectivamente tanto al reto migratorio como a las necesidades del conjunto de la población, reforzando la dotación económica y personal del Consorcio para la Normalización Lingüística", dice el pacto firmado el pasado 30 de julio, que quiere "potenciar la concertación local, con los agentes cívicos y sociales implicados y con los ayuntamientos, para impulsar el catalán como lengua de acogida, así como la concertación social, incluyendo el catalán en los cursos de políticas activas de empleo y formación continua como a materia y garantizar su uso normal como lengua vehicular".
El acuerdo de investidura también apunta a los hijos de los inmigrantes, para lo que recoge que el Departamento de Educación "orientará a los centros, de acuerdo con los datos sociolingüísticos disponibles, en la aplicación de metodologías de inmersión lingüística en lengua catalana para que el alumnado de contextos en los que la lengua habitual y familiar no es el catalán tenga la oportunidad de aprenderla en igualdad de condiciones".
Del acuerdo con Junts de enero no trascendió un texto oficial más allá del comunicado de los independentistas. De manera parecida al debate generado ahora con el cupo, que el Gobierno niega haber pactado, entonces desde el Ejecutivo se intentó descafeinar el contenido.
La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, afirmó que su partido había pasado "una pelota de gol" al Govern con la cesión de las competencias en inmigración pactadas con el PSOE: "Se ha pasado una pelota de gol a la Generalitat y nosotros esperamos que la Generalitat marque ese gol", dijo en Rac1.
Según Nogueras, la cesión plena de las competencias de inmigración se hará mediante "una ley orgánica a partir del artículo 150.2 y se hará delegando las competencias plenas": "Nuestro país está preparado para asumir un tema en el que el Gobierno español no ha estado a la altura", aseguró.
El programa de ERC
Ahora esta pelota puede jugarla ERC, que en su programa electoral promete lograr la transferencia de todas las competencias y los recursos para "garantizar la cohesión social, los derechos humanos y la construcción nacional".
Con este fin, se quiere el traspaso de todos los fondos estatales y europeos destinados a la acogida de inmigrantes.
Su modelo pone el foco en el catalán como "vehículo de inclusión", como estipula el pacto de investidura de Illa.
"Hasta que no se consigan las competencias plenas" en inmigración, ERC promete exigir la derogación de la Ley de Extranjería y promover una "ley de movilidad humana" en la que se desarrolle un marco que facilite la obtención de permisos de residencia para conseguir la nacionalidad por residencia en un máximo de cinco años.
También pretenden exigir el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) para "poner fina a la práctica ilegal de las devoluciones en caliente y las deportaciones" y el cumplimiento de las sentencias que "obligan a cumplir con el derecho de asilo".
El objetivo final es una república catalana en la que "serán nacionales todas las personas que residan en Cataluña en el momento fundacional" si tienen la voluntad de adquirir la nacionalidad catalana, añaden.
Cisma en la izquierda
El objetivo compartido con Junts de asumir plenas competencias se desarrolla de manera diferente, ya que ERC se centra en la acogida, con una gestión plenamente independiente y en catalán, eso sí, frente al sesgo de control de la inmigración de los de Puigdemont.
Las exigencias de ERC pueden generar problemas al PSC y podrían trasladar al Govern el enfrentamiento que se vive ahora mismo en el Gobierno central entre el PSOE y Sumar.
"Seguir las mismas recetas en migración que la derecha es un fracaso y un error. Nuestras políticas tienen que ser de acogida y de solidaridad, no de deportaciones masivas. Hablamos de derechos humanos". Así ha salido de su letargo este jueves en X la vicepresidenta segunda del Gobierno y cabeza del ala minoritaria de la coalición, Yolanda Díaz, en torno al debate migratorio.
Sumar se desmarca así de la intención de Sánchez de intensificar las deportaciones de los migrantes irregulares y pone el foco en la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que, apoyada por 700.000 personas y admitida a trámite por todos los partidos salvo Vox, se tramita en el Congreso para regularizar a 500.000 personas que trabajan en España sin papeles, es decir, de manera irregular.
El presidente del Gobierno declaró este miércoles en Dakar (Senegal), la tercera y última parada de su gira por África de tres días, que es "imprescindible" expulsar a los migrantes irregulares de España. Un discurso inédito en el PSOE y que lo lleva a adoptar las tesis ya aceptadas por el grueso de partidos socialistas de Europa. Una 'vía Scholz' de la que apostataba antes de ayer el Gobierno.
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