Cuando parecía que la izquierda a la izquierda del PSOE en Andalucía avanzaba hacia una candidatura conjunta, un frente amplio que ayude a arrebatar al PP el Gobierno de la Junta, una sombra amenaza con dinamitarlo todo. Según fuentes moradas conocedoras de lo que se está cociendo al Sur de Despeñaperros, el líder de Más País, Íñigo Errejón, está maniobrando para impedir la fusión de los suyos allí con sus antiguos compañeros de Podemos. El entorno de Errejón lo niega y reitera que "decidirán los territorios".
Errejón elude responder sobre su futuro electoral, centrado en liderar su proyecto pese a tener las puertas de la plataforma de Díaz abiertas. Es más, este jueves se apoyó en la propia Díaz para echar balones fuera: “El otro día le preguntaron a la ministra de Trabajo por las próximas elecciones. Y dijo una cosa con la que estoy profundamente de acuerdo. Dijo: ’Mire, yo creo que ahora la cosa es suficientemente grave, la situación política es suficientemente grave, como para que suspendamos cualquier otro cálculo electoral".
Lo cierto es que según las fuentes consultadas, el paso que dieron este lunes representantes de Unidas Podemos por Andalucía y Andaluces Levantaos, la marca de Errejón, que acordaron "crear equipos técnicos para seguir avanzando en el proceso de colaboración" se dio por parte de Esperanza Gómez, la líder del partido de Errejón en Andalucía, quien no consultó con su jefe en Madrid. Eso sí, pronto desmintió que el partido hubiera llegado a una pacto que encierre una candidatura conjunta.
Pero el mero encuentro en el que se fraguó el pacto provocó este jueves la dimisión de media ejecutiva del partido de Errejón en Andalucía, una corriente crítica llamada 'Recupera Más País'."La corriente Recupera continúa con su posición crítica con la actual dirección, ahora con la intención de promover la democratización del partido y la superación del mal ambiente que se está extendiendo por la organización", trasladaron en una nota.
En verdad, la izquierda andaluza tiene voluntad de acuerdo. Sabe que los comicios autonómicos, aún sin fecha concreta aunque se celebrarán sí o sí este año, son el gran laboratorio que testará las opciones del espacio del cambio en el resto de España. Según ha sabido Vozpópuli, los partidos están de acuerdo en casi todo. El gran escollo es el cabeza de cartel. Cada fuerza juega sus bazas para "colocar a los suyos", como recalcan las fuentes consultadas. Aunque Errejón no esté para nada con la cabeza puesta en eso.
La pelea por ser candidato
Dentro de Unidas Podemos hay una pelea entre los 'comunes' y Podemos porque la rama catalana de los morados, como adelantó este diario, maniobró para situar como candidato al exrival de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE en 2014 José Antonio Pérez Tapias. La figura del exsocialista no gustó nada en la sede morada, que además consideró el juego de los 'comunes' como un intento de ganar peso en el espacio tras la salida de Pablo Iglesias. Tampoco en Izquierda Unida, un partido que aborrece a cualquier persona con pasado socialdemócrata.
Entre medias, Podemos está potenciando a su diputado por Cádiz, Juan Antonio Delgado, quien hace poco más de una semana colgó un vídeo en Twitter presentándose como un guardia civil andaluz y de izquierdas. El movimiento se considera dentro del espacio como una toma de posición, aunque él mismo no aclara si realmente quiere ponerse al frente. El problema es que dentro de Unidas Podemos, en sectores de Izquierda Unida, no le ven el candidato idóneo, ya que no está desarrollando su carrera política en Andalucía. Y, además, no es una mujer. "No puede ser que la única candidata sea Macarena Olona, de Vox", zanjan estas fuentes.
Por eso, según las fuentes consultadas, Esperanza Gómez, de Más País y a las órdenes de Errejón, estaría tomando posiciones. Ella sería la conexión de los 'errejonistas' con sus antiguos aliados a cambio del primer puesto de la lista. No obstante, en Podemos tienen claro que quien más tiene que decir sobre el futuro candidato es la líder del espacio en Moncloa, Yolanda Díaz. Y, sobre todo, las bases de las fuerzas de izquierda.
El problema Díaz
El problema sigue siendo la vicepresidenta segunda. Díaz se dejó caer por Andalucía por primera vez desde que llegó al Gobierno hace poco menos de un mes. La titular de Trabajo llegó de la mano de los sindicatos para explicar la reforma laboral en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Cada vez que tiene ocasión recurre a su logro para presentarse ante el electorado de izquierdas. No hay que olvidar que la líder del espacio morado en el Gobierno se está apoyando en las organizaciones sindicales para conformar su "proceso de escucha".
Ahora la guerra en Ucrania ha trastocado los planes políticos de Díaz, quien ha paralizado su proceso de escucha tras anunciar que lo iniciaría "esta primavera". Aunque antes echó un jarro de agua fría a las expectativas creadas acerca de que Andalucía fuera la primera plaza donde poner a prueba el tirón de su marca. Ella misma dijo que no llegaba a tiempo de conformar un frente amplio antes de que los andaluces acudan a votar.
Más allá de que Podemos e Izquierda Unida fragüen un frente amplio con la marca andaluza de Errejón, lo cierto es que quien ya ha rechazado participar es la anticapitalista Teresa Rodríguez. La traumática ruptura de una de las corrientes fundadoras de Podemos se debió a la entrada morada en Moncloa con el PSOE, toda una traición para las bases más radicales de la izquierda.
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