España

Errejón desata una cacería contra la portavoz de Sumar en el Congreso: "El grupo parlamentario es un polvorín"

Fuentes del grupo de Yolanda Díaz lamentan las "flojas" intervenciones de Marta Lois. La vicepresidenta tiene al fundador de Podemos en el ostracismo y este intenta ganar foco

Íñigo Errejón ha desatado una cacería contra la portavoz de Sumar en el Congreso, Marta Lois. Las fuentes consultadas en el grupo de Yolanda Díaz lamentan sus "flojas" intervenciones. La vicepresidenta segunda tiene al fundador de Podemos en el ostracismo y este intenta ganar foco. Según ha sabido este diario, Errejón desencadena aplausos de sus colegas diputados en las intervenciones a puerta cerrada, mientras que Lois no engancha, porque no es capaz de articular buenos discursos.

Sumar, compuesto por ocho partidos en el Congreso, tiene un grupo parlamentario que "es un polvorín" según lo definen a este diario fuentes conocedoras de la interna del partido. Las críticas a Lois están amplificadas por el sector afín a Errejón. El objetivo del líder de Más País es intentar ganar peso a costa de la caída de Lois, politóloga de la estricta confianza de Yolanda Díaz. No obstante, estas mismas fuentes no creen que los ataques a la portavoz de la formación fucsia vayan a más.

Lo cierto es que Errejón intenta hacerse fuerte en Sumar, entre otros motivos, por el auge de su adversaria Mónica García, catapultada al Ministerio de Sanidad por Yolanda Díaz. "Suele entrar al despacho a Vendrell con asiduidad", explica a este diario una fuente parlamentaria del partido. Precisamente el ahora coordinador de Sumar y ex jefe de gabinete de la vicepresidenta segunda ha decidido poner fin a su etapa con Díaz. Según ha sabido este diario, Vendrell prefiere poner distancia de Díaz, que está en una fase muy intensa de su despliegue político. Vendrell, un fontanero duro según le describen quienes le conocen, será quien ponga orden en el gallinero de Sumar.

El equipo de Yolanda Díaz

El control del Errejón sobre las acciones de Sumar al principio de la campaña fue incontestable. Y así lo reconocen varias fuentes del nuevo partido de la vicepresidenta segunda. La vicepresidenta segunda se rodeó de un grupo cerrado que cada vez va más por libre. En el programa, según las fuentes consultadas, fueron determinantes el recién nombrado ministro de Cultura, Ernest Urtasun; la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop y el ex de Podemos y ministro de Derechos Sociales Pablo Bustinduy. Eso sí, la estrategia fue cosa de tres: del gurú de discurso de Yolanda Díaz, Rodrigo Amírola, del propio Urtasun y de Errejón. El líder de Más País movió los hilos y, además, se desenvolvió mediáticamente como responsable de las medidas del Gobierno de coalición.

Errejón se quedó sin ministerio. Y eso le tiene dolido tras perder la batalla frente a Mónica García. Pero Errejón debe cuidarse también. Cabe recordar que el reparto de fuerzas dentro de Sumar quedó así tras el 23-J: Movimiento Sumar, el partido nave, logró 10 diputados; Podemos, 5 al igual que IU y En Comú PodemCompromís, 2, como Más País, y Més y la Chunta Aragonesista, con 1 cada uno. 

La situación interna del grupo es, por tanto, una bomba de relojería que amenaza con reventar la dinámica de entendimiento en caso de que se den cuotas ministeriales a partidos con menos poder interno. Esa es una de las claves para entender por qué algunos exdirigentes de Podemos se lanzan a degüello contra Errejón y el alma de izquierda dócil que creen que representa.

La pelea

Los morados han puesto el ojo en Íñigo Errejón y en Mónica García porque en Podemos ha habido, en efecto, cierto recelo por quiénes han pilotado la campaña de Sumar y quiénes han diseñado el programa electoral con el que Yolanda Díaz se sometió al examen de las urnas. Los morados han roto de facto con Sumar en busca de un tú a tú con el PSOE, ya que el resultado de las elecciones está por debajo de lo que logró Pablo Iglesias hace cuatro años, aunque la propia Díaz les recordó que ellos obtuvieron solo un millón de votos el 28-M. Pero Podemos tiene otro dilema: debe calibrar, según las fuentes consultadas, hasta dónde lleva su conflicto con Díaz. Por ahora, el partido tiene intención de presentarse a las europeas por su cuenta, ya que el país funciona como circunscripción única. "Será la mejor forma de demostrarle a Sumar el peso de Podemos", sintetiza una fuente morada.

Los morados no han superado aún la traumática ruptura de Vistalegre II que dividió al partido en dos y terminó provocando la escisión de Más Madrid. Íñigo Errejón sigue enturbiando la mirada que el partido de Ione Belarra (y Pablo Iglesias) tiene sobre la política española y sobre Sumar. Podemos siempre ha sido muy receloso sobre los movimientos de su cofundador. Tras la figura del líder de Más País subyace un conflicto más formal que ideológico, aunque las últimas propuestas de Sumar no han sentado bien.

Y ese conflicto es el mismo que subyace respecto a Yolanda Díaz. No por casualidad, el exlíder de Podemos Pablo Iglesias dijo que la vicepresidenta segunda estaba más cerca de Más Madrid que de su partido. Pero no se trata de algo ideológico, sino de una cuestión formal. Los morados lamentan que tanto Errejón como Díaz se esfuercen en ser una suerte de marca blanca del PSOE aceptable para la élite. En Podemos molesta que solo ellos sean el rostro enfadado, fuerte y duro que dice las cosas como son. Por eso creen que hay una concertación entre Yolanda Díaz y el PSOE para destruirles.

Cabe recordar que a Errejón le costó sumarse a los planes de Díaz. El líder de Más País vivió una encrucijada. Un sector de la izquierda a la izquierda del PSOE sigue viendo a quien fue fundador de Podemos como uno de los egos a los que se refirió Díaz y que amenazan con espantar a la ministra de Trabajo. Pero en este tiempo, Errejón parece haberse dado cuenta de que solo podrá respirar políticamente junto a la vicepresidenta. En su momento, solo su aliada en Madrid, Mónica García, vio con buenos ojos integrarse en la plataforma de Díaz. Y su partido estuvo sumido en dudas y discrepancias por la entente con la ministra de Trabajo que, irremediablemente, supondría la cohabitación con Podemos. Toda una patata caliente.

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