La nevera, al igual que cualquier otro invento, está planteado al milímetro. Su objetivo es almacenar la comida a la temperatura más óptima para evitar que estos se estropeen y ralentizar el crecimiento de bacterias en ellos. Cada balda y estante está pensada para guardar y ayudar a conservar diferentes alimentos. Para saber cómo hacer un uso correcto de este electrodoméstico hay que tener en cuenta cómo funciona. El ciclo de refrigeración de un frigorífico hace que el frío del interior pase de estado líquido a gaseoso. Este proceso se denomina "evaporación" y se encarga de enfriar la nevera.
No obstante, es bastante común cometer ciertos errores a la hora de ordenar la comida en el refrigerador. Desde guardar alimentos que no deberían ir hasta ordenarlos donde no van: estos son los cuatro errores más comunes.
Los cuatro errores más comunes al ordenar la nevera
Antes que nada, hay que tener en cuenta que poseer la mejor nevera del mercado no te va a asegurar que tus alimentos se vayan a conservar mejor. Hacer una organización óptima sí.
Uno de los errores más comunes es qué alimentos deben ir y cuáles no. Hay varias hortalizas y frutas que guardamos en el frigorífico y no deberían ir. Las patatas, tomates, ajo, zanahorias, calabacín, cebollas y plátanos, entre otras, se conservan mejor en el exterior, sobre todo si estos no están maduros aún. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las frutas que deberían ir en la nevera son las manzanas (a partir de los siete días), albaricoques, frutos rojos, uvas, higos y la fruta cortada. En cuanto a verduras, judías verdes, brocoli, alcachofas, verduras de hojas -como la lechuga- y champiñones, entre muchas otras.
Otro de los errores que más se suelen cometer es sobrecargar los estantes de la puerta. Esto dificulta la circulación del aire, provocando que la comida no se enfríe correctamente y que pueda deteriorarse más rápidamente.
Cada compartimento de la nevera está diseñado para conservar un tipo de alimentos específicos. No se puede guardar cualquier cosa en cualquier balda como si estuviésemos jugando al Tetris. En la parte superior deben colocarse aquellos alimentos que estén listos para comer, platos preparados y conservas abiertas; como cremas de verdura o botes de garbanzos. En los compartimentos intermedios van huevos, lácteos, productos precocinados y embutidos.
En la balda inferior, lo óptimo sería ubicar carnes, pescados y mariscos, ya que es la parte más fría de la nevera. Los cajones inferiores están pensados para almacenar las frutas y hortalizas. Y, finalmente, la puerta es ideal para conservar mantequillas, mermeladas, salsas y bebidas.
Otro error típico es tener algún alimento que se está empezando a deteriorar, especialmente si es fresco como una fruta o una hortaliza. Tener un alimento que está comenzando el estado de putrefacción, aunque todavía no esté 'totalmente malo', puede contaminar aquellos comestibles en buen estado que estén en contacto con este. Es por esto que es muy importante saber aprovechar la comida que nos queda. Hay distintas aplicaciones y espacios webs destinados a ayudarte a buscar un uso óptimo de los alimentos. 'My Real Food' es una de ellas.
En esta aplicación, con una base de datos 100% independiente creada por expertos nutricionistas, puedes escanear tus alimentos y, además de averiguar sus propiedades y su puntuación, puedes descubrir diferentes recetas compartidas por otros usuarios. Otra de las funciones que tiene es un seguimiento de la alimentación que llevas para saber si cumples con el objetivo de salud deseado. La aplicación enseña no sólo las calorías y macronutrientes consumidos sino también cuánta comida real comes cada día.
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