Los siete secretarios generales que dimitieron el pasado 3 de noviembre de la dirección de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) han lanzado un “lobby de presión” -así se autodefinen- para “hacer efectiva” la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017 y cumplir con la “voluntad popular” que, según ellos, surgió del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
La plataforma se llama Donec Perficiam, un lema en latín que significa “hasta conseguirlo” y que acuñó la Guardia de corps del rey Carlos de Austria que combatió contra el bando de los Borbones en la Guerra de Sucesión española y que el revisionismo nacionalista considera una suerte de guerra de secesión de Cataluña contra el entonces reino de Castilla.
Sus promotores exhiben su desencanto con los partidos independentistas con representación parlamentaria y hacen un llamamiento a buscar “políticos valientes y dispuestos a hacer efectiva la independencia”. A su juicio, JxCat, ERC y la CUP están sujetos a otros “intereses más allá de los del país” que imposibilita poder culminar el procés separatista.
División en la ANC
Este malestar con la renuncia de facto a la vía unilateral de los partidos independentistas fue lo que motivó su salida de la ANC. La presidenta, Elisenda Paluzie, y el resto de secretarios se resistieron a presionar a ERC, JxCat o la CUP en la dirección de aplicar el “mandato del 1-O”. Si en los años álgidos del plan rupturista, la entidad separatista se atrevía a presionar al Ejecutivo catalán, ahora se halla desorientada, incapaz de tomar la iniciativa ante la falta de unidad de los partidos.
Por si esto fuera poco, la inminencia de elecciones en la región ha acentuado estas discrepancias, ya que los escindidos consideran que si no hay una lista unitaria o un punto común en los programas electorales de las formaciones separatistas para avanzar hacia la secesión se perderá otra oportunidad para volver a poner el desafío separatista en la agenda política.
Además de estos siete exsecretarios de la ANC -Laura Camp, Jordi Roset, Lluís Maynau, Pep Fort, Àlex Roca, Esther Sancho y Lluís Torrent-, les acompañan otros "octubristas" (en referencia a los hechos de octubre de 2017) y “unilateralistas” que coinciden en que “hay que crear una plataforma transversal y efímera con un único objetivo: lograr la Independencia de Cataluña".
Se postulan para "hacer de observadores y explicar cuáles son los partidos que no están dispuestos a renunciar a sus propios objetivos políticos” y “hacer realidad el mandato del pueblo catalán” en caso de que “las fuerzas independentistas suman el 50% más 1 de los votos emitidos".
De momento, ERC y JxCat han decidido ignorar sus presiones. Y parten con ventaja, ya que el universo independentista -sobre todo el que apela por la vía unilateral- se encuentra muy fragmentado. La eclosión de nuevas iniciativas o plataformas que buscan, sin éxito, su ascendencia sobre la clase dirigente catalana es constante. Pero las riñas dentro del Govern y la crisis sanitaria han dado un vuelco de 180 grados al panorama político catalán.
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