Los pasos de Jesús P.H. estaban siendo investigados desde hace tiempo por los agentes de la Policía Nacional. El principal sospechoso del asesinato de la que fuera su pareja Juana Canal hace 19 años tenía pinchado su teléfono móvil desde el mes de septiembre. En los últimos días se había puesto nervioso y dejó indicios en sus declaraciones, según adelantan fuentes de la investigación a Vozpópuli.
Este miércoles los agentes decidieron actuar y detenerle en su casa en Fuente El Saz (Madrid). Llevaban desde el mes de septiembre escuchando sus conversaciones telefónicas. En un primer momento se mostró como un padre y un marido ejemplar lejos de los focos de la investigación. "No soltaba prenda", confiesan estas fuentes policiales.
Nerviosismo en las últimas semanas
El registro en el domicilio donde vivía con Juana Canal en la calle Boldano de Madrid y la recuperación de más restos óseos y tejidos en Ávila en las últimas semanas fueron un punto de inflexión. Se había puesto nervioso y dio más indicios a los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional.
Los investigadores tienen sospechas de lo que pudo pasar la noche del 22 de febrero de 2003 en el número 2 de la Calle Boldano en el barrio de Pueblo Nuevo. Juana Canal vivía en ese inmueble con Sergio, el mayor de sus hijos, y Jesús, el que por entonces era su pareja. Precisamente Sergio no pasó la noche en casa. Dejó en su casa la cartera, dinero y todas sus pertenencias lo que levantó las sospechas de los agentes de Ciudad Lineal que recogieron la denuncia.
Un golpe en la cabeza
Los agentes sospechan que Juana murió de forma violenta por un traumatismo en la cabeza en su domicilio en Madrid. Su cadáver posteriormente fue transportado, con ayuda, a la finca de Navaluenga (Ávila) y después sus restos fueron depósitados en el camino rural a cinco kilómetros del pueblo.
El registro en la casa de los padres de Jesús, en ese término municipal, se prolongarán hasta la mañana de este jueves. Esta finca, que lleva en desuso desde hace años, es una casa de campo lejos de las miradas indiscretas de los vecinos de la zona.
Más detenciones
El pase de Jesús a disposición judicial se prolongará las 72 horas que marcan la ley ya que los agentes buscan que confiese su participación en el crimen. Tampoco se descarta que se practiquen más detenciones en las próximas horas ya que ven complicado que él solo hubiera desplazado el cuerpo hasta Ávila.
El abogado de SOS Desparecidos y letrado de la familia, Juan Manuel Medina, ha explicado a Vozpópuli que los allegados de Juana Canal tienen la "total y absoluta" confianza en que los investigadores van a esclarecer el crimen y detener a las personas implicadas en él. "Van a pagar sus actos", ha afirmado.
Jesús P.H. recorrió durante los últimos años las fiestas de los pueblos de la Comunidad de Madrid. Después de trabajar como camarero decidió adquirir un camión de perritos calientes con el que se desplazaba a los festejos patronales. En sus redes sociales no ha recordado la desaparición de Juana Canal ni los avances en la investigación.
Siempre en el centro de las sospechas
Las sospechas de los investigadores siempre habían permanecido en este hombre. El día siguiente de su desaparición, el hijo de Juana Canal encontró una carta escrita por Jesús. "Tu madre y yo hemos tenido una fuerte discusión y ha salido corriendo. He salido en su busca, pero no la he encontrado". Desde ese momento se denunció la desaparición de Juana pero no se encontraron pista.
La desaparición de Juana Canal estuvo aletargada hasta que a finales del 2019 un senderista localizó en Ávila unos restos óseos en una zona rural. En concreto era un fémur y un cráneo que fueron analizados por el Servicio de Criminalista de la Guardia Civil.
Estuvo ausente dos días desde que desapareció Juana
Uno de los puntos más complicados del caso es que su novio denunció a Juana Canal dos días de su desaparición por un delito de malos tratos. Ese periodo de tiempo estuvo totalmente ausente y sin participar en la búsqueda de su pareja. Los agentes que revisaron el caso constataron que tenía una herida sangrante en uno de sus brazos por lo que pasó a ser el principal sospechoso, según informan fuentes policiales.
A pesar de esta circunstancia, los años pasaron y el caso no tuvo avances lo que ha sido un auténtico quebradero de cabeza para los agentes de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional. Los agentes tenían hasta el mes de febrero para practicar las diligencias ya que la desaparición iba a prescribir.
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