10.000 niños se han quedado sin plaza en las escuelas infantiles de la ciudad de Madrid. Un problema que ha puesto al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, contra las cuerdas no sólo por el hecho como tal, ya de por sí preocupante, sino porque el consistorio lo hizo público, argumentando que habían tenido un problema técnico, un día después de ganar las elecciones. Muchos han criticado que haya atrasado la publicación de los datos hasta pasados los comicios porque es "un movimiento electoralista" para ocultar los datos que le perjudican.
Más allá de si era el momento adecuado o no, surge la siguiente duda: ¿qué está pasando, si en España no paran de cerrar escuelas infantiles porque no hay suficientes niños? La realidad no es ni tan negra ni tan blanca como parece, aunque efectivamente desde el propio Ayuntamiento asumen que ha habido un desfase en la cantidad de niños que se han quedado sin plaza.
Lo primero y más importante, como señala el portavoz de la Federación Nacional de Centros de Educación Infantil (FENACEIN), Juan Martín-Maestro, es tranquilizar y ser conscientes de que "todos esos niños no se van a quedar sin escuela". "El dato es muy relativo. La mayoría de familias piden plaza en varios centros, por varios motivos. Que no hayan conseguido plaza en la red municipal no significa que no tenga plaza en la red de la comunidad o en la privada", señala Martín-Maestro, miembro de la Federación, ajena al Ayuntamiento.
Esto se explica por las becas que da el Ayuntamiento de Madrid para colaborar con las escuelas de la red privada. Es decir, el consistorio puso en marcha hace ya unos años una serie de ayudas para que aquellos padres que soliciten una plaza en un centro de la red pública y que, por la limitación de plazas, no la consigan, puedan acceder a una plaza en una guardería privada, que tienen una oferta mucho mayor. Pero esas becas, sólo se pueden conseguir si se había solicitado plaza en un centro público del Ayuntamiento y se es rechazado.
Además, explican tanto desde FENACEIN como desde el Ayuntamiento, al que Vozpópuli ha contactado para preguntarle por el asunto, las familias suelen pedir plaza en al menos dos centros (en muchos casos incluso en tres: uno del consistorio, otro de la Comunidad, y otro de un centro privado). Es decir, que si hay 10.000 niños que no han entrado en los centros del Ayuntamiento no significa que no tengan plaza: probablemente lo hayan hecho en la Comunidad o en un centro privado con una beca del consistorio, que pese a ello, sí son conscientes de que la cifra ha aumentado.
De hecho, como ejemplo de ello, los datos: desde que se anunciaron las becas, el número de solicitudes ha aumentado considerablemente.
La paradoja de las escuelas infantiles
Pese a la crisis concreta que ha generado este dato de los 10.000 niños que se han quedado sin plaza, que en realidad no es para tanto teniendo en cuenta que realmente no serán tantos porque sólo refleja las plazas de las escuelas infantiles del Ayuntamiento y porque aproximadamente 1.000 terminarán ocupando las plazas que finalmente no ocupen niños con discapacidad (hay un cupo de plazas fijas que se tienen que reservar para estos niños; si finalmente no se ocupan, se abren al resto), la realidad es que las escuelas infantiles sufren una paradoja: muchos niños se quedan sin plaza, a la vez que muchos centros tienen que cerrar porque no tienen suficientes niños.
Por ello, el sector está "al límite" y en una situación "bastante ruinosa", así lo definen los representantes del sector. Se trata de un problema que afecta a toda España, aunque comunidades como Andalucía o Canarias se ven especialmente perjudicadas. "En nuestro país, hay 160.000 vacantes vacías", explican. Y todo mientras los niños siguen esperando su plaza.
¿El problema? Que no hay un mapa de necesidades ¿La solución? Aprovechar las infraestructuras ya existentes en los centros privados. Esto es: por diversos, la natalidad ha descendido notablemente. Además, el 'boom' del teletrabajo, las nuevas bajas por paternidad y la pandemia han provocado que muchos padres, durante los últimos años, hayan optado por no llevar a sus hijos a las guarderías. Por lo tanto, hay muchas escuelas infantiles que se han quedado vacías, sin niños con qué llenarlas.
Como consecuencia, al bajar la demanda, la mayoría de padres optan por las públicas, y así consiguen ahorrar. Pero esto provoca que en zonas más saturadas, las escuelas de la red municipal y autonómica se llenen sin dar servicio a todos. Es por ello que desde el sector reclaman que se aproveche las infraestructuras ya creadas de escuelas privadas, a través de conciertos, para solucionar tres problemas: desaturar las zonas más complicadas, facilitar el acceso a una escuela en barrios más necesitados y evitar que se cierren escuelas.
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