Aviones militares y capacidades de defensa antiaérea de la OTAN se dan cita en Rumanía en un ejercicio que tiene por objetivo ensayar la capacidad de defensa ante un posible ataque aéreo a un país aliado. España participa en unas maniobras que ponen a prueba la respuesta de la organización y su coordinación en un escenario de crisis. Tras la invasión de Rusia a Ucrania, la Alianza advierte: “Nos aseguraremos de poder defender cada centímetro del territorio aliado contra cualquier amenaza”.
El ejercicio celebrado este jueves 28 en Rumanía ha concentrado a una veintena de aeronaves militares, entre cazas de combate, aviones cisterna y de alerta temprana, que han simulado una intromisión de un país enemigo en territorio aliado. También se han desplegado sistemas de defensa aérea basados en tierra y controladores aéreos tácticos.
España ha integrado sus capacidades en el ejercicio junto a militares procedentes de Bélgica, Francia, Alemania, Rumanía, Reino Unido y Estados Unidos. La OTAN pule la interoperabilidad de las naciones aliadas a través de diferentes ejercicios en los que se simulan diversos escenarios de riesgo; más aún desde que Rusia invadió Ucrania, desatando una guerra convencional -enfrentamiento directo entre dos ejércitos- en el corazón de Europa.
El objetivo del ejercicio celebrado en Rumanía es demostrar la preparación de la OTAN para “planificar, coordinar y ejecutar” una “misión multinacional compleja” para proteger a los países aliados ante “cualquier amenaza o ataque potencial”. En concreto, los aviones militares y los sistemas de defensa antiaérea han ensayado como desactivar las defensas aéreas de un adversario.
La Alianza defiende que el ejercicio se lleva a cabo en cumplimiento con las leyes y normas internacionales. Pero lanza una advertencia: “En respuesta a la guerra de Rusia contra Ucrania, la OTAN ha fortalecido significativamente su defensa y disuasión, incluso aumentando nuestra presencia en la parte oriental de nuestra Alianza, con más tropas, mayor preparación y más aviones de patrulla”. Todo ello para defender “cada centímetro” de territorio aliado.
España también ha aumentado su despliegue militar en diversos puntos estratégicos ante la amenaza rusa, en consonancia con la OTAN. Las Fuerzas Armadas han duplicado su presencia en países bálticos y en el Mediterráneo, tanto por tierra, mar y aire, en zonas de operaciones que ya existían antes de la invasión rusa a Ucrania, pero que ahora adquieren una especial trascendencia.
En concreto, España participa en la misión de Presencia Avanzada Reforzada en Letonia, con 600 efectivos, carros de combate y, desde hace unas semanas, con una batería antimisiles. En el Mediterráneo, la Armada mantiene el submarino Tramontana y la fragata Almirante Juan de Borbón, cuyas dotaciones suman unos 270 efectivos, para mantener la seguridad en la región. Y el Ejército del Aire vigila el espacio aéreo de los países bálticos ante las constantes irrupciones de aviones rusos que no cumplen con el plan de vuelo establecido.
El mensaje de Rusia
El estallido de la guerra de Ucrania ha movido todas las piezas del tablero. Suecia y Finlandia, ante la amenaza rusa, sellaron en Madrid su compromiso se incorporarse a la OTAN, tras desbloquear el veto que imponía Turquía. Los países aliados manifestaron su intención de aumentar su presupuesto de Defensa; España ya estudia las vías para alcanzar el 2% del PIB al término de esta década. La Alianza considera que Vladimir Putin no debe salir victorioso de la guerra y estudia las diferentes vías para apoyar a Ucrania en sus labores de defensa.
Por su parte, Rusia culpa a los países occidentales de entrometerse en sus asuntos y amenaza directamente con una “ampliación de la zona de conflicto” en caso de que no dejen de apoyar a Ucrania. Así lo manifiesta la embajada rusa en España a través de sus cuentas oficiales.
Los expertos y analistas militares coinciden en que la guerra de Ucrania no tiene un horizonte cercano para el cese de las hostilidades. Y que Rusia busca una serie de victorias estratégicas -probablemente vinculadas a la anexión de territorios ucranianos- que le sirva para justificar una guerra que, en principio, pretendía ser eficaz y directa en la deposición de Volodímir Zelenski y en la derrota total de Kiev.
Mientras tanto, la OTAN se prepara ante cualquier posible escenario, con ejercicios en los que pone a prueba sus capacidades de defensa. Incluso frente a un posible ataque aéreo a uno de sus aliados, como ha hecho en Rumanía.
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