Desde Irak hasta el golfo de Guinea, pasando por la Antártida. El tablero geopolítico de España ha sufrido una grave sacudida por culpa del coronavirus. El Ministerio de Defensa trabaja en un plan de contingencia para cada una de sus misiones internacionales; ninguna de ellas se libra de las embestidas de la pandemia. Ya se han replegado tropas de cinco misiones en el exterior y se analiza la situación de las que están en suelo africano. En Mali ya se han suspendido las actividades de adiestramiento.
La expansión del coronavirus se ha convertido en el mantra que se repite en las reuniones del Mando de Operaciones, órgano dependiente del Estado Mayor de la Defensa que gestiona las misiones militares en el exterior. El rey Felipe VI y la ministra Margarita Robles han acudido en persona a sus dependencias para ser informados de la situación de los despliegues internacionales.
El Ministerio de Defensa estudia el futuro de las misiones en suelo africano. Toda decisión, en cualquier caso, se adoptará en coordinación con los aliados internacionales, señalan fuentes militares. El caso más representativo es el de Mali, donde hay cerca de 300 militares españoles adiestrando y asesorando a las tropas locales en su lucha contra el terrorismo. La Unión Europea optó por suspender esta actividad, dejando en el aire la presencia del contingente de las Fuerzas Armadas. Ya se ha detectado un positivo entre las filas del personal europeo que participa en la operación.
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— eutmmali (@eutmmali1) April 8, 2020
El escenario maliense es delicado. Sólo en el mes de marzo se han registrado 151 muertos entre civiles y militares, según los datos Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. España considera que Mali forma parte de su frontera avanzada y que la contención de la actividad yihadista en la región evitará que avance hasta el extremo norte de África, pero los adiestradores españoles permanecen de brazos cruzados tras suspenderse sus actividades.
El Ejército español también está presente en República Centroafricana y en Somalia. En ambos países se han registrado casos de coronavirus, poniendo en riesgo las misiones. Más sensible, si cabe, es la situación de Mogadiscio: tres militares europeos permanecen aislados como “medida de precaución”. Menos riesgo corren las misiones del Ejército del Aire, que no reducen su actividad de apoyo a las capacidades aéreas de transporte de otros países aliados.
Otras misiones afectadas
Hay preocupación por la operatividad de las misiones. En algunas de ellas ya se han tomado decisiones drásticas. Como adelantó Vozpópuli, se ordenó el regreso de 200 militares españoles desplegados en Irak tras anularse el adiestramiento de las tropas locales en su lucha contra el yihadismo para evitar el contagio. La misma decisión se adoptó en Afganistán, con el repliegue de 65 efectivos. Las dos misiones, por la dificultad del terreno y la implicación con países y organizaciones aliadas, son de las más simbólicas para las Fuerzas Armadas.
Asimismo, el Ejército de Tierra se vio obligado a echar el cierre a su misión en la Antártida unos días antes de lo previsto. Los militares tenían previsto regresar por vía aérea desde Argentina o Chile, pero sus planes se frustraron por el cierre de las conexiones de ambos países con España. Acortando los plazos, encontraron un avión comercial desde Brasil para regresar a territorio nacional.
A estas tres misiones, hay que sumar el cierre precipitado de dos misiones en las que participaba la Armada Española. El buque de investigación oceanográfica Hespérides, que también se encontraba en la Antártida, regresó a España un mes antes de lo previsto. También el buque de acción marítima Audaz, que tenía previsto regresar de su labor de seguridad cooperativa en el Golfo de Guinea el 31 de julio pero que ya navega rumbo a España, informa ABC.
Misiones que han sufrido severos contratiempos. Pero no son los únicos despliegues en los que ha habido problemas a causa del coronavirus. El Ejército del Aire también repatrió a los militares y aviones que había enviado a Estados Unidos para participar en el ejercicio aéreo Red Flag. Y la fragata Blas de Lezo, que escoltaba a una fuerza aeronaval francesa, volvió este miércoles al puerto de Ferrol tras detectarse un positivo entre los militares del país vecino.
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