La Cumbre de la OTAN en Madrid arrojó una conclusión clara: el Sahel africano es un escenario de máxima prioridad para la Alianza, toda vez que Rusia extiende su área de influencia y los terroristas lo han convertido en su principal campo de operaciones. Y España, por su proximidad física, mantiene un especial nivel de alerta ante las crecientes inestabilidades.
España se encuentra con dos nombres propios que a día de hoy tienen una proyección en términos de seguridad casi opuesta. Por un lado, Mali, sacudido por las asonadas militares y la creciente influencia de Rusia. Las Fuerzas Armadas españolas participan allí en una misión de más que incierto destino. Por el otro, Mauritania, que en fechas recientes ha estrechado lazos con nuestro país en cuestiones de seguridad. No en vano, fue nación invitada a la Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro López Calderón, se desplazó esta semana hasta Nuakchot para "explorar nuevas iniciativas de cooperación" militar. Dos países limítrofes que viven situaciones muy diferentes.
La situación que se vive en Mali roza el colapso. El país africano se erigía como una barrera de contención ante un cóctel de inestabilidades y amenazas. A saber, la lucha contra organizaciones criminales, los flujos migratorios incontrolados y, principalmente, contra el terrorismo yihadista. Al Qaeda del Magreb Islámico y grupos afines se hacen fuerte en el norte del país, donde las estructuras de Estado apenas tienen presencia.
Francia, ONU y Unión Europea proyectaron diversas misiones militares en Mali, pero su influencia está en claro retroceso. Varias razones han abierto la brecha entre las fuerzas occidentales y las autoridades malienses. Por un lado, la escasez de avances significativos en las diferentes misiones militares. Por otro, las continuas asonadas castrenses y la inestabilidad en los gobiernos del país africano. La gota que colmó el vaso fue la irrupción de los mercenarios rusos de Wagner, un factor desestabilizador no deseado en cualquier zona de operaciones que, además, supone un mayor alineamiento con el Kremlin.
Francia ya ha anunciado la retirada de sus tropas en la operación Barkhane, una fuerza de choque directo contra los terroristas. La Unión Europea -también España, en consonancia- reduce gradualmente sus efectivos sobre el terreno. ¿Y la ONU? Las autoridades malienses han detenido esta semana a 49 soldados de Costa de Marfil acusados de infiltrarse de forma ilegal en el país con intenciones maliciosas. El gobierno marfileño pide su inmediata liberación, asegurando que su llegada a Bamako se enmarcaba en la misión MINUSMA de la ONU. No ha habido entendimiento posible. De forma unilateral, Mali ha anunciado la suspensión de las rotaciones de Naciones Unidas.
Resulta cada vez más evidente que los objetivos marcados por occidente en Mali están lejos de cumplirse
Sin la presencia de Francia, las relaciones suspendidas con la ONU y la incertidumbre que rodea a la misión de la Unión Europea, resulta cada vez más evidente que los objetivos marcados por occidente en Mali están lejos de cumplirse.
España también ha vivido su particular crisis con el país africano, después de que el ministro José Manuel Albares dejase entreabierta la puerta a un despliegue de la OTAN sobre el terreno. El país africano recela de todo movimiento de la Alianza, al considerar que su intervención en Libia propició la llegada a Mali de las tropas próximas a Gadafi que ahora combaten junto a los tuareg por la independencia de los territorios del norte. Bamako llamó a consultas al embajador español y la diplomacia al servicio de Albares tuvo que desmentir su interés por una misión de la OTAN sobre el terreno.
De Mali a Mauritania
La otra cara de la moneda llega desde Mauritania, país limítrofe de Mali con el que España mantiene una estrecha relación militar. Las Fuerzas Armadas españolas y la Guardia Civil participan desde hace más de una década en actividades bilaterales de seguridad, instruyendo a las tropas locales en su lucha contra las inestabilidades que azotan la región. Actualmente doce militares del Ejército de Tierra imparten cursos a las tropas mauritanas de tiro de precisión y movimientos en zonas urbanas.
El JEMAD, almirante general Teodoro López Calderón, y el jefe del Mando Conjunto de Operaciones Especiales, general Ángel Herrezuelo Pérez, han visitado Mauritania esta misma semana. Allí han mantenido reuniones con el ministro de Defensa, Hanena Ould Sidi, y el Jefe de Estado Mayor General de las Armas, el general Mokhtar Bolle Chabaane. El Estado Mayor de la Defensa (EMAD) detalla que el viaje ha servido para “impulsar las actividades bilaterales de seguridad en curso” y “explorar nuevas iniciativas de cooperación”.
La sintonía con Mauritania es total. Las reuniones a las que ha asistido el JEMAD "han contribuido a reforzar los lazos y el compromiso mutuo por la seguridad en el Sahel", indica el Estado Mayor de la Defensa. El almirante general López Calderón se interesó "por las actividades en curso así como por su impacto en las capacidades operativas de las fuerzas armadas mauritanas" y por "las relaciones bilaterales entre ambos países".
Al igual que España, la OTAN también deposita su absoluta confianza en Mauritania. Quedó patente en la reciente cumbre de la Alianza en Madrid, al ser uno de los países invitados, junto a Jordania, para debatir sobre el futuro de la organización. Fuentes diplomáticas consultadas por Vozpópuli consideran que la presencia de los ministros de Exteriores de ambas naciones sirvió para apuntalar aún más el concepto de "flanco sur" recogido en el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, para combatir el terrorismo, los flujos migratorios incontrolados y la creciente influencia rusa en África.
La Alianza estudia nuevas fórmulas para combatir la crisis de seguridad en África. Fuentes de seguridad aseguran que buscará un acercamiento con países afines, aunque aún está por concretar de qué manera y en qué escenarios específicos. Sobre la mesa están las lecciones aprendidas por Francia, Unión Europea y ONU en Mali, en consecutivas misiones militares que por el momento no han alcanzado sus expectativas. Y en el horizonte, por el momento, se presenta Mauritania como un socio de máxima confianza.
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