Las explosiones de este jueves en Kabul y que se han cobrado cuantiosas víctimas mortales sorprendieron en el aeropuerto Hamid Karzai a un avión A400M del Ejército del Aire y a su tripulación inmersos en una nueva extracción de personal. El avión despegó tras el atentado, pero aún queda gente a la que evacuar del aeródromo: militares y policías, amén de un grupo indeterminado de civiles que lograron entrar en el recinto antes de los ataques. España estudia la vía más segura para sacar a todos de la capital afgana y trasladarlos a un lugar seguro, en una operación que se coordina con Estados Unidos y otras fuerzas occidentales, detallan fuentes de seguridad a Vozpópuli.
Todos los informes de inteligencia apuntaban a que los grupos integristas planeaban un atentado terrorista en la fase final de esta operación de evacuación, que suma ya más de 80.000 extracciones. Sendas explosiones sacudieron las inmediaciones del aeropuerto de Kabul. Fuentes oficiales del Ministerio de Defensa informaron de que no se registraron daños personales ni materiales entre el contingente que España tiene desplegado en el aeródromo. El avión del Ejército del Aire que se encontraba en el recinto consiguió despegar rumbo a Dubai para evacuar a las personas previstas para esa jornada.
La incertidumbre sostiene los últimos compases del plan de evacuación en que está inmerso occidente. Estados Unidos ha dado luz verde a su progresivo repliegue de Afganistán. Países como Alemania han anunciado que pronto darán por concluida su misión. España, por su parte, aún debe cumplir con más maniobras, al menos para sacar a los militares y policías que permanecen en el aeropuerto de Kabul. También a los afganos ‘embolsados’ en el recinto y que están bajo responsabilidad de las fuerzas españolas.
Coordinación con EEUU
El Ministerio de Defensa estudia la vía más segura para llevar a cabo las últimas extracciones. El Mando de Operaciones (MOPS) es el centro desde donde se coordinan todos los pormenores de la operación. “Cada cinco minutos surge un problema”, aseveraban fuentes implicadas en la misión tras una visita reciente de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Los atentados registrados sacuden por completo la frágil estabilidad sobre la que se desarrollaba la misión.
El objetivo principal es cerrar el proceso sin que se registre ninguna baja o haya heridos entre las filas propias. La cúpula militar analiza las diferentes opciones para cumplir con las extracciones. Fuentes de seguridad apuntan que los protocolos bajo los que hasta ahora operaban las aeronaves españolas seguramente se modifiquen tras el atentado. Se extremarán, si cabe, las medidas de seguridad. La cadencia de vuelos -tres al día- y sus horarios también pueden cambiar.
Todo depende de las reuniones de coordinación que implican a mandos de Estados Unidos y sus aliados, en las que España participa de forma activa. La única certeza que se maneja es que todos los militares, policías y afganos que ya se encuentran en el aeropuerto saldrán de Kabul. Falta saber cuándo y cómo. “Si la situación era volátil antes de los atentados, lo será mucho más en los próximos días”, inciden las mismas fuentes. Los informes de inteligencia no descartan que se registren más atentados a lo largo de los próximos días.
Los autores del ataque en Kabul
El modo de actuar indica que los talibán no son los autores de los ataques. El régimen afgano trata de mostrar durante estos días una imagen de moderación ante la comunidad internacional. Y aunque fueron inflexibles en la fecha límite para la evacuación -31 de agosto-, se descarta que durante ese periodo de tiempo acometan un ataque frontal contra las fuerzas occidentales presentes en el aeropuerto. Sí se registran tiroteos desde hace jornadas contra la multitud que se agolpa en el exterior de las instalaciones.
Los canales afines al Estado Islámico habían advertido en fechas recientes de que “los soldados del Califato están preparando una nueva fase en su yihad”, en referencia a Afganistán. Pese a que los talibán y las organizaciones terroristas yihadistas comparten muchos de sus principios integristas, mantienen posiciones enfrentadas sobre el liderazgo y su área de influencia. Estados Unidos señala al Estado Islámico Provincia de Jorasán, filial de Daesh en la región, como autor más probable de los atentados.
Las explosiones se han registrado en el acceso Abbey Gate del aeropuerto de Kabul, uno de los más concurridos por los afganos que tratan de salir del país, y en el hotel Baron, punto estratégico para los militares estadounidenses y británicos en su plan de extracción, muy cerca del aeródromo.
Las explosiones se cobraron decenas de víctimas mortales y heridos; entre los muertos, efectivos de EEUU, confirman fuentes oficiales del Pentágono.
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