A un lado y al otro del Estrecho, dos informaciones han puesto de relieve en las últimas semanas la tensión que se vive en la región por la soberanía de las islas españolas que reivindica Marruecos. Dos cuestiones relacionadas con Islas Chafarinas, donde el Ejército de Tierra mantiene un contingente militar permanente como medida de seguridad: por un lado, la supuesta puesta en marcha de una piscifactoría marroquí en las inmediaciones de este enclave; por otro, las conjeturas acerca de una posible instalación de misiles antibuque españoles en la isla. Todo ello en un contexto en que Madrid y Rabat tratan de cerrar las heridas diplomáticas abiertas tras el ingreso hospitalario en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y la posterior entrada de cerca de 10.000 personas en Ceuta por vías irregulares.
Las Islas Chafarinas están consideradas como un punto estratégico en materia de seguridad nacional, toda vez que está ubicada en pleno Mar de Alborán, con el Estrecho de Gibraltar al oeste y el Mediterráneo al este. Compuesto por tres islas -la de Isabel II, la del Rey Francisco y la del Congreso-, se sitúa a 1,9 millas náuticas (3,5 kilómetros, aproximadamente) de la costa de Marruecos, y a 27 de Melilla. La reaparición de su nombre es habitual en momentos de crisis diplomáticas entre Madrid y Rabat, junto a los de Ceuta, Melilla, los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas, así como el resto de islas de soberanía española ubicados en la región.
En las últimas semanas, también en un momento de tensión aún por resolver, le ha llegado el turno a Islas Chafarinas. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, dirigido por José Manuel Albares, presentó una queja ante Marruecos por la instalación de unas piscifactorías en aguas próximas al archipiélago, que supondrían una amenaza para la navegación y para el medio ambiente, según informó El País. Al mismo tiempo, el Ministerio de Transportes habría abierto un expediente a la empresa española que suministró el material a una empresa marroquí y lo instaló en la zona que suscita la polémica.
Una controversia que llegó hasta el Congreso de los Diputados, después de que representantes de Vox pidieran información sobre el asunto mediante iniciativa escrita remitida al Gobierno. La respuesta del Ejecutivo es esquiva y no se centra en los pormenores de la piscifactoría; se limita a afirmar que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación "no ha recibido ninguna solicitud ni comunicación de empresa alguna ni del Gobierno de Marruecos para la instalación de una piscifactoría en la zona a la que se hace referencia", pero sin hacer referencia al ámbito diplomático o a los movimientos gestionados desde Transportes.
¿Misiles apuntando a Marruecos?
Pero al otro lado del Estrecho se han escuchado otras informaciones relacionadas con Chafarinas con unos supuestos hechos más gruesos: la instalación de una batería de misiles antibuque Harpoon, de fabricación estadounidense, destinados a defender la soberanía de las islas a toda costa, con un alcance efectivo que amenazaría directamente a Marruecos. El titular ha saltado a blogs de información diplomática y de seguridad, así como a algunas cabeceras de ámbito generalista.
La información, no obstante, tiene difícil encaje en la actual configuración de la defensa de los enclaves españoles próximos a Marruecos. El Ejército de Tierra es el encargado de mantener una presencia militar constante en Islas Chafarinas, que se articula a través de un pequeño contingente que salvaguarda su soberanía y realiza informes sobre el estado de las instalaciones militares, hostigadas por las inclemencias meteorológicas de la región, la humedad y la sal del mar.
Los misiles Harpoon disponibles en las Fuerzas Armadas, no obstante, permanecen bajo control directo del Ejército del Aire y de la Armada. El Ejército del Aire los puede operar desde sus cazas de combate F-18 o desde tierra. Sin embargo, una supuesta instalación en Chafarinas requeriría una presencia constante de efectivos de esta rama de las Fuerzas Armadas, y en las islas por el momento sólo hay un despliegue del Ejército de Tierra. Los misiles Harpoon de la Armada Española, por su parte, se encuentran a bordo de diferentes buques militares, y su configuración no está pensada para proyectarlos desde tierra firme.
Todo ello no es óbice para que las Fuerzas Armadas proyecten el refuerzo de sus capacidades en los enclaves españoles próximos a Marruecos, pero no en los términos balísticos señalados. Como contó Vozpópuli, el Ejército de Tierra ha mejorado las comunicaciones en Chafarinas, Vélez de la Gomera y Alhucemas con la instalación de unas antenas específicas. También se está llevando a cabo un proyecto para subsanar las deficiencias estructurales detectadas en los complejos que albergan a los contingentes militares. Mandos del Ejército visitaron recientemente estos puntos para comprobar la evolución de las obras.
Dos episodios centrados en Chafarinas que evidencian que la tensión entre España y Marruecos aún no está resuelta... y que esta misma semana ha escrito un nuevo capítulo, después de que Rabat acusara al Gobierno español de incumplir las medidas sanitarias por el coronavirus y anunciar que mantendría las restricciones aéreas entre un país y otro.
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