La Policía Nacional solicitó colaboración a sus homólogos marroquíes para intensificar la vigilancia en la frontera con el objetivo de localizar los votos comprados por la trama de Melilla, según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli. Los primeros indicios de los agentes les hacían sospechar que los integrantes de la organización criminal trasladaron las sacas a Marruecos para evitar que las papeletas fueran confiscadas ante la presión policial.
Esta petición se produjo a la vez que la Delegación del Gobierno en Melilla reforzó la vigilancia en los puertos, aeropuertos y en las fronteras. En ese momento las investigaciones estaban muy avanzadas y los agentes de la UDYCO y la UDEF sospechaban que los votos fueran ocultados en el país vecino por los vínculos de los investigados.
Sus homólogos marroquíes aceptaron la solicitud española pero no hay noticias de que consiguieran incautar ninguna papeleta en su territorio. A pesar de ello sí que proporcionaron información a los agentes sobre las personas que investigaban, sus vínculos con Marruecos y también a qué zonas se habían desplazado en los últimos meses.
Se da la circunstancia de que la Policía sospecha que los captadores de voto buscaban en el reino alauí a personas que estaban empadronadas en Melilla pero no tenían intención de participar en las elecciones municipales del 28 de mayo. Una circunstancia que les convertía en un blanco fácil para los miembros de la organización.
Marroquíes empadronados en Melilla
En muchos casos estos grupos se encontraban en situación vulnerable y eran capaces de vender sus papeletas por el precio mínimo que ofrecía la trama: 50 euros. Fueron los primeros estamentos captados por los miembros de la organización criminal.
Tras conseguir con éxito su primer objetivo, decidieron reclutar por la calle a otras personas. Su último paso, ya a la desesperada, fueron las agresiones a carteros. Esta circunstancia, unida a las altas solicitudes de votos por correo, fue lo que desenmascaró a la trama.
El dispositivo policial desarrollado el pasado lunes y martes en la ciudad autónoma permitió la incautación de cerca de 2.000 votos. A esta cifra hay que sumarle las pequeñas requisas que se han ido consiguiendo a pequeña escala en el puerto y en otros controles establecidos a lo largo de Melilla.
Los votos perdidos destruidos
A pesar del esfuerzo de los investigadores aún se encuentran sin paradero cerca de 6.000 votos. Los agentes temen que ya hayan sido destruidos por los colaboradores de la organización criminal. El cierre del plazo de presentación de las papeletas en las oficinas de Correos ha dejado sin valor el trabajo de la trama. Por ello, los votos se han convertido en una prueba incriminatoria carente de beneficio económico.
Las fuentes policiales consultadas por Vozpópuli destacan el trabajo desarrollado por la Policía Nacional y la Guardia Civil en las últimas semanas. Sin ese dispositivo de seguridad el resultado del domingo en Melilla podría haber sido un auténtico fraude electoral. Los agentes de la UDYCO y la UDEF han estado varias semanas investigando todas las ramificaciones posibles de un entramado complejo debido a la cautela con la que desarrollaban sus actuaciones.
Los primeros indicios de esta organización criminal se encontraron cuando los policías estaban luchando contra la droga en las zonas más humildes de la ciudad autónoma. En varias escuchas telefónicas bajo autorización judicial los narcos explicaban el negocio de las elecciones. Llegaron incluso a trasmitir que se podrían conseguir muchos beneficios en una subasta con los partidos políticos locales.
'El lobo', el intermediario
Una vez comenzadas las diligencias centraron su objetivo en el conocido como Abdu, alias 'el lobo', el yerno del presidente de Coalición por Melilla Mustafá Aberchán. Sospechaban que este hombre ejercía de intermediario entre las dos ramas. Todo explotó el pasado martes con la detención de nueve personas, entre ellas, el consejero de Distritos de CPM Mohamed Ahmed Al-lal.
De forma paralela los agentes establecieron sendos dispositivos en Málaga y Barcelona por si los miembros de la trama intentaron trasladar la mercancía. El caso, que se encuentra bajo secreto de sumario, está siendo instruido por Juzgado de Instrucción número 2 de Melilla. No se descartan nuevas detenciones con el devenir de las diligencias y el análisis del material informático incautado.
Colaboración Madrid-Rabat
Fuentes de seguridad consultadas por este diario destacan la estrecha colaboración policial que hay ambos lados del Estrecho. Las autoridades españolas y las marroquíes mantienen un contacto fluido en sus comunicaciones, derivada en buena medida de cuestiones relacionadas con el terrorismo, el narcotráfico y la inmigración ilegal, tanto por vías terrestres como marítimas.
Esta colaboración policial se ha mantenido incluso en los peores compases de la crisis diplomática que han atravesado recientemente Madrid y Rabat, tras el ingreso hospitalario del líder del Frente Polisario en un hospital de Logroño. El episodio que quebró esa confianza mutua fue la irrupción de miles de personas por vías irregulares en Ceuta, bajo la connivencia de la gendarmería marroquí y como medida de presión diplomática por parte de Mohamed VI.
A pesar de esa irrupción masiva, los lazos de colaboración policial se han mantenido a uno y otro lado de la frontera. Prueba de ello han sido las detenciones de varios terroristas islámicos en España a partir de la información facilitada por las autoridades marroquíes.
El Gobierno de Pedro Sánchez cerró la crisis diplomática mediante una carta dirigida a Mohamed VI en la que, entre otros, reconocía los planes de soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, lo que suponía un giro de ciento ochenta grados respecto a la tradicional política exterior española. A partir de entonces se concretó una reunión de alto nivel en Rabat, en la que las máximas autoridades gubernamentales de ambos países -con la sonada excepción del propio Mohamed VI- abordaron la hoja de ruta para sus futuras relaciones bilaterales.
Sospechas hacia Marruecos
A pesar de ese acercamiento, Marruecos ha mantenido intactas sus pretensiones sobre Ceuta y Melilla. Prueba de ello es la carta que desde Rabat se envió a la ONU en la que se negaba la existencia de "fronteras terrestres" entre ambos países. A eso hay que sumar las recientes declaraciones del presidente del Senado marroquí, Enaam Mayara, en las que instaba a sus conciudadanos a integrarse en la política española para hacer lobby en España a favor de los intereses de Rabat.
Con todos estos antecedentes, en determinados círculos policiales no resulta descabellada la idea de que Marruecos tenga algún tipo de implicación en la trama de compra de votos de Melilla, si bien hasta la fecha no se han demostrado nexos en este sentido.
La investigación en el caso ha tenido lugar en tiempo récord, habida cuenta de que los primeros indicios se detectaron con la campaña electoral ya en marcha. Las detenciones y registros se llevaron a cabo poco antes de que se cerrase el plazo para depositar el voto por correo, habida cuenta de que la prioridad de los agentes era evitar el fraude electoral.
Una vez detenidos los miembros de la red -no se descartan futuros arrestos-, los agentes al cargo de las pesquisas tendrán que analizar todo el material y la documentación incautada, tanto física como en sistemas de almacenamiento digital. Sólo a partir de entonces se podrán encontrar indicios sobre quién y cómo movía los hilos en esta trama centrada en la manipulación de las elecciones municipales y autonómicas.
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