El Gobierno ultima un plan de "diplomacia sanitaria" que contempla la donación de millones de dosis anti-covid a países del tercer mundo con el remanente que sobre de la vacunación de la población española en los próximos meses, según adelantaron fuentes diplomáticas.
España recibirá 140 millones de dosis para vacunar a 80 millones de personas, es decir el 10% de las compras que ha comprometido la Unión Europea para el proceso de vacunación que empezará a finales de este mes de diciembre.
Desde el principio de este proceso de compra masiva de vacunas, sorprendió que España adquiriese tal volumen. Otros países de la UE estiman que sería un éxito vacunar en torno al 70% de la población, una cifra que junto con los que ya han desarrollado anticuerpos de manera natural tras pasar la enfermedad, garantizaría la llamada inmunidad de rebaño.
De ahí que muchos países europeos, gran parte de los bálticos y centroeuropeos, pero también vecinos como Francia- han optado por hacer un encargo de vacunas para alrededor de la mitad de su población. No es el caso de España, que casi ha multiplicado por dos ese baremo y se ha convertido en el principal país de la UE en adquirir más dosis de las que su población sugiere.
"Solidaridad con otros países"
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya avanzó a finales de noviembre que las vacunas que no se utilicen irán destinadas "a la solidaridad con otros países". En este sentido, Exteriores ultima un plan para fijar qué parte del remanente se utilizará para esta "diplomacia sanitaria", qué países están interesados en recibir dosis y el calendario de entrega a éstos.
El departamento de Arancha González Laya quiere implicar a más miembros de la UE en este proyecto de donación de dosis a países en vías de desarrollo y está en conversaciones con organizaciones multilaterales para coordinar este trabajo.
Además de la donación de vacunas, España ha comprometido 50 millones de euros en un plan de coordinación internacional que prevé facilitar dosis gratuitas para al menos el 20% de la población de países menos desarrollados.
Por tanto, este ejercicio de "diplomacia sanitaria o de vacunas", como lo califican las citadas fuentes, tiene tres dimensiones. La primera es la donación de una parte del excedente dentro del programa de compras europeo. La segunda es la colaboración bilateral con organizaciones y ONGs. Y la tercera, las contribuciones financieras a este mecanismo de coordinación internacional "que busca que nadie se quede atrás en el proceso de acceso a la vacuna".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación