España lanza un órdago en su política militar exterior. El Gobierno ha reforzado la presencia de tropas en el flanco este de Europa para vigilar los movimientos de las tropas de Rusia en países de especial sensibilidad, más aún tras el estallido de la guerra de Ucrania. Y el reciente anuncio de Pedro Sánchez de liderar un contingente en Eslovaquia y ampliar la presencia en Rumanía supone un esfuerzo añadido para las Fuerzas Armadas que actualmente cuenta con más de un millar de efectivos en misiones de disuasión ante Vladimir Putin. Las nuevas operaciones supondrán un incremento de otro millar, lo que supondría duplicar esfuerzos en la región.
El propio Ministerio de Defensa sacó pecho hace menos de un mes de que 1.100 militares españoles estaban desplegados en el flanco oriental en misiones de la OTAN; todas ellas dirigidas a disuadir a las tropas de Vladimir Putin de una nueva ofensiva militar en otros frentes. Algunas de estas misiones se pusieron en marcha precisamente a partir de la invasión de Rusia sobre el Donbás en 2014. Y ahora, tras la nueva ofensiva sobre Ucrania -más de 500 días de guerra-, los despliegues en el flanco este de Europa adquieren una trascendencia aún mayor.
Misiones ante Rusia
España colabora con la OTAN con más de 600 militares en Letonia, en la misión de “presencia avanzada reforzada”. El despliegue orbita en buena medida en la actuación de los carros de combate y vehículos blindados. Unidades de artillería de campaña, zapadores, ingenieros y logística llevan a cabo numerosas maniobras en la localidad de Adazi, fomentando su interoperabilidad con las tropas de otros países aliados. Esta misión se incrementó tras la invasión de Ucrania; antes había menos de 400 efectivos.
Y también en los países bálticos están desplegadas dos baterías de defensa antiaérea; una en Lielvar (Letonia y otra en Amari (Estonia), operadas por más de 80 efectivos españoles. Ninguna de las dos estaban allí antes de que Putin lanzase sus tropas contra el país de Zelenski.
En el ámbito marítimo, los buques de la Armada se integran en las fuerzas marítimas de la OTAN. En la última actualización del Ministerio de Defensa se detallaba la presencia de la fragata Álvaro de Bazán y del cazaminas Tajo, con 200 y 46 efectivos a bordo, respectivamente.
Por último, Rumanía, con el Ejército del Aire y del Espacio como gran protagonista. El destacamento Viespe, con ocho aviones F-18 y 130 militares, patrullaba la región para evitar injerencias extranjeras. Y el destacamento Tigru, con 40 efectivos, mantiene operativo un radar de vigilancia para vigilar el espacio aéreo.
Cerca de 1.100 efectivos en el flanco oriental. Pero esa cifra quedará desfasada en fechas próximas, a tenor del reciente anuncio del presidente del Gobierno Pedro Sánchez en la Cumbre de la OTAN que estos días se ha celebrado en Vilna (Lituania).
Nuevos despliegues
España enviará 950 nuevos efectivos al flanco oriental, tras suscribir un nuevo acuerdo con sus socios de la Alianza Atlántica. El grueso irá a parar a Eslovaquia, donde nuestro país liderará un contingente internacional de la OTAN, con el objetivo de ejercer de disuasión ante posibles “agresiones externas”. O lo que es lo mismo, de Rusia y sus satélites. El resto de los efectivos se trasladarán a Rumanía, donde está previsto reforzar la presencia española.
Aún no hay un anuncio oficial sobre cómo compaginará España todos estos esfuerzos. En caso de que no se detraigan efectivos de otras misiones en el flanco oriental, nuestro país prácticamente doblará el número de tropas desplegadas en la región. Una apuesta alineada con los intereses de la OTAN, que ya trabaja en la posible adhesión de Ucrania a la Alianza.
Ese incremento también supone un cambio notable para el total de las misiones españolas. Actualmente hay 3.000 miembros de las Fuerzas Armadas en despliegues en el exterior, principalmente en colaboración con la OTAN, la ONU -España lidera la misión en el Líbano- y en la Unión Europea -con una proyección notable sobre el Sahel-.
Si España no reduce el número de efectivos en ninguna de estas misiones, pasará de tener 3.000 militares a 4.000 en el exterior. Un esfuerzo de envergadura, con una proyección estratégica en el flanco oriental de Europa en atención a las peticiones planteadas por la OTAN.
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