España rescató este viernes de Afganistán a la baloncestista paralímpica Nilofar Bayat, que salió de Kabul junto a su marido en el segundo vuelo enviado por el Gobierno para evacuar a intérpretes y colaboradores de las Fuerzas Armadas en este país.
En este vuelo viajaron un total de 110 personas, entre las que se encontraba Nilofar Bayat, capitana del equipo afgano de baloncesto en silla de ruedas, junto a su marido, cuya historia se ha dado ampliamente a conocer durante los últimos días.
Su trayectoria ha sido calificada en multitud de ocasiones de “historia de superación”, pues Nilofar debe ir en silla de ruedas a causa de un misil que estalló en su casa cuando tenía dos años, le dañó la médula espinal y mató a uno de sus hermanos. Además de ser la capitana del equipo femenino de baloncesto en silla de ruedas de Afganistán, la paralímpica es estudiante de Derecho y, hasta el día anterior de la victoria de los talibanes, era colaboradora del Comité Internacional de Cruz Roja en Afganistán. Junto a su equipo de baloncesto, trataba de clasificarse para los paralímpicos de Tokio, aunque finalmente no lo consiguieron.
La historia de su salida de Afganistán debe remontarse al pasado domingo, cuando los talibanes entraron en Kabul, dando con ello fin a la guerra afgana, pese a que, a principios de 2020, habían firmado un pacto de paz con Estados Unidos. Ese día, minutos después de la victoria talibán, la baloncestista contactó con el periodista español Antonio Pampliega, reportero secuestrado durante 299 días por Al Qaeda.
Amiga de Pampliega, a quien conoció en Afganistán trabajando en Cruz Roja, le manifestó su miedo y sus intenciones de salir de Afganistán pese a dejar atrás el baloncesto o a su familia. El periodista se puso en contacto con la Federación Española de Baloncesto, con el Consejo Superior de Deportes y con otras instituciones, quienes consiguieron llegar al Ministerio de Exteriores y ayudarla.
El presidente de la Federación Española de Baloncesto, Jorge Garbajosa, medió ante el Consejo Superior de Deportes para facilitar su llegada cuando la paralímpica lanzó su petición de socorro, y consiguió que el Ministerio de Exteriores la incluyera, junto a su marido -capitán del equipo afgano masculino de baloncesto en silla de ruedas-, en uno de los aviones fletados.
Varios equipos
Por otro lado, varios equipos de baloncesto en silla de ruedas quisieron “poner su granito de arena” y colaborar para que la paralímpica se estableciera en España. Así, ha recibido una oferta para jugar en el Bidaideak y afincarse en Bilbao.
“Si quiere, nosotros le abrimos nuestra casa, le ofrecemos un sitio para que se encuentre cómoda. Un club como el nuestro sólo tiene sentido desde los valores”, aseguró Txema Alonso, capitán del equipo vasco, quien, tras conocer la historia, contactó con Pampliega para que le hiciera llegar la propuesta.
Una vez enviaron todos los datos a España y recibieron la documentación pertinente para poder viajar, y, tras introducirse en la Kabul dominada por los talibanes, llegaron el miércoles al aeropuerto, rodeado por fuerzas talibanas, donde tuvieron problemas para entregar su documentación. Una vez lo consiguieron, y pasaron el control de pasaportes, no hallaron a nadie de la delegación española que pudiera ayudarles.
Alemania también les ofreció espacio en uno de sus aviones para posteriormente gestionar su traslado a España junto a la federación. Aunque tuvo que esperar unas horas más, finalmente el personal de la embajada española en Kabul localizó a Nilofar y su marido y lograron que entrasen en el vuelo organizado este viernes para su traslado primero a Dubái y, posteriormente, a España. La historia ha podido seguirse prácticamente a tiempo real gracias al periodista Antonio Pampliega, que ha contado en un hilo de Twitter los mensajes que iba enviándole la baloncestista.
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