El flanco nororiental de Europa se agita y la OTAN mueve ficha. Y, junto a la Alianza Atlántica, también lo hace España, que exhibe músculo militar con la potencia de sus carros de combate desplegados en Letonia. Durante siete días, los Pizarro y los Leopardo del Ejército de Tierra han puesto a prueba sus capacidades en entornos urbanos y de bosque, tanto en tareas ofensivas como defensivas. Un ejercicio en el que también han participado unidades británicas y francesas. ¿El objetivo? Mantener una “disuasión creíble y eficaz frente a cualquier amenaza”. Y eso, en una escalada de la tensión diplomática entre Europa y Moscú, teniendo en cuenta la ubicación geográfica del ejercicio, hace que todos los focos se dirijan al mismo lugar: Rusia.
Bold Axe. Ese es el nombre con el que se ha bautizado a la maniobra en la que los carros de combate se han puesto a prueba. Lo han hecho con toda la fuerza disponible en el grupo de batalla que la OTAN mantiene en Letonia. El país báltico, integrado en la Alianza Atlántica, requiere el apoyo internacional para defender sus intereses y su posición geográfica, más aún en un punto geoestratégico de vital importancia para la organización: el noreste europeo, en tierra de viejos territorios soviéticos, donde se considera que Rusia aún trata de mantener su área de influencia.
Durante siete días, los vehículos y carros de combate españoles se han desplegado en la simulación de un escenario de conflicto, ejecutando diversos temas tácticos para poner a prueba sus capacidades. Con ello se demostraba el nivel de actuación que tienen los medios mecanizados del Ejército de Tierra, así como la interoperabilidad con las fuerzas francesas e inglesas que también han participado en las maniobras, así como un equipo de pontoneros checos que ha gestionado el transporte de medios por pasos fluviales en la ambientación del ejercicio. El escenario elegido ha sido el campo de maniobras de Ādaži, cerca de Riga, la capital letona.
Las tensiones entre Europa y Rusia
Los vehículos y carros de combate españoles forman parte del battle group que la OTAN mantiene en Letonia. Una fuerza permanente que sirve de disuasión hacia cualquier intento de injerencia extranjera. Estos grupos también están presentes en Lituania, Estonia y Polonia: "Aseguran una disuasión creíble y eficaz frente a cualquier amenaza a nuestros aliados bálticos, a la vez que asegura su disponibilidad para actuar en la defensa de estos países si fuera necesario, mostrando el firme compromiso con la Alianza de los países que lo componen y su carácter multinacional", detalla el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Un mensaje que adquiere especial importancia en plena crisis que se vive en las fronteras de los países del noreste de Europa con Rusia, con la linde entre Polonia y Bielorrusia como epicentro de las tensiones. Miles de inmigrantes procedentes de territorio bielorruso han tratado de acceder al Viejo Continente a través de Polonia, un país que invoca a la OTAN para mantener la integridad de sus fronteras, fuertemente militarizadas tras los últimos episodios vividos.
Porque Varsovia -en un análisis que comparten desde la Alianza Atlántica- considera que la crisis migratoria en su divisoria poco tiene de casual. Y que se trata, en realidad, de un ataque híbrido articulado desde Rusia y un país de su órbita, Bielorrusia, como medida de presión en la crisis diplomática que atraviesan Europa y Moscú.
Crisis migratoria empleada como arma
Pero, ¿qué es un ataque híbrido? Los analistas lo definen como aquel movimiento dirigido a debilitar las estructuras de una organización o Estado rival mediante recursos no convencionales o militares. Auspiciar o alentar una avalancha migratoria contra una frontera -además de desencadenar una tragedia humanitaria para los inmigrantes utilizados como balas de una guerra silenciosa- es un recurso frecuente en este tipo de agresiones. Vozpópuli ya detalló los paralelismos entre los episodios vividos entre Ceuta y Marruecos respecto a los de Polonia y Bielorrusia... y los motivos por los que la OTAN manifestó una respuesta diferente para cada caso.
Así, el ejercicio Bold Axe celebrado en Letonia adquiere un significado particular en este contexto de crisis. No sólo por la movilización de todos los recursos disponibles en el battle group de la Alianza Atlántica en Letonia y la puesta a prueba de sus capacidades; también como ese gesto de "disuasión creíble y eficaz" mientras que las piezas se mueven en un tablero salpicado por las tensiones.
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