España

La España vaciada se queda sin guardias civiles: 200 agentes menos en Burgos y Teruel

La España vaciada es un destino cada año menos atractivo para los agentes de la Guardia Civil lo que provoca el cierre de cuarteles y que tengan que salir a patrullar los efectivos de Policía Judicial, Seprona e Intervención de Armas

La Guardia Civil tiene un problema en la España Vaciada. Provincias como Teruel y Burgos pierden efectivos año a año, lo que repercute directamente en la seguridad de las poblaciones del mundo rural. Los agentes tardan casi una hora en llegar a los avisos más lejanos y algunos de ellos tiene a su cargo más de medio centenar de pueblos. "Trabajamos más como psicólogos, escuchando a los vecinos", relata a Vozpópuli uno de estos experimentados efectivos. Esta semana se ha publicado el concurso de movilidad del Instituto Armados que refleja que este Cuerpo sigue desangrándose en los pueblos.

La situación de la España vaciada es comparable a la de un enfermo que se encuentra muy grave y no hallan la respuesta a sus dolencias. Hay dos síntomas claros sobre la mesa: el estado de la Guardia Civil en Teruel y Burgos. En ambas provincias son más de dos centenares los agentes que se han marchado y no superan la veintena los que han pedido estos puestos como su nuevo destino.

Un déficit de personal que se viene produciendo desde hace una década pero que ahora se ha hecho más visible junto al resto de problemas que arrastran los habitantes de la España vaciada. La Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil en estos puntos se ha convertido en un auténtico "páramo". En cifras: Burgos ha perdido 121 y Teruel 90 agentes, respectivamente. Más de doscientos en total.

Las alternativas que se están manejando para suplir estas carencias es que los efectivos de las especialidades como Policía Judicial, Intervención de Armas y el Seprona. Ya están saliendo a patrullar por algunos de estos medios rurales.

Vozpópuli ha podido contactar con algunos de estos efectivos, que suelen tardar, como mínimo, unos 30 minutos en llegar a los avisos. El tiempo de respuesta más amplio supera la hora. "La administración no hace autocrítica", explican.

"No somos un destino atractivo"

Entre los problemas que se encuentran en su día a día están todas las dificultades de vivir en un medio rural: sin comercios, servicios básicos, sanitarios y con un "ambiente laboral" que no es muy bueno. Ya hay cuarteles que cierran durante algunas horas porque "no tienen quien les abra". También hay dos o tres puestos en el limbo en Burgos.

El caso más singular es el de Medina de Pomar. Una pequeña localidad al norte de Burgos que tiene 5.856 habitantes y cuenta con 16 agentes. Es la compañía más amplia del lugar. En el caso de esta provincia han llegado 30 nuevos agentes. La mayoría a la especialidad de Tráfico y solo 6 en Seguridad Ciudadana.

Una fotografía similar se encuentran los guardias civiles en otro de los núcleos de la España vaciada, como es el caso de Teruel. Estos agentes tienen incluso que extender su radio de acción a zonas de la Comunidad Valenciana porque también tienen problemas de falta de activos.

Un niño en un pueblo de la España vacíaEfe

"El problema de la España vaciada viene desde el comienzo del año 2.000. Pasamos de tener 1.000 guardias civiles en la provincia a los 600 de la actualidad. Teruel no es un destino atractivo. Hay cuarteles que siguen en pie desde 1902", reflexiona un agente de la zona.

Una de las preguntas que se hace este guardia es cómo se puede incentivar a una pareja joven a cambiar la ciudad por el medio rural. No tienen cerca servicios básicos y tampoco hay una prima de dinero que pueda seducirles.

El trabajo de la Guardia Civil en el mundo rural

Sobre su trabajo en el día a día bromea que hace de "psicólogo". Tiene que recorrer pueblos con una docena de habitantes y que no hay nadie por las calles. "Nos llama un vecino para denunciar a otro porque una cabra se come sus lechugas. Tenemos que hablar y mediar en estos casos. Si yo tuviera 25 años y me mandan aquí se me caería el mundo encima", admite.

Para combatir esta "soledad" de los guardias civiles en la España vaciada, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) reclama incentivos como "un plus económico rural y la obtención de una puntuación extra a la hora de solicitar nuevos destinos con posterioridad".

Linares, ejemplo de ciudad media afectada por la despoblación. EP

"Los guardias civiles también sufren las consecuencias de la España vaciada. Esto es así no sólo como ciudadanos que en el actual medio rural carecen, igual que sus vecinos, de servicios básicos, sino también como guardias civiles que deben trabajar en condiciones aún más precarias que sus compañeros que prestan servicio en otras zonas más pobladas", explica a Vozpópuli Pedro Carmona, el portavoz nacional de la entidad.

La 'España vaciada' más vaciada

Y es que la presencia de la Guardia Civil en el ámbito rural es "más aparente que real debido a la falta de plantilla" y "a un despliegue territorial obsoleto, basado en un elevado número de pequeños puestos con escasos efectivos en cada una de ellas".

"Esta distribución territorial, con escasos guardias civiles en cada puesto, ocasiona cuarteles cerrados durante la mayor parte de la semana, así como escasa presencia de patrullas en la calle, dado que muchos de esos agentes han de atender tareas administrativas", lamenta el portavoz de AUGC.

En definitiva, se trata de una estructura "más acorde del siglo pasado, ineficaz y quedando muy lejos de ser una policía de proximidad, cercana al ciudadano ya que con el paso del tiempo nuestra presencia va disminuyendo en la demarcación rural". Desde este lunes, con la publicación del concurso de movilidad de la Guardia Civil, la ´'España vaciada está más vaciada.

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