Hay que asumirlo. No todos vamos a terminar nuestros días como Clint Eastwood en Cry Macho; repartiendo estopa, conduciendo o montando a caballo. Es más, esa salud prodigiosa solo quedará para unos pocos privilegiados. Al resto nos esperan achaques, como mínimo, y probablemente necesitemos que alguien nos cuide. Pero lo cierto es que casi nadie vislumbramos nuestra vejez en una residencia.
Así se desprende de una encuesta llevada a cabo por Sondea para la compañía Clece, que indica que solo a un 5,05% de los españoles de entre 55 y 70 años le gustaría pasar su vejez en una residencia. A la amplísima mayoría, el 94,95%, le gustaría pasar sus últimos días en su propio domicilio.
Del total de los encuestados, el 46,5% opta por vivir su vejez en casa con asistencia a domicilio, el 35,55% desde su casa sin ninguna ayuda externa y el 12,9% desde su domicilio acudiendo a un centro de día.
“Los resultados obtenidos a través de la encuesta no hacen más que ratificar algo que ya veníamos afirmando: el modelo de cuidados actual ha de dirigirse a prolongar la autonomía de nuestros mayores para que permanezcan el mayor tiempo posible en sus domicilios y retrasar la entrada en residencias” señala Ignacio Gamboa, director técnico de Servicios Sociales de Clece.
Los retos de la Dependencia
Parece claro que el deseo de los futuros mayores es poder hacer vida en sus casas hasta el final. Es un reto que va a requerir un importante impulso de la atención a domicilio. Hoy en día, los centros de salud están implantando cada vez más este tipo de servicios, pero apenas cubren todas las demandas debido a la falta de personal.
A la escasez de profesionales médicos y enfermeros hay que poner sobre la mesa otro reto, conseguir el personal suficiente para ejecutar las ayudas a la Dependencia. El sindicato Comisiones Obreras, que convocó movilizaciones en septiembre por la situación del sector, calcula, de acuerdo a los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomiendan una tasa de 5 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años, que se necesitan 40.000 personas más que trabajen en el sector de la Dependencia.
Hace falta aumentar los salarios para captar personal, ya que, como denuncia el sindicato, “los salarios en el sector están por debajo de 1.000 euros: una gerocultora tiene un salario de 997,16 euros y una auxiliar de ayuda a domicilio 984,65 euros”.
En estos momentos hay en España 8.701.843 de personas entre 55 y 70 años. Estamos hablando de casi un 20% de la población que en los próximos años puede terminar engrosando la lista de personas en residencias o que requieren atención médica o a domicilio regular por sus comorbilidades (varias patologías al mismo tiempo) fruto de la edad.
En casa, pero no solos
La soledad sigue siendo uno de los mayores males de cumplir años. Hoy en día está de moda hablar de “pandemia” para cualquier cosa, y muchos expertos avisan de una “pandemia de la soledad”. Según ‘Adopta un abuelo’, en España viven solas 2 millones de personas mayores. De las 360.000 que viven en residencias, un 60% no reciben visitas.
El informe ‘Las personas mayores en España’, elaborado en 2018 por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), cita una frase de Hemingway sobre el sentimiento de soledad: “Ninguna persona es una isla, la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad, por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas”.
Desde la institución indican que “esta soledad es un problema importante para la salud de las personas mayores y los hallazgos referidos en la literatura científica demuestran que la soledad en la vejez supone un reto político y un problema de salud pública”.
Emilio Plaza, de 79 años, es uno de los participantes en el programa de convivencia Adopta un Abuelo, que une a personas jóvenes con mayores para ayudar a paliar su soledad. Consultado sobre el resultado de la encuesta responde: "Sin lugar a dudas pasaría mi vejez en casa y no en una residencia. Aquí tengo más independencia. Mientras siga con salud aquí estaré con mi mujer".
En cuanto a la soledad, él es uno de esas personas mayores afortunadas que "no está sola ni aunque quiere. Tengo a mi mujer y a los chicos de Adopta un Abuelo". Participó en el rodaje de unos cortometrajes impulsados por la asociación y le toco hacer de Jack en Titanic: "No me quedé en el agua, como DiCaprio".
En la encuesta de Clece, se observa cómo la compañía sigue siendo un elemento fundamental en la vejez: un 58,8% de los encuestados se muestra interesado en pasar la senectud en pisos compartidos y si les tocase vivir en residencias, un 78% querría hacerlo acompañado de personas afines.
Los efectos nocivos de la soledad para la salud han sido estudiados en diversas investigaciones. Por ejemplo, la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) publicó un estudio hace dos años donde mostraba que las personas que se sienten solas tienen un mayor riesgo de padecer demencia.
Para paliar esta situación, existen propuestas como las intervenciones para facilitar la socialización (plataformas como Adopta un Abuelo), terapias psicológicas, cuidados sociosanitarios o las intervenciones con animales.
En cualquier caso, España afronta importantes retos en los próximos años: garantizar la atención de nuestros mayores y hacer lo posible para que la soledad sea siempre elegida, y nunca impuesta.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación