España

Esperpento en el Congreso con dinero público: pinganillos contra Sánchez, catalán made in Rufián y boicot de Vox

En el Congreso de los Diputados, o 'Congreso de los pinganillos', se habló menos español que nunca. Vox afeó al PP el uso del vasco en el discurso de Borja Semper abandonando la cámara

Solo faltó Sergio Ramos preguntando si hacía falta hablar en andalúh. En el Congreso de los Diputados, o 'Congreso de los pinganillos', se habló menos español que nunca. Ya se habló menos de lo habitual en el patio de la Cámara Baja, cuando la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, se negó a hablar en español en declaraciones a los periodistas. "Luego os pasamos la nota de prensa", señaló a una reportera de agencia que se quejaba fuera de las cámaras. Lo vivido a continuación no cabe en un guion de Berlanga, ni en el manido 'esperpento' de Valle-Inclán. Bien valdría esa expresión tuitera tan de moda: "Vivimos en una simulación".

Hubo bronca desde el minuto uno. El primero en tomar la palabra fue el diputado socialista José Ramón Gómez Besteiro, que utilizó el gallego para expresarse, intercalándolo con el español. La portavoz de Vox, Pepa Millán, interrumpió su intervención alegando que el reglamento impedía hablar en otro idioma que no fuera el castellano. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, respondió que aquel era "el templo de la palabra", y que todo era perfectamente legal.

Entonces, los 33 diputados de Vox han abandonado el hemiciclo, mientras socialistas y diputados de Sumar aplaudían encantados. Sus señorías dejaron los pinganillos en el escaño del ausente Pedro Sánchez, al lado de una compungida Yolanda Díaz que negaba con la cabeza el gesto de Vox.

Besteiro retomó la palabra para poner como ejemplos de plurilingüismo a Bélgica, Canadá y Suiza. Ahora que el reglamento permitirá a los diputados hablar hasta en castúo (siempre que se autotraduzcan los diputados), el PSOE considera fundamental traducir el reglamento "al lenguaje inclusivo de género". Otra buena noticia para el gremio de traductores.

El diputado socialista ha señalado que los símbolos "importan y mucho" y citando al escritor gallego Castelao (omnipresente en la sesión) apuntó que la "lengua es la obra de arte de un pueblo". La traductora de gallego tuvo un trabajo arduo en esta sesión, pues a continuación llegó el turno de Marta Lois, portavoz de Sumar, que también utilizó la lengua de Castelao, citado una vez más: "Estaría muy orgulloso hoy de esta cámara".

"No somos separatistas, separatistas son los que no quieren que el gallego sea un idioma español", ha subrayado. Lois considera que hablar las lenguas cooficiales en el Congreso es una "medida de sentido común que lleva reclamándose en la cámara desde hace un siglo".

"En el conjunto de nuestro país conviven estas lenguas. Es una fuente de riqueza cultural, social y democrática". La portavoz de Sumar ha lanzado una nueva propuesta, que se estudien gallego, catalán y vasco en el conjunto del territorio español. Acto seguido, con cierta dislexia numérica, acusó al PP de ser una "minoría". Lois habló con la ausencia de las ministras de Podemos Irenes Montero e Ione Belarra.

El catalán de Rufián

El turno de Gabriel Rufián fue de lo más comentado por utilizar un catalán, digamos, poco ortodoxo. "Con Rufián no hace falta usar pinganillo", se escuchó en la Tribuna de Prensa. "Problema técnico no previsto: hay que traducir a Rufián al catalán", apuntaba en Twitter la diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo. El diputado de ERC criticó que se considere una falta de respeto a los españoles hablar catalán en el Congreso y no que "un fondo de sátrapas saudíes compre Telefónica o que la RFEF falte al respeto a las jugadoras de la selección".

"Algunos solo hablan una sola lengua oficial, nosotros dos. Muchas de sus críticas son una oda a la ignorancia. La derecha y la ultraderecha no se merecen ni Cataluña, ni Euskadi", aseveraba Rufián. El diputado de ERC acudió al inglés para ejemplificarlo como verdadera amenaza para el español dada la cantidad de palabras que hemos asimilado. Al más puro estilo Pantomima full, Rufian empezó a pronunciar anglicismos de corrillo: "coaching, streaming, outfit, running...". Sobre el coste de los elementos técnicos para la traducción (56.000 euros), el de ERC aludió a la "bandera de Colón, que ha costado 400.000 euros, o el nuevo velero del Rey, 2 millones".

El show continuaba con la intervención de Mertxe Aizpurúa, de EH Bildu. "El euskera ha sido perseguido.  Tenemos mucho por lo que luchar. En Madrid podemos hablar euskera, pero queremos hablarlo en País Vasco", afirmaba. "No podemos olvidar que miles de vascos tenemos el derecho a vivir en euskera en nuestro país".

El PNV dirigía sus criticas al "castellanocentrismo" y a Vox: "Los que se han ido del hemiciclo son los que antes nos echaban de clase por hablar vasco". Para los nacionalistas vascos, "¿de quién es la culpa, de quién conoce la lengua o de quién la desconoce?".

El baile de Vox

La primera vez que no hizo falta el pinganillo fue con el diputado Alberto Catalán, de UPN, momento en el que regresaron al hemiciclo los diputados de Vox. En el turno de palabra del PP, Borja Semper intercaló el español con el vasco y Santiago Abascal abandonó el Congreso como alma que lleva el diablo, seguido, una vez más, de sus parlamentarios. La situación, escrita por Berlanga, no fue percibida por algunos diputados, que se quedaron pasmados mirando a uno y otro lado, sin saber bien como reaccionar, hasta que finalmente también abandonaron la cámara siguiendo a su líder.

Semper definió las intervenciones nacionalistas como "hiperglucemia ética". Acusó a Aizpurúa de quejarse de las penalidades por las que atraviesa el euskera cuando gobiernan allí con el PNV en muchos territorios. Defendió a Feijóo por impulsar en Galicia "políticas lingüísticas que cohesionan el país" y negó lecciones "de nadie sobre promoción de las lenguas". "Hacer el canelo no es hablar al catalán, hacer el canelo es mirar para otro lado ante las componendas de los independentistas".

La tramitación directa de reforma del reglamento ha sido aprobada con 179 votos a favor y 171 en contra. Será ratificada este jueves por la mañana. Ponemos fin a un "día histórico", pero no será el último. Aun queda por vivir el primer día que se habló aragonés en el Congreso, bable, aranés o cántabro cerrado.

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