El espía del CNI detenido por filtrar datos confidenciales a Estados Unidos permanece desde septiembre en la conocida cárcel de Estremera. Esta en un módulo polivalente donde los internos son policías, guardias civiles y agentes locales, según informan fuentes penitenciarias a Vozpópuli. Se da la circunstancia de que Roberto Flórez, el ex agente del CNI condenado por espiar para Rusia, también cumplió su condena en esta misma cárcel.
La noticia de la detención salió a la luz más de dos meses después de que se llevara a cabo. El Juzgado de Instrucción decretó su ingreso en prisión en Estremera. Su adaptación a la cárcel ha sido fácil gracias al resto de internos y también al trabajo de los funcionarios. El segundo detenido, otro agente del CNI, también permaneció más de un mes en esta misma prisión pero después quedó en libertad con medidas cautelares.
Las fuentes consultadas por este medio destacan que con este espía se han cumplido todos los puntos del protocolo previsto en casos similares. Una situación pareja a cuando un agente de la Policía Nacional o la Guardia Civil entre en prisión. Este hombre también ha colaborado desde el principio con los funcionarios de Estremera.
La vida del agente del CNI en prisión
Estas mismas fuentes resaltan que el interno del CNI se encuentra ubicado en un módulo que se denomina polivalente. Sus compañeros son agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Cuerpos locales. Los miembros de este área no tienen contacto con el resto de internos por precaución. "Tiene una vida normal", expresan fuentes penitenciarias.
El espía cumple con su horario, lleva a cabo las actividades que le solicitan pero no profundiza en las relaciones sociales. De igual forma, es educado pero el resto de internos desconocen que en realidad es un espía del CNI. Lo sospechan por el destino especial en el que se encuentra. Dentro del módulo cuenta con gimnasio y comedor. No ha protagonizado ningún tipo de incidente desde que ingresó.
Se da la circunstancia de que este agente no ha sido el único integrante de los servicios de inteligencia que ha pasado una temporada en Estremera. Roberto Flórez fue condenado a nueve años de prisión por sacar documentos secretos para venderlos a Rusia. Ingresó en este centro y ahora este hombre ha seguido su legado.
La investigación en torno a este agente y su compañero sigue avanzando. La Justicia ha pedido informes sobre las cuentas de los dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) detenidos por filtrar información reservada a Estados Unidos. El motivo de esta iniciativa, según ha podido saber Vozpópuli, es tratar de averiguar las razones por las que los dos espías vulneraron la ley, y si éstas atienden a razones estrictamente económicas. El suceso ha provocado un hondo malestar en el Centro, al no entender cómo un país aliado ha podido provocar una injerencia de esta magnitud.
El espía protagonista
El origen de las pesquisas se remonta a finales de septiembre, cuando el CNI detectó gracias a sus protocolos internos que se habían filtrado informes reservados sobre cuestiones relacionadas con la seguridad nacional a una potencia extranjera. El Centro, dirigido por Esperanza Casteleiro, comunicó los hechos a la Fiscalía y aportó la documentación hasta entonces reunida. El Juzgado de Instrucción número 22 de Madrid, al frente del caso, decretó el secreto de sumario.
Las fuentes consultadas por este diario apuntan a que este agente del CNI, interno en Estremera, habría tenido un papel protagonista en la filtración de los informes a Estados Unidos, mientras que el segundo -el que se encuentra en libertad- habría sido un colaborador del primero.
El episodio, que adelantó El Confidencial, ha supuesto un terremoto en las entrañas del CNI, toda vez que el origen de la injerencia extranjera es un país aliado, como lo es Estados Unidos. Desde los servicios secretos entienden que hay cauces oficiales para facilitar información sensible a Washington en materias compartidas por los dos países, tanto en el ámbito OTAN como en cualquier otro marco de la cooperación bilateral.
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