España

El espionaje de Pegasus no incendia la calle y deja en evidencia al bloque independentista radical

El bloque que defiende la vía unilateral para la independencia se muestra insatisfecho con la respuesta "poco contundente" de ERC

El estallido del 'Caso Pegasus' no ha frenado el ritmo de la vida cotidiana catalana. Cuando se cumplen dos semanas del inicio de la polémica, aún no ha habido una gran manifestación en contra del 'Catalan Gate' que inunde las calles de las principales ciudades en la comunidad. Ni Ómnium, ni ANC, ni siquiera la CUP han difundido estos días en sus redes sociales convocatorias para protestar contra el espionaje de, al menos, 18 independentistas que estuvieron detrás de las revueltas callejeras tras el fallo judicial del 1-0 en 2019. En su lugar, la organización del bloque nacionalista más radical se ha centrado en, junto a los partidos independentistas, difundir vídeos de personalidades afectadas, viralizar su rechazo y exigir explicaciones. En definitiva, una faraónica operación coordinada y mediática surgida a raíz del informe sacado a la luz por el ingeniero catalán Elies Campo Cid, próximo al entorno de Carles Puigdemont. En dicho reporte, trabajado durante, al menos, un año se recoge que hay 65 personalidades independentistas, entre abogados, activistas y políticos, que han sido espiados con el software israelí.

El desasosiego social no ha conectado con el 'Catalan Gate'. El ánimo ciudadano, según el barómetro d'Opinió Pública, tras la pandemia tiene otras preocupaciones. Y es algo que también se respira en la ciudad condal, muy castigada a nivel social por los estragos del virus. Hace un mes, tan solo los votantes de la CUP anteponían la importancia de la libertad por delante de la sanidad y la economía ante el efecto de la Covid, lo que puede explicar la falta de motivación para salir a la calle. Los votantes de Junts y Esquerra anteponen las dificultades económicas frente a la libertad.

Más allá de Pegasus: pesimismo social

Además, como recoge el estudio, la percepción de los catalanes sobre el futuro de la economía en la autonomía es muy pesimista, ya que solo el 20% cree que la situación mejorará en un año. "Los niveles más pesimistas más elevados de toda la serie", anuncia el documento. Esta realidad se refleja en los datos de empleo: Cataluña es la comunidad en la que más ha caído la ocupación respecto al último trimestre de 2021, con 40.800 trabajadores menos en los últimos tres meses. En cuanto al apoyo a la independencia en los encuestados, el respaldo es elevado tanto en la CUP como en Junts, pero baja en los votantes de Esquerra hasta 12 puntos respecto a octubre de 2017.

Así, la estrategia independentista de abrir un 'casus beli' que reconduzca las posturas con el Estado y vuelva a situar la vía unilateral como objetivo no ha dado fruto. Ni a nivel social, ni a nivel político. Como explican a Vozpouli fuentes de ANC y del Consell de la República, plataformas puigdemonistas que buscan reactivar el 'procés', la plataforma está decepcionada con la estrategia de los partidos independentistas en el Congreso por su laxitud. La frustración y el desánimo hacia Esquerra es algo extendido en el bloque más radical, que esperaba de su adalid en Madrid una ruptura seca con Pedro Sánchez. "Se esperaba una reacción más contundente", afirma esta fuente, haciendo alusión a programas conjuntos con el Ejecutivo que esperan finalizar como la mesa de diálogo "obsoleta", los juegos olímpicos de invierno o el fallo del 25% del castellano. "No vemos esa reacción, y ha sido una sorpresa. No hay medidas concretas y es un sentimiento de gran impotencia", afirman.

Conocimiento previo del espionaje

Todos los líderes independentistas tenían conocimiento de los hechos antes de que saliera a la luz el informe en el New Yorker el pasado 18 de abril. Los principales actores lo sabían desde hace un año como mínimo. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès se puso en contacto con la plataforma Citizen Lab, de la que Campo forma parte, cuando Roger Torrent supo que su móvil estaba infectado por Pegasus. Eso fue en julio de 2020. El diputado del PDeCAT, Ferran Bel, también tuvo conocimiento unos meses antes de que se finalizara el análisis, al igual que la CUP.

También avisaron a Junts. Hace un año la diputada del partido de Carles Puigdemont, Miriam Nogueres recibió una llamada en la que le advertían que su móvil estaba infectado al igual que el del diputado de Bildu Jon Iñarritu. A lo largo de este año, Citizen Lab ha ido consolidando las pruebas y los implicados han podido preparar su respuesta. De hecho, el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, quien también representa a 19 personas que han sido afectadas por Pegasus, está preparando denuncias penales ante los tribunales españoles y europeos.

El bloque independentista se dio tanto margen para hacer pública una información que les perjudicaba en secreto por meditar bien la estrategia. Dar a conocer la investigación de Citizen Lab rompe los ritmos políticos, como se ha visto entre ERC y el Gobierno, y precipita giros en el Congreso de los Diputados, como el apoyo de Bildu al decreto anticrisis. Pero sin embargo, el trabajo a 'fuego lento' de la investigación de Pegasus era un punto más dentro del plan independentista. Como explican fuentes de ANC, era necesario recabar pruebas judiciales para que no quedara duda de que era un colectivo el afectado y no pocas personas las víctimas de este escándalo. "No queríamos acusar porque sí. Era necesario recopilar y hacer un 'pack' informativo para denunciar un ataque indiscriminado por parte de un Estado de Derecho". El 'Catalan Gate', así, ha tenido su fecha de estreno.

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