El ex secretario general de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Andreu Camps ha declarado este martes ante la Audiencia Provincial de Madrid como testigo en un juicio por una estafa de casi medio millón de euros al organismo rector del fútbol español perpetrado por una trama con conexiones con Nigeria y cuyos autores intelectuales no han podido ser aun identificados.
Camps ha declarado ante el tribunal que los presuntos estafadores obtuvieron en 2021 información de un pago pendiente de una factura al Athletic de Bilbao por la no celebración en la localidad vasca de la Eurocopa 2020, a través de un ataque informático por el que accedieron a los datos de su nube. Se trataba de un evento que finalmente se trasladó a Sevilla por diferencias entre la UEFA y el Gobierno vasco por los protocolos covid que debían aplazarse durante la disputa del encuentro.
La Fiscalía pide por estos hechos una pena de tres años de prisión para R. A. A. Y. por un delito de estafa informática en grado de tentativa. Considera por el Ministerio Público y la acusación particular como "cooperadora necesaria" en el delito de estafa, ya que la cuenta bancaria perceptora del dinero estaba abierta a su nombre.
El robo de datos informáticos también permitió a la acusada suplantar la identidad del director general del Athletic de Bilbao, Jon Berasategi, falseando su cuenta de correo electrónico y cambiando un par de letras de la dirección de email original. Con todos los cabos atados, los presuntos estafadores pudieron sortear los mecanismos de seguridad de la RFEF y solicitar una transferencia bancaria por valor de 460.242,86 euros a una cuenta cuya titular ha sido la única persona en sentarse en el banquillo de los acusados.
Según han detallado en la vista oral Alfredo Lorenzo Mena, entonces director de seguridad de la RFEF, y el propio Camps, la persona que se hizo pasar por Jon Bersategi facilitó un documento que se acreditaba que la cuenta abierta por la enjuiciada pertenecía al club vasco e, inmediatamente, se autorizó el pago.
Camps, tal y como ha detallado este martes en sede judicial -junto con el tesorero y el director financiero- fue el encargado de la autorización de dicha transferencia a una nueva cuenta bancaria en la entidad alemana N26 Bank. Días más tarde, preguntado por los correos de la 'Liquidación por la Eurocopa 2020', Jon Berasategui, confirmó las sospechas de los dirigentes federativos; la cuenta del Athletic no se había cambiado, seguía siendo la misma que ya figuraba en los registros de RFEF, según ha declarado el directivo del club este martes en sede judicial.
Tras las denuncias interpuestas por la federación por estafa y por el propio Berasategi por suplantación de identidad, el banco logró bloquear la transferencia realizada por la Real Federación Española de Fútbol, que recuperó el dinero no pudiendo la acusada disponer del mismo.
Una trama con conexiones en Nigeria
Los datos recogidos por la Policía Nacional desvelaron que el correo electrónico desde el que se enviaron los mensajes a la RFEF tenían como contacto la dirección electrónica de un ciudadano nigeriano, nacionalidad que comparte con la única acusada por el caso en España.
Por ello, una agente de la Brigada Central de delincuencia económica y fiscal de Madrid ha declarado que la acusada, que responde a las iniciales de R.A.A.Y, sería la 'mula financiera'. Según ha explicado en la vista oral, se trata de "personas que con un importe de dinero abren cuentas bancarias a su nombre", receptoras de dinero de estafas, que luego se trasfieren a otras cuentas en el extranjero.
Por su parte, la acusada se ha declarado inocente durante su interrogatorio, pese a que el Ministerio Público y la acusación particular han mantenido que fue "imprescindible" para que se llevara a cabo la estafa. Por ello, la Fiscalía Provincial de Madrid mantiene su acusación de tres años de prisión por considerarle "cooperadora necesaria" en un delito de estafa informática en grado de tentativa.
La acusada -apoyada por la intermediación de un intérprete en inglés- ha negado haber creado la cuenta en la entidad bancaria N26 Bank por fines ilícitos y ha declarado que su apertura el 9 de Mayo de 2022 se hizo con motivo de la creación de un negocio de peluquería en Londres con su hermana.
La defensa ha pedido la absolución de su cliente ya que entiende que "carece de conocimientos informáticos", por lo que no podría haber sido partícipe del ataque informático que sufrió la cuenta de OneDrive de Andreu Camps. Asimismo, ha defendido que la acusada, residente en Londres y de nacionalidad nigeriana, hizo uso de una cuenta Revolut, ya que ese tipo de cuentas se usan porque son fáciles de abrir para los extranjeros".
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