España

El estrés de Salvamento Marítimo y las mafias africanas devoraron a 54 migrantes de El Hierro

Los subsaharianos supervivientes declaran que Salvamar Adhara partió en dos el cayuco

Los ocupantes del cayuco 190M que el pasado fin de semana se hundió a cuatro kilómetros de la isla de El Hierro el pasado fin de semana cuando eran socorridos por Salvamento Marítimo aseguran que la canoa se hundió porque fue empitonada por Salvamar Adhara por un costado. No han dicho nada sobre los capos mafiosos africanos a los que pagaron en origen para llegar a Canarias. Los nueve cuerpos recuperados han recibido sepultura esta semana. Solo dos de ellos fueron identificados y su nombre consta en la lápida del cementerio de Valverde: Mahamaud Sima y Amadou Toure. El resto, descansa en nichos donde se lee la palabra “inmigrante” junto a un número y la fecha del naufragio. Entre los 27 supervivientes, hay 16 malienses, cinco mauritanos, tres guineanos, dos senegaleses y un gambiano. Se trata de 23 adultos con edades entre los 18 y 34 años y cuatro adolescentes de 13, 15 y 17 años.

El accidente ocurrió cuando el cayuco se desestabilizó al intentar acercarse a las embarcaciones de Salvamento Marítimo. Según Ismael Furió, delegado de la Confederación General del Trabajo en Salvamento Marítimo, la desesperación de las personas a bordo por ser rescatadas fue uno de los factores que provocó el naufragio. “El movimiento de los migrantes al vernos llegar hizo que la embarcación zozobrara. Muchos ya no tenían fuerzas para mantenerse a flote cuando caímos al agua y, aunque lanzamos salvavidas, fue imposible evitar que algunos se ahogaran", relata a Cope Furió, que agrega: "nos enfrentamos a una situación insostenible con jornadas maratonianas que nos llevan al límite. No es razonable ni seguro, ni para nosotros, ni para las personas que intentamos salvar".

La guardamar Concepción Arenal se colocó a su costado y comenzó a trasvasar a los ocupantes a su cubierta, una maniobra que siempre es comprometida, porque la barca en rescate se puede golpear contra su casco o las personas que lleva a bordo pueden desequilibrarla, si se ponen nerviosas por la tensión acumulada y la ansiedad por salvarse. Dos de los supervivientes aseguran que uno de los cabos con los que el cayuco fue sujetado a la guardamar se rompió, con lo que este dio un bandazo y el viento lo estrelló contra la nave de Salvamento, provocando que se rompiera. Y los que aún estaban en el cayuco cayeron, varios de ellos con heridas y traumas debido al impacto. Cuatro compañeros de travesía, que estaban sentados en otro punto, confirman que el cayuco se quebró durante el rescate, aunque no saben bien cómo ocurrió, porque dos estaban ya en la guardamar.

De los restantes, el primero se salvó agarrándose a uno de los cabos que lanzaron los marineros de la Concepción Arenal y el segundo, aguantó nadando unos minutos, hasta que vio a un compañero ya muerto que flotaba con un chaleco salvavidas y lo cogió para él. Miembros de los equipos sanitarios y de emergencia que participaron aquella madrugada en el desembarco de las víctimas del accidente en el puerto de La Restinga apuntan que varios de los supervivientes llegaron secos, porque a ellos el percance los sorprendió ya en la guardamar, y que varios cadáveres presentaban traumas y cortes importantes, no solo signos de ahogamiento.

Ya no se podrá saber. Salvamento Marítimo ha suspendido la operación de búsqueda y rescate de las 54 personas migrantes desparecidas y eso que en labores de búsqueda han participado dos embarcaciones de Salvamento Marítimo, junto a un avión y un helicóptero también de Salvamento, además de una patrullera de la Guardia Civil, un helicóptero del Gobierno de Canarias y una embarcación de Cruz Roja. Según explicó el jefe del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo, Manuel Barroso, el mismo sábado, “durante las operaciones de salvamento, las personas que se encontraban a bordo de esa embarcación se concentran todas en una de las bandas del cayuco, provocando que este vuelque y todos caigan a la mar”.

Ahora ocurre que supervivientes de la tragedia del cayuco que se hundió el pasado sábado en El Hierro, con parte de sus tripulantes a bordo, han contado a las asistencias humanitarias y a los familiares de los fallecidos y desaparecidos, que la embarcación se partió en dos cuando se encontraba al costado del barco de Salvamento Marítimo que procedía a rescatar a sus 90 ocupantes, cundo ya estos habían empezado a cruzar a su cubierta del buque de salvamento. Que el traspaso de migrantes desde el cayuco a la embarcación que les rescataba se bloqueó y en un giro Salvamar Adhara partiría en dos el cayuco. El informe oficial señala "el cayuco volcó al concentrarse sus ocupantes en una de sus bandas" con la dificultad "de un rescate que se produjo de noche y en condiciones climatológicas adversas, con rachas de viento de unos 20 nudos".

Y es que sobre las 0.24 horas de la madrugada del sábado 28 de septiembre, varios teléfonos móviles de familiares y amigos compatriotas de los desaparecidos en Barcelona, Madrid y algún punto de Francia les llegó casi el mismo mensaje: "Hemos llegado, se ve tierra. El motor se ha parado, pero estamos bien". También el 112 recibe una llamada similar. 63 hombres procedentes de Mali, Senegal, Mauritania, Guinea y Gambia, varios de ellos menores, perdieron la vida poco después a uno siete kilómetros de la costa oriental de El Hierro, de los que solo se han recuperado nueve cadáveres, que recogieron la misma noche de la tragedia las tripulaciones de la Guardamar Concepción Arenal y la Salvamar Adhara. El resto no ha aparecido.

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