El Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) ha hecho un llamamiento a boicotear las pruebas de competencias básicas de la Generalitat que se están llevando a cabo estos días en toda Cataluña y que se dirigen a los alumnos de 4º de la ESO. A través del hashtag 'Incompetencias 2022', ya son varios los alumnos que se han negado a hacer los exámenes y que han utilizado los folios para dibujar o hacer reivindicaciones e inmortalizar las estampas en Twitter.
¿El motivo? Consideran que estos exámenes fueron propuestos desde la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y obedecen a intereses empresariales para maximizar el crecimiento económico. "La educación no debería estar dictada por objetivos de crecimiento económico, sino por la voluntad de crear una sociedad capaz de entender el mundo y transformarlo", sostienen. Además, consideran que este tipo de evaluaciones supone "una presión psicológica excesiva para los estudiantes".
Según explica el Departamento de Educación catalán a Vozpópuli, son unas pruebas censales y este año afectan a más de 82.000 alumnos de 4º de la ESO. "Esta evaluación no es ninguna prueba de la OCDE, son unas pruebas que diseña el Consejo Superior de Evaluación del Sistema Educativo de Cataluña, un organismo creado por la Ley de Educación de Cataluña que evalúa el sistema educativo catalán. Se hacen al final de la etapa obligatoria para que los alumnos, familias y centros educativos sepan el grado de adquisición de las competencias básicas al finalizar la etapa, aunque no determinan el paso de curso, no constan en el expediente del alumno", aclaran.
Las pruebas en cuestión evalúan las competencias y conocimientos básicos que debe haber adquirido el alumnado al final de la ESO en competencia comunicativa lingüística (en lengua catalana, castellana y extranjera y en aranés en Arán), en competencia matemática y en competencia científico-tecnológica. En competencia comunicativa lingüística en lengua extranjera se evalúan el inglés, el francés y el alemán.
Evaluación externa a los estudiantes
Se trata de una evaluación externa de carácter formativo y orientador que, según explica el Departamento de Educación de la Generalitat, busca ser una herramienta al servicio de los centros, del profesorado y del alumnado para impulsar la mejora global del sistema educativo catalán. "Es una actividad educativa y, como tal, tiene carácter obligatorio, dado que está configurada como un derecho y un deber de los alumnos", indican en su portal.
Este año se celebra la undécima edición. El Departamento de Educación explica a los alumnos que, con estas pruebas, se dispone de más información sobre la situación global de la educación, a la vez que se permite a los centros valorar sus propios resultados y establecer medidas de mejora de los procesos de enseñanza aprendizaje. Los datos de cada centro y de cada alumno son confidenciales.
Además, la Generalitat señala que la prueba no requiere que se estudien cuestiones diferentes y al margen de las que ya se trabajan en cada materia. "Conviene que te familiarices con el tipo de ejercicios y de preguntas de las pruebas", advierten al alumnado.
Sin embargo, varios de los alumnos de 4º de la ESO no están a favor de los exámenes externos y han seguido las indicaciones del Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes. Estas consistían en escribir en las distintas pruebas y hacer una foto del 'boicot' para subirla a las redes sociales a través de la etiqueta 'Incompetencias 2022".
SEPC habla de "presión psicológica excesiva"
De acuerdo a esta entidad de corte independentista, en las pruebas se evalúan los conocimientos que la OCDE considera importantes. "Vemos cómo las humanidades y la filosofía no se incluyen en las pruebas, ya que su objetivo es hacer de la educación una fábrica de trabajadoras sin pensamiento crítico, preparadas para incorporarse a las empresas", argumentan.
Y añaden: "Con los resultados de las pruebas se crean rankings. Los gobiernos incentivan la obtención de buenos resultados en las pruebas con subvenciones para las mejores puntuaciones. Debido a los recortes y la necesidad de obtener mayor financiación, desde la dirección de los propios centros educativos se incentiva la obtención de buenos resultados a expensas de una presión psicológica excesiva a los estudiantes".
"La voluntad de clasificar las escuelas por rankings y beneficiar a unos centros considerados 'mejores' que otros va en contra del ideal de una educación pública, en la que los esfuerzos deberían ir dirigidos a ofrecer la mejor educación en todos los centros", denuncian la organización sindical.
De acuerdo a la entidad, la competitividad que se crea entre los centros repercute también en la calidad de la enseñanza. "Los docentes deben centrarse en preparar al alumnado para estas pruebas, perdiendo capacidad crítica ya que tienen más presión externa sobre qué conocimientos debe alcanzar el alumnado y de qué modo debe alcanzarlos", esgrime.
Los alumnos vinculados al sindicato, conocido por sus boicots a otras asociaciones estudiantiles como S´ha Acabat!, advierten: "Si creemos en la función liberadora de la educación, si queremos formarnos para ser personas críticas y preparadas para incidir en el mundo, no podemos hacerle el juego al capital ni subordinarnos a sus demandas. Lo único que podemos hacer es estar al lado de nuestra escuela, la que queremos, la escuela pública al servicio de las clases populares".
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