España

De ETA al yihadismo: la experiencia de 700 víctimas del terrorismo en España a lo largo de 50 años

El estudio tiene el triple objetivo de "comprender la evolución de los testimonios, contribuir a su difusión, especialmente entre los jóvenes, y ponerlos en valor para la deslegitimación del uso de la violencia política"

España ha vivido, a lo largo de su historia, el azote del terrorismo. Desde ETA a los GAL, pasando por el yihadismo, los atentados terroristas han dejado huella en nuestra sociedad. En la memoria colectiva de nuestro país está el atentado de Hipercor de ETA en junio de 1987 o el asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997, así como los atentados yihadistas del 11M en Madrid de 2004.

De recoger los testimonios de las personas que lo han vivido en primera persona y analizar cómo ha cambiado a través del tiempo se encarga, entre otras entidades, el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

El próximo miércoles 28 de febrero se presentará en Bilbao el Informe número 14 con el título "Dar testimonio. La voz de las víctimas del terrorismo en España". Este trabajo se ha realizado sobre la base de 1.329 testimonios de 700 víctimas, principalmente de ETA, pero también de otros tipos de terrorismo.

Este estudio tiene el triple objetivo de "comprender la evolución de los testimonios a lo largo de más de cincuenta años, contribuir a su difusión, especialmente entre los jóvenes, y ponerlos en valor para la deslegitimación del uso de la violencia política".

ETA, GAL, yihadismo...

La mayoría de los testimonios recogidos durante la investigación corresponden a los principales grupos de víctimas, que son las producidas por ETA y su entorno (1.116) y el yihadismo (151). Los testimonios de afectados por otros terrorismos son menos, y además han contado sus historias en bastante menor proporción. Se trata de víctimas del terrorismo de ultraizquierda (30), ultraderecha (11) y los GAL (11).

Para realizar este trabajo, los autores han investigado a través de diferentes fuentes como diarios generalistas, publicaciones de asociaciones y fundaciones de víctimas, revistas de organizaciones pacifistas y de la sociedad civil.

También textos de la asociación Bakeaz y de la Fundación Fernando Buesa, vídeos de Gogora o el propio Memorial, y audios procedentes de entrevistas aparecidas en la Cadena COPE y en el proyecto Relatos de plomo sobre el terrorismo en Navarra.

El miedo a hablar

Los autores han constado que los damnificados por el terrorismo de ETA han tardado más de 19 años en dar su testimonio desde que fueron atacados. No hay testimonios de guardias civiles, policías o militares -principal objetivo de las diferentes ramas de ETA- hasta los años noventa, cuando las víctimas "empiezan a ser más visibles y se contabilizaban cientos de asesinados entre los cuerpos policiales del Estado y el Ejército", han indicado desde el centro memorial.

Asimismo, han señalado que los damnificados durante el franquismo "tardaron el doble de tiempo en narrar sus experiencias, y quienes fueron estigmatizadas como 'ultraderechistas' o 'chivatos' también necesitaron cerca de tres décadas en contarlo".

"Si hay 1,30 testimonios por cada asesinato de ETA, la cifra cae a 0,27 con el terrorismo de ultraizquierda y a 0,18 con el de ultraderecha", han apuntado.

De los 1.329 testimonios analizados, 662 corresponden a mujeres y 534 a hombres. "Es la muestra más amplia conocida, aunque está lejos de las 1.454 víctimas mortales y los 5.000 heridos por el terrorismo en España", ha destacado el centro memorial.

La gran mayoría de las víctimas aún no han hablado en público y, en ese sentido, los autores del informe constatan cinco etapas en la evolución de los testimonios, desde la dictadura franquista, donde no existió ninguno, al posterrorismo, que recoge 730.

500 asesinados por ETA en la Transición

Los primeros testimonios se localizan en la Transición con tres víctimas cuyas amenazas, secuestros y asesinato tuvieron un protagonismo mediático significativo para la época: el del hijo del empresario y político Javier de Ybarra Bergé, secuestrado y asesinado por ETA entre mayo y junio de 1977; el de Javier Rupérez, diplomático y diputado de UCD, secuestrado por ETA político-militar en 1979, y el del empresario vasco, Juan Alcorta Maíz, amenazado por ETA militar en 1980.

"En esa etapa hubo en España 498 asesinados por terrorismo. El silencio se explica por el miedo y la huella reciente de la dictadura. Las víctimas vivían en la soledad y el desamparo", apuntan los autores.

En la segunda mitad de la década de los ochenta comienza "un goteo persistente de testimonios, coincidente con el inicio de respuesta pacifista contra el terrorismo, y el gran salto testimonial se produce tras el secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco, en 1997", han indicado los autores.

"Hoy en el posterrorismo hay una tendencia creciente a testimoniar, porque ya no hay miedo, hay mayor conciencia y las asociaciones fomentan la memoria", han señalado López Romo e Ibarra.

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