El dirigente de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi se muestra partidario de la "disolución de las estructuras militares de ETA", que considera como "el único escenario al que estamos abocados" y que debe ser, a su juicio, un proceso "monitorizado por la comunidad internacional", según recoge Efe.
Esta apuesta por el "desmantelamiento de las estructuras militares" de la organización terrorista es una de las reflexiones incluidas en el libro "El tiempo de las luces", una extensa entrevista al exportavoz de Batasuna presentada ayer en San Sebastián y que hoy, sábado, se distribuirá junto con el diario Gara.
A lo largo de esta entrevista firmada por el periodista Fermín Munarriz, que consta de 550 preguntas plasmadas en un volumen de 253 páginas, el líder independentista detalla el proceso del cambio de estrategia de la izquierda abertzale a partir de un análisis autocrítico que llevó a este sector político a apostar por el fin de la violencia de ETA. "En este contexto, y por simple coherencia, no contemplo ni deseo otro escenario que el del desmantelamiento de las estructuras militares de ETA. Ese es, sin duda, el único escenario al que estamos abocados. Soy tan partidario de la disolución de las estructuras militares de ETA como de que este proceso sea monitorizado por la comunidad internacional", asegura Otegi.
El dirigente independentista, preso en la cárcel de Logroño por intentar reconstruir Batasuna, considera que, una vez finalizada la actividad armada de ETA, el "desarme" es "el siguiente paso" por "coherencia política": "Me parece evidente que una decisión lleva implícita la otra".
Perdón a las víctimas
En el libro, Otegi pide perdón a las víctimas de ETA por si su actuación política ha podido añadir dolor o humillación, al tiempo que se reafirma en su apuesta por las vías exclusivamente pacíficas, no sólo por motivos estratégicos, sino también éticos. "Mi evolución respecto al uso de la violencia y mi posición de rechazo a su empleo viene determinada tanto por cuestiones éticas como por cuestiones políticas", asegura. Propone incluso que la izquierda abertzale abra "canales de diálogo directos o indirectos, públicos o privados, con las víctimas de ETA que estén dispuestas a ello".
En otro pasaje del libro, el dirigente abertzale afirma que las personas que abandonaron Euskadi por la violencia de ETA "están en su derecho" de votar en el País Vasco: "No nos oponemos a que quienes acrediten con hechos y datos que tuvieron que abandonar Euskal Herria por la coacción de ETA puedan votar. Están en su derecho. Lo que denunciamos es que, además de ellos, se trata de colar de rondón a decenas de miles de colonizadores para alterar los resultados electorales".
El libro comienza con las reflexiones de Otegi en torno al frustrado proceso de paz de 2005, sobre cuya ruptura asume responsabilidades de la izquierda abertzale y de ETA, a la que acusa de cometer un "gran error" por su decisión de "condicionar cualquier avance en el carril técnico en función de cómo se desarrollara el carril político", lo que "proyectó sobre el proceso la sombra de la tutela efectiva por parte de la organización armada".
Atribuye la renuncia de la organización terrorista al uso de las armas al "convencimiento" por parte de la izquierda abertzale y recuerda la posición inicial "absolutamente contraria" de ETA al cambio de rumbo de la antigua Batasuna.
A lo largo de toda la entrevista, Otegi atribuye al PP un papel de bloqueo de cualquier iniciativa que acerque a la paz y se muestra muy crítico con la actuación del actual líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, al frente del PSOE, así como con la actitud del PNV.