El testimonio que dos exmiembros de ETA han prestado en la causa por el asesinato de Gregorio Ordóñez será clave para avanzar en otras investigaciones que se siguen contra la cúpula de la banda terrorista. Estos dos arrepentidos, a los que se les ha concedido el estatus de testigos protegidos, señalaron a doce antiguos miembros de la banda terrorista por su papel en la planificación de atentados. Sus revelaciones se adherirán a más sumarios en los que se investiga la autoría intelectual de la cúpula.
Según confirman fuentes jurídicas a Vozpópuli, las declaraciones se produjeron en el marco de la causa reabierta contra los antiguos jefes de ETA por el asesinato de Gregorio Ordóñez en Guipúzcoa en enero de 1995. Se trata de una confesión relevante y pionera al tratarse de dos antiguos miembros de la banda terrorista. Tanto es así que la misma se va a incorporar a otras causas abiertas en la Audiencia Nacional contra los antiguos jefes de ETA como ocurre con la del asesinato a Miguel Ángel Blanco o del atentado mortal de Santa Pola en 2002.
La solicitud la formuló Dignidad y Justicia, cuyas querellas han propiciado la reapertura de 8 causas en los últimos meses. La asociación que dirige Daniel Portero ha presentado varios escritos en los que reclama que estos testimonios se incorporen también a estas diligencias, entre las que se encuentran el atentado de la T-4 en 2006, el que efectuó la banda a un cuartel de la Ertzaintza en Ondarroa en 2006; el del asesinato al magistrado del Tribunal Supremo Francisco Querol, el del que fuera concejal del PP Jesús María Pedrosa Urquiza o del atentado en la ciudad navarra de Sangüesa.
Históricos de ETA desde 1980
Se trata de diligencias todas ellas que se han reabierto para investigar la autoría mediata o intelectual de la entonces cúpula de ETA. Al respecto es de especial trascendencia el testimonio prestado por estos dos etarras confesos en el que llegan a incriminar hasta doce líderes de la banda. Tal y como ha avanzado El País y puede confirmar este medio, los testigos protegidos incriminaron una docena de históricos de ETA, entre ellos al exlíder José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera.
Uno de los arrepentidos, que formó parte de la banda en la década de 1980, incriminó a los históricos como Santiago Arróspide 'Santi Potros'; José Javier Zabaleta 'Baldo'; Francisco Múgica 'Pakito', Eugenio Etxebeste Arizkuren 'Antxon' o Domingo Iturbe Abasalo 'Txomin'. El segundo, que perteneció desde 1993 hasta su detención en 2001, señaló a los que fueran últimos dirigentes de la organización terrorista. Se trata de José Javier Arizcuren Ruiz 'Kantauri'; Ignacio Miguel Gracia Arregui 'Iñaki de Rentería'; María Soledad Iparraguirre 'Anboto'; Miguel Albisu Iriarte,'Mikel Antza'; Javier García Gaztelu 'Txapote' y Julián Achurra Egurola, alias 'Pototo'.
Estos testigos protegidos, identificados como 001 y 002, fueron piezas importantes dentro de ETA ya que integraron comandos que perpetraron atentados. A comienzos de año declararon ante la Guardia Civil y el 31 de marzo corroboraron su testimonio ante el magistrado de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal.
Autores intelectuales
Ambos comparecieron de manera voluntaria y dieron detalles concretos de la estructura, funcionamiento y composición de ETA, así como del papel que desempeñaron los integrantes del comité ejecutivo, también bautizado como Zuba. Además de las acciones, dieron nombres y apellidos de los miembros de la cúpula antes de ser detenidos.
Este último aspecto es crucial para las investigaciones reabiertas en la Audiencia Nacional que se centran no en los autores materiales de estos atentados, sino en los que impartieron las directrices. Tanto es así que, en la causa por el asesinato de Gregorio Ordóñez se imputó a algunos de los ahora señalados por los arrepentidos. En concreto se actúa contra José Javier Arizcuren Ruiz 'Kantauri'; Ignacio Miguel Gracia Arregui 'Iñaki de Rentería'; Miguel Albisu Iriarte,'Mikel Antza'; Julián Achurra Egurola, 'Pototo' y Juan Luis Aguirre Lete, conocido como 'Isuntza'.
En la causa por el asesinato de Miguel Ángel Blanco están imputados Kantauri, Mikel Antza y Soledad Iparraguirre, Anboto. La Guardia Civil, en un informe remitido a la Audiencia Nacional el año pasado, situó al comité ejecutivo detrás de las órdenes de secuestrar y asesinar a Miguel Ángel Blanco. Aludieron además a las famosas cartas que Kantauri envió al comando Vizcaya en julio y septiembre de 1997 en las exhortó a actuar contra políticos del PP.
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