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España dispone de una semana para sacar aún a cientos de colaboradores de Afganistán

Arranca una fatídica cuenta atrás. Los talibán son inflexibles en la fecha límite, 31 de agosto. A partir de entonces no aceptarán la presencia de las fuerzas occidentales en Afganistán

Arranca una fatídica cuenta atrás. Los talibán son inflexibles en la fecha límite, 31 de agosto. A partir de entonces no aceptarán la presencia de las fuerzas occidentales en Afganistán que se afanan en la evacuación de todo personal que colaborase en las misiones militares y diplomáticas de los últimos 20 años. El aeropuerto de Kabul es un hervidero y se estudian nuevas posibilidades para agilizar la extracción. La lista de España incluye entre 800 y 1000 nombres. Por el momento ha logrado extraer a 712 personas, pero muchas de ellas son trabajadores de otros países europeos o de Estados Unidos. Faltan cientos, aunque no hay cifras oficiales al respecto. Militares y diplomáticos trabajan contrarreloj para sacar a cientos de afganos ‘españoles’ que aguardan su turno.

El primer acuerdo suscrito entre Estados Unidos y los talibán contemplaba el 31 de agosto como fecha límite. Sin embargo los hechos se han precipitado y el caos se ha apoderado del aeropuerto de Kabul. ¿El motivo? Los talibán se han adueñado de la ciudad mucho antes de lo previsto por las fuerzas occidentales y han desplegado a sus hombres mejor equipados junto al aeródromo. La rápida huida del presidente afgano Ashraf Ghani tampoco ayudó, propiciando que una muchedumbre aterrorizada se arrojara al aeropuerto.

Pero los talibán advierten: no prorrogarán esa fecha límite. A partir del 31 de agosto no serán bienvenidas las fuerzas occidentales en su país. España es consciente de ello y trabaja para “evacuar a tanta gente como se pueda mientras se pueda”, en palabras de Margarita Robles, ministra de Defensa. Ese “mientras se pueda” alberga un mínimo de esperanza de que se consiga extender el plazo, pero las opciones se agotan.

Los riesgos de la cuenta atrás

Por eso España trabaja en varias opciones para agilizar las evacuaciones, cuando sólo resta una semana de presencia en Kabul. Desde esferas diplomáticas se trabaja bajo un ritmo frenético en expedir la documentación a todos aquellos que figuran en las listas: hombres y mujeres acompañados de sus hijos que tratan de atravesar el cerco talibán y de la multitud. “Les pedimos que vayan con una bandera española o con ropa roja para identificarlos mejor”, detallaba Robles en una visita a Torrejón de Ardoz.

Fuentes de seguridad consultadas por Vozpópuli temen que, a medida que se aproxime la fecha límite, las condiciones de evacuación sean más difíciles. Por un lado, por el nerviosismo acumulado de los talibán, que desde hace más de una semana ofrecen una tensa calma en la capital. También influye el creciente desasosiego entre los afganos, que amenaza con traducirse en más caos junto al aeropuerto en esta cuenta atrás. No paran de registrarse tiroteos, que se saldan con muertos y heridos.

Una militar española sostiene a una niña afgana en una de las evacuaciones

Y, por último, por la frenética carrera en la que está inmerso occidente por abandonar el país. Los esfuerzos se centran en que no se relajen las medidas de seguridad dentro del aeropuerto, tanto en la gestión de todas las personas que han accedido al mismo como en las maniobras de aterrizaje y despegue. Todo ello sin perder de vista el evidente riesgo que supone operar en un país en conflicto.

El esfuerzo español en Afganistán

España trabaja con una lista de entre 800 y mil afganos que evacuar. Es cambiante, a medida que las autoridades contactan con los trabajadores y éstos incluyen a sus familiares: “Su cónyuge, sus descendientes y ascendientes directos y dependientes de usted, además de sus hermanas no casadas, también pueden acogerse a esta operación”. Así reza el mensaje en español e inglés que se envía a los afganos escogidos para salir en los aviones del Ejército del Aire.

En esta frenética cuenta atrás España explora todas las posibilidades. Ya ha desplegado un equipo de operaciones especiales del Ejército de Tierra en el aeropuerto de Kabul por si, en esta frenética cuenta atrás, se permite la opción de salir del aeropuerto en busca de colaboradores afganos que no pueden llegar a las instalaciones por sus propios medios. Este equipo se une al contingente formada por miembros del Escuadrón del Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) y de la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER), ambos del Ejército del Aire, así como del Regimiento de Operaciones de Información nº1 del Ejército de Tierra especializados en cooperación cívico militar.

Asimismo, España contempla la posibilidad de pasar de dos a tres vuelos diarios para aumentar el número de extracciones. La decisión debe ser adoptada por Estados Unidos, que actualmente gestiona toda la logística en el aeropuerto de Kabul. La fluidez de las relaciones entre Madrid y Washington en la crisis de Afganistán podría ayudar a aumentar la frecuencia con la que aterrizan los aviones A400M del Ejército del Aire.

Hasta el momento, y a última hora de este lunes, los militares y policías españoles habían logrado evacuar a 712 personas de Afganistán a bordo de siete vuelos. No todas ellas trabajaron para nuestro país, puesto que muchas sirvieron a otros países de la Unión Europea o de Estados Unidos. Sin haber cifras oficiales al respecto, aún quedarían cientos de afganos que colaboraron con España que esperan su turno para salir de Kabul.

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