Juan Carlos Márquez Cabrera, exdirigente chavista que se suicidó el pasado mes de julio en España, declaró, antes de quitarse la vida, que autorizó los pagos millonarios a Raúl Morodo, embajador en Venezuela durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, según adelanta El Mundo.
En concreto, el jerarca de la petrolera estatal venezolana PDVSA aseguró al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedráz que estas operaciones fueron una orden directa del ministro del Petróleo de Hugo Chávez y a la vez presidente de la petrolera, Rafael Ramírez.
Dicho desfalco de PDVSA ascendería hasta los 35 millones, cantidad que se habrían desviado el propio Márquez Cabrera junto a Morodo. La fiscal Anticorrupción Ana Cuenca les atribuye por ello la comisión de delitos de falsedad documental, corrupción en las transacciones internacionales, blanqueo de capitales y contra la Hacienda pública.
"El señor Ramírez me dijo que me reuniera con el señor Alejo Morodo porque iba a asesorar a la empresa con temas europeos y que lo iba a aprobar", aseguró el exdirigente chavista refiriendose al hijo del exembajador puesto por Zapatero.
Desvíos de fondos
Según indicó ante el juez Pedraz, los desvíos de fondos se habrían camuflado con contratos ficticios de consultaría empresarial, y que estos "carecen de lógica empresarial". Y se habrían firmado, esos desvíos, a sociedades de la familia Morodo sin saber qué servicios se habían prestado.
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