Pablo Iglesias no deja de granjearse enemigos entre sus propias filas. El exlíder de Podemos no hace prisioneros, y para él la vida se resuelve en el binomio "o estás conmigo, o contra mí". Sin grises. Lleva meses combatiendo en Twitter y en su podcast con los que otrora fueron "aliados", como Antonio García Ferreras, el periodista que más tiempo en antena ha dedicado a los integrantes de Podemos. Este jueves ha sido la exeurodiputada Lola Sánchez Caldentey la que ha alzado la voz contra Iglesias, vertiendo contra él duras críticas, tildándole de machista y de utilizarla en su época en Bruselas para espiar al entonces camarada Miguel Urbán (hoy participa en solitario representando a Anticapitalistas).
Sánchez se ha pronunciado públicamente en su red de Twitter a raíz de la última polémica pablista, sus duras palabras contra la escritora y filósofa Elizabeth Duval, que también simpatizó en su día con Podemos. "Si, Iglesias está totalmente abducido y cree firmemente que Duval es una mujer, porque cuando es un hombre quien le lleva la contraria, lo considera un valiente, un retador; pero si es una mujer, la cosa cambia, y lo que hace es denigrarla y apartarla: 'no se nos acerque más". Así comienza su alegato quien fuera eurodiputada por Podemos tras las elecciones de 2014, las primeras a las que se presentaba el partido político y de la que consiguieron escaño también Pablo Iglesias, Teresa Rodríguez y Pablo Echenique.
Cuenta que por "veteranía y puesto en la lista", era de "lógica" que fuera ella la jefa de Delegación en el Parlamento Europeo. Sin embargo, Pablo Iglesias la puenteó hasta en dos ocasiones. Una "para poner a Tania González, que por aquel entonces le era totalmente fiel. Hasta que dejó de serlo". La siguiente elección de Iglesias fue Miguel Urbán, que según Sánchez Caldentey "jamás le fue fiel sino todo lo contrario". "Pero era hombre, claro. Menos fiel que yo, pero hombre", asevera.
Continúa su relato explicando que unos meses después se reunió con Iglesias en el Congreso para hablar de las elecciones internas en Murcia. La exeurodiputada asegura que no quería presentarse porque "tenía un trabajo enorme en Bruselas". Sin embargo, "anticapis" y "pablistas" le convencieron "para intentar sacar a Óscar Urralburu de la dirección, pues éste era errejoner".
Iglesias no quería gente fiel al traidor Errejón en las instituciones. "Al final me presenté, no sin antes decirle a Iglesias que mi trabajo estaba en Bruselas y que me gustaría seguir otra legislatura, ya que había abierto un proceso legislativo de primer orden y quería continuarlo para hacerlo realidad: derechos para las trabajadoras textiles", prosigue.
Tenía que contarle todo lo que Urbán hacía en Bruselas. O sea, que fuera su espíaLola Sánchez Caldentey
Al parecer, Pablo Iglesias le "dijo a todo que sí", y a continuación le pidió que "le mandara periódicamente un documento sin firmar" donde la entonces eurodiputada "tenía que contarle todo lo que Urbán hacía en Bruselas. O sea, que fuera su espía".
Sánchez Caldentey aceptó los términos que le impuso Iglesias, pero asegura que nunca envió "un solo informe". Cree "que esa fue la puntilla" que le hizo salir de su proyecto. "A mí estas cosas me daban ganas de vomitar, y sentía que ya no debía estar ahí. Habían convertido un proyectazo en una puta mierda". La exeurodiputada concluye lamentándose de que el proyecto legislativo en el que trabajó sigue en un cajón mientras Urbán se mantiene en el Parlamento Europeo "haciendo no se sabe qué".
Sumar, ¿la estocada final de Podemos?
Las disputas internas, y no las urnas, son las que pueden terminar para siempre con Podemos. El de Lola Sánchez Caldentey solo es un nombre más de una extensa lista de cadáveres políticos en el hijo político de Iglesias: Ramón Espinar, Carolina Bescansa, Tania González, Teresa Rodríguez y un largo etcétera. El partido está perdiendo el apoyo de sus versiones regionales en favor de Yolanda Díaz, cuyo proyecto Sumar ya aúna la confianza de En Comú Podém y Galicia en Común.
Podemos no tiene intención de acudir al acto de presentación de la formación de la vicepresidenta segunda del Gobierno el 2 de abril. El socio del PSOE en el Gobierno cree que primero hay que llegar a un acuerdo de mínimos sobre cómo deben ser las primarias que determinen el peso de cada formación. Podemos aboga por unas primarias abiertas a la ciudadanía. Este punto, y no una hipotética candidatura de Yolanda Díaz, es el que más dificulta en estos momentos la confluencia de Podemos en Sumar. Si no hay dicho acuerdo y Podemos concurre a las elecciones separado de Sumar, ¿será el fin de los morados?
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