Después de que el virus del Nilo haya sembrado el pánico en verano en varios pueblos de Sevilla, llega un nuevo brote de origen exótico a España, también producido por la picadura de un mosquito. Se trata del dengue, una enfermedad provocada por el virus del mismo nombre de la que ya se cuentan 8 infectados en Vila-Seca (Tarragona). La cifra supone el mayor brote de la historia reciente de España y, lo que es peor, se espera que de ahora en adelante crezca el número de casos importados del extranjero. Sin embargo, los expertos piden prudencia: no se contempla la posibilidad de una epidemia, ya que para ello tendría que darse lo que se conoce como "transmisión local".
El dengue —además de la enfermedad— es un virus que se transmite a través de la picadura de un mosquito. Cuando uno de estos estos insectos pica a una persona que ya está infectada, adquiere el mismo, y pasa a ser portador del virus durante un periodo que varía entre 8 y 12 días.
Por suerte, en, cuando se han dado casos de esta patología en España, se ha tratado siempre de "casos exportados", es decir, que el mosquito transmisor ha sido infectado a través de un humano que adquirió el dengue fuera del país y lo ha traído hasta aquí. De otro modo, estaríamos hablando de una "transmisión local"; cuando el afectado que transmite el virus al mosquito contrajo la enfermedad en España.
En el caso del brote de Tarragona —el mayor de la historia reciente—, es el mosquito tigre el que se encuentra detrás de las infecciones, pero podría ser peor. En los países donde hay "transmisión local", el insecto que provoca las epidemias suele ser el aedes aegypti, un mosquito de color gris que vive y se reproduce en el interior de las casas y que es mucho más efectivo en su propagación.
"Falta que haya reservorios de enfermos de dengue, algo que de momento no ha tenido lugar en España salvo cuando ha llegado un viajero enfermo al que le ha picado el mosquito y este luego le ha transmitido el virus a otras personas", explica a Vozpópuli el virólogo Rafael Orti, que señala además que las epidemias las generan "los desequilibrios en los ecosistemas", como puede ser un cambio climático, "así que si cuidamos el medio ambiente y no interferimos demasiado en la naturaleza no debemos temer al dengue en nuestro país", asegura.
Los síntomas más habituales de esta enfermedad son la fiebre, los dolores de cabeza, las erupciones cutáneas y los dolores en otras partes del cuerpo, ya que el fallecimiento por dengue solo se da en los casos más graves de la enfermedad, y estos se dan cuando se ha contraído en más de una ocasión
En la actualidad existen cuatro variantes de dengue en el mundo y cuando una persona contrae más de una de ellas en su vida, es cuando comienzan los problemas. Para entonces, el cuerpo del infectado ya posee anticuerpos de una de ellas y, cuando se tiene que enfrentar a una segunda variante, estos se activan pero no tienen una efectividad alta, por lo que genera más defensas. La reacción de las dos variantes puede desembocar en una deshidratación del infectado, que puede entrar en estado shock.
En cualquier caso, el virus del dengue se transmite siempre a través de los mosquitos, y nunca directamente entre personas, por lo que resulta fundamental preparar las casas cuando se detecten casos en los alrededores —como sí ocurrió en Tarragona— para evitar que estos entren en las viviendas. Para ello, es importante usar repelentes específicos, mosquiteras y tener la piel cubierta.
El dengue no se propagará sin cambio climático
Para que en España se produzca un brote de dengue es necesario —al menos, de momento— que una persona ingrese en las fronteras del país ya infectada por una picadura en un país en el que esta enfermedad es endémica. Sin ir más lejos, en 2023, hubo 615 casos importados en España sin que se proclamase ningún brote.
La situación podría cambiar si hubiese un cambio de temperaturas al alza que favoreciese la reproducción de los mosquitos y alargase su vida. En este caso, la presencia de los mosquitos transmisores sería mayor en España y se podría hablar de los primeras "transmisiones locales".
En el resto del mundo, los casos de dengue se han disparado hasta alcanzar su máximo histórico. En 2023 —último del que se dispone de datos— hubo más de 6,5 millones según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque no se ha confirmado que el único motivo para ello sea el cambio climático.
En el hemisferio norte, la temporada en la que hay una mayor presencia del virus es la segunda mitad del año, mientras que en el sur es la primera. En lo que llevamos de 2024, la mayoría de los casos se han dado en el hemisferio sur y la zona tropical de América, por lo que los expertos europeos miran de reojo a África, de donde pueden migrar los insectos portadores en esta segunda mitad de años.
En caso de declararse una epidemia, ya existen dos vacunas contra el dengue que pasarían a estar disponibles: una de ellas, para los que ya han sido infectados anteriormente con el virus y la otra para los niños y los jóvenes menores de 16 años.
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