Finalmente, la policía judicial confirma que la explosión de la batería de un teléfono móvil que estaba en carga fue el origen del incendio en el que fallecieron cuatro personas de una misma familia en Guillena (Sevilla) el pasado domingo.
El móvil estaba cargando en la planta baja de la vivienda, depositado encima de un sofá. Ya en las primeras pesquisas se había detectado el sillón totalmente calcinado que, al estar próximo a la escalera, habría dificultado a las víctimas acceder a la parte alta del edificio.
Inicialmente, se barajó como hipótesis que el incendio hubiera sido provocado por la explosión de un patinete que estaba en el balcón, pero la Guardia Civil, tras tres días de pesquisas, confirma el motivo de una tragedia que se ha llevado la vida de una familia, la formada por el matrimonio Rendón Hidalgo de 52 y 48 y cuyos hijos de 16 y 21 años también fallecieron.
Lo que se confirma es que las consecuencias del incendio fueron mayores al estar todas las ventanas y puertas cerradas con rejas. La familia al completo trató de abrir desesperadamente una puerta que daba a un patio trasero, pero les fue imposible. Todo indica que estaba cerrada con llave y no podían acceder a la misma.
Los vecinos accedieron al balcón por vía lateral y a la puerta de la azotea que contaba con rejas que, lamentablemente, funcionaron como una prisión para la familia que no pudo sobrevivir.
Este supone el segundo peor incendio más en viviendas España este año, después de la tragedia que se cobró la vida de 10 personas en febrero en el barrio de Valencia de Campanar. El drama de Guillena pasa por ser uno de los tres incendios en viviendas más trágicos registrados en la provincia de Sevilla en los últimos 20 años.
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