Todo comenzó por redes sociales. Una joven relató en Twitter su experiencia veraniega en una discoteca cuando 'alguien' le pinchó y después se desmayó. Fue la mecha que recorrió todos los puntos de España y las denuncias por hechos similares se multiplicaron. Ahora se sabe que en total se presentaron 217 denuncias y se detuvieron o investigaron a dos personas por los famosos pinchazos.
Las primeras denuncias se presentaron durante San Fermín. Cataluña y País Vasco fueron las regiones donde más se advirtieron estos sucesos. En ninguno de los casos se detectó la presencia de sustancias químicas. Tampoco se consiguió identificar a los presuntos responsables.
El final del verano provocó un descenso superlativo de las mismas. Uno de los temores de los mandos policiales era que estos pinchazos sobrevolaran las fiestas patronales de los meses de septiembre. Finalmente no se produjo y el Ministerio del Interior ya ha publicado todos los datos de los que disponen sobre este tipo de intervenciones.
La Secretaría de Estado de Seguridad tuvo que responder a una petición de información que ha sido finalmente publicada en el Portal de Transparencia. Esta solicitud ciudadana requería conocer los protocolos de actuación, algo que fue denegado.
Sin acceso a los protocolos de actuación
El Ministerio del Interior rechazó hacerlos públicos porque estos procedimientos de trabajo, en los que se combinan los medios humanos y materiales con los que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuentan, forman parte de la "esfera de información sensible para el buen desempeño de estos objetivos".
"La divulgación de procedimientos de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado perjudicaría el cumplimiento de la misión encomendada, comprometiendo las actuaciones que se llevan a cabo para la prevención e investigación de infracciones tanto de carácter administrativo como penal".
Y es que, según esgrime la Secretaría de Estado, el "éxito o no del trabajo policial depende en gran medida de la protección de estos procedimientos". "Afectaría a la efectividad de la investigación y al posterior esclarecimiento de los hechos", advierten.
217 pinchazos sin sumisión química
Los datos disponibles sobre infracciones penales en las que se han producido pinchazos a personas, durante los meses de julio y agosto de 2022, conocidos por la Policía Nacional y la Guardia Civil es de 217. Sin embargo, no se puede precisar que en estos hechos se ha producido sumisión química, ya que éste es un concepto que debe ser determinado mediante análisis médicos.
En cuanto a las personas detenidas o investigadas por estos hechos su número ha sido de dos durante el periodo temporal antes referido, esgrime el texto fechado el pasado 29 de septiembre que ahora ha salido a la luz pública. En ninguna de las actuaciones los arrestados usaron las famosas jeringuillas.
Dos detenidos e investigados
Ambos arrestos fueron realizados por los agentes de la Policía Nacional. Uno de ellos se produjo en Palma de Mallorca a un menor de edad. Este chicó denunció haber sufrido un pinchazo con el objetivo de robarle el teléfono móvil en una discoteca.
Las investigaciones de los policías esclarecieron que esta denuncia fue falsa y que en realidad su objetivo era cobrar el seguro del dispositivo. Fue detenido por simulación de delito gracias a las cámaras de seguridad del establecimiento que siguieron todo el recorrido del menor.
La otra intervención se produjo en Albacete cuando fue identificado un menor como presunto autor de varios pinchazos a mujeres. Este chico usaba un alambre para perpetrar esta "broma macabra". El suceso se desarrolló durante la época de ferias y causó un gran pánico ante la afluencia de jóvenes.
Un año de pinchazos
“Lo de la sumisión química por pinchazos no es nuevo para nosotros. Empezamos a detectar aumento de denuncias a finales del año pasado y eso nos llevó a crear un plan contra la sumisión química en locales del centro de la ciudad. Y está funcionando porque ya no tenemos casos”, desveló la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González.
A la par que en España, otros países como Reino Unido, con 1.300 casos, y Francia, con 400, han sufrido estos hechos causando una gran psicosis entre la población juvenil. No hay visos en común entre las víctimas españolas lo que hace pensar a los agentes que se tratan de imitadores que aprovechan la situación actual para seguir originando miedo entre los clientes de los locales de ocio nocturno.
Una de las hipótesis que manejaron los mandos policiales es que se trataba de un reto viral protagonizado por jóvenes 'graciosos' que usan para ello alfileres y bolígrafos de insulina. Todo ello a tener de las heridas que presentan las víctimas en los centros sanitarios. Una 'broma macabra' que tenía como objetivo incentivar la teoría de los pinchazos y preocupar a la población.
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