De norte a sur de España, y pese a las preocupantes cifras de desempleo, faltan más de 40.000 profesionales en la hostelería. No hace mucho, el primer trabajo de cualquier joven que quería sacarse un dinerito mientras estudiaba era en la hostelería. El trabajo de camarero era el primero en la lista, y normalmente era la época estival la escogida para comenzar en este tipo de trabajos.
Pues este verano, muchos empresarios se ven obligados a cerrar algunos días para poder paliar la falta de profesionales. Es el caso de Emma González Rosende, propietaria del bar “El Patio” en Santiago de Compostela y que en pleno verano cierra lunes y martes porque no encuentra personal. “Para hacer un análisis de lo que ocurre hoy en día hay que añadir más factores, no se puede reducir a explotadores y abusados”. La propietaria del bar “El Patio”, asegura que en una conversación con la empresa distribuidora que trabaja con ella, el problema está en que “antes la gente preguntaba cuánto vamos a ganar y ahora preguntan cuántos días tengo que trabajar”. Emma que lleva más de 20 años trabajando en la hostelería, donde empezó como camarera, asegura que ahora mismo “es imposible hacer equipo, la gente no es constante, no aguanta en los trabajos”.
Otro caso idéntico pero en el sur, concretamente en Sevilla, es el de Javier Padura, este joven cocinero sevillano es propietario junto a su socio de varios restaurantes en la capital hispalense y asegura que se encuentra con el mismo problema, faltan profesionales del sector y cada vez es más difícil conseguir personal formado y que cumpla. El caso de Javier es aún peor: han tenido que contratar a una persona de Recursos Humanos no para encontrar personal cualificado sino para tener un recambio cuando los trabajadores lo dejan tirado. “De una entrevista de 15 candidatos seleccionados, se presentan 5 a la entrevista, aceptan el trabajo 1 ó 2 y uno de ellos no se presenta al trabajo y el que lo hace nos deja tirados a los pocos días”. Padura asegura además, que el personal no está cualificado pero con toda la demanda existente “se venden al mejor postor” y no tienen ningún escrúpulo en dejar el trabajo o en no coger el teléfono. Otros camareros ya en plantilla, aseguran que van a dejarlo y a los pocos días se cogen una baja, “los empresarios estamos indefensos, es mucha impotencia la que sentimos” concluye el empresario sevillano.
El sector de la hostelería, achaca el problema de la falta de empleo a los propios trabajadores, ya que aseguran que tras la pandemia, han conocido otros empleos más atractivos y menos laboriosos como la logística, han abandonado la opción trabajar en la hostelería.
Sin embargo, para muchos empleados, el sector hostelero tiene mucha culpa: a este recriminan ofrecer unas condiciones laborales deficientes, sin tener en cuenta la conciliación laboral y con unos salarios muy bajos, además de la gran cantidad de horas trabajadas. Javier Pérez es camarero en un conocido grupo hostelero sevillano y su opinión acerca de la falta de personal no está en un polo ni en otro. “Yo estoy muy feliz en mi trabajo, no puedo decir nada malo, está bien pagado, me siento valorado y disfruto con lo que hago” afirma Javier.
Los hoteles tienen un problema parecido
Los hoteles en Cádiz también buscan personal ante un verano histórico. La patronal asegura que ofrece buenos sueldos, pero la falta de vocación y formación y la dificultad de encontrar vivienda si se desplazan hacen presagiar que haya puestos que no se puedan cubrir.
Hoteleros y sindicatos aseguran que “es un sector duro, con trabajo en festivos y jornadas flexibles que dificultan la conciliación”, para explicar el desinterés de los desempleados por incorporarse a los establecimientos hoteleros.
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