Muchos no pudieron tan siquiera despedirles por el caos que provocó la DANA en sus municipios. Otros siguen buscando a su ser querido. Las lluvias torrenciales del pasado 29 de octubre, la mayor tragedia natural sucedida en España en el último siglo, ha roto la vida de miles de familias valencianas. Este lunes, más de 400 personas, se han dado cita en la Catedral de Valencia, con fotos de sus allegados entre las manos, para rendirles homenaje en un multitudinario funeral con presencia de los Reyes y la ausencia de Pedro Sánchez.
La mayoría de los que siguen llorando a diario la pérdida de un ser querido, tanto en la intimidad como en los brazos de la Reina Letizia, como ha ocurrido este lunes, todavía tienen mucho duelo por pasar. Una psicóloga de la Cruz Roja que atendió a algunas de estas personas, presente ayer también en el sepelio organizado por el Arzobispado de Valencia, se atrevía a decir en conversación con Vozpópuli que "en algunos casos todavía ni han empezado la fase del duelo, siguen en shock, sin asumir la nueva realidad".
Ver a otras personas conocidas "pasar por la misma situación", explica una vecina de Alfafar que perdió a su hija y a su nieta, mientras espera con la foto de ambas en la mano para enseñársela a los Reyes, es "de lo poco que nos consuela". Angelines logró salvar la vida, precisamente, por la llamada de la primogénita que falleció junto a su recién nacida cuando el barranco del Poyo se empezaba a desbordar. "Súbete arriba la casa, mamá, súbete que el agua viene muy fuerte" le dijo todavía desde el coche minutos antes de ser arrastradas por la corriente. No supo nada de ellas durante tres días. Hasta que la Policía les informó del fatal desenlace. "Mi vida, nuestra vida, ha dejado de tener sentido" cuenta entre lágrimas.
En una situación parecida estaba Jesús, vecino de Paiporta, que minutos antes de que el agua se llevase la vida de su hijo le había recomendado que dejase el coche tal como estaba en el garaje. "No vale la pena, en la tele están diciendo que hay mucha gente atrapada por sacar los vehículos" le dijo, a modo de intentar convencerle, al más pequeño de sus tres descendientes. Pero su esfuerzo sirvió de poco. Raúl, de 24 años, "había estrenado el coche hacía seis días". Su padre, cogido de la mano de una madre desconsolada, que han venido junto con otros familiares y otra vecina que perdió a su marido en el mismo garaje, recuerda que "estuvo mucho tiempo ahorrando para tener el coche de sus sueños, y su vida se apagó ahí dentro".
Abrazos, agradecimiento y ayuda
El multitudinario funeral celebrado este lunes en la Catedral de Valencia, explican varios afectados, sirve de poco en lo que a la vuelta a la normalidad se refiere. Pero es una forma de "sentirnos más respaldados, más queridos". Cuando ya han pasado 40 días del paso de la DANA por la provincia de Valencia, relata Felisa, una vecina de Sedaví, "parece que algunos ya se han olvidado de nosotros". No así los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, que han acudido a la zona cero por tercera vez para estar cerca de los que sufrieron los efectos devastadores de la tragedia. Sin prisa, dedicándole a ellos todo el tiempo necesario, han saludado uno a uno a todos los familiares que han querido contarles su historia.
Felisa, que en su caso no ha perdido a ningún familiar directo, aunque sí a "muchos conocidos", recuerda que "muchos garajes siguen llenos de lodo, hay calles que siguen acumulando mucha suciedad y nuestra vida no puede volver a ser la misma que antes mientras no recuperemos un mínimo de nuestra normalidad anterior". Cree que "las administraciones están siendo muy lentas, están llegando tarde una vez más". Y reza que "aunque a los voluntarios se les tiene que agradecer todo, que hayan llegado donde no lo han hecho los gobiernos, cada vez vienen menos y los seguimos necesitando". Este lunes, en el funeral que ha acogido la Catedral de Valencia, Gobierno y Generalitat se han dado una tregua en los reproches mutuos que se lanzan a diario. En el exterior solo una tímida concentración, de poco más de una veintena de personas, casi todas ellas sin afectación directa, han lanzado críticas a las administraciones.
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