Paula, Iván, Ana, Daniel, Vanesa o Leire. Son algunos de los nombres de las víctimas que murieron en accidentes de tráfico donde había implicado un conductor borracho, drogado o con ambas circunstancias. Varios de sus familiares acudirán mañana al Congreso de los Diputados con más de medio millón de firmas con un objetivo: endurecer las penas para este tipo de casos y que los culpables no salgan impunes.
La cita será mañana a las diez en el Congreso. Un grupo de familiares de víctimas de violencia vial, coordinados por la plataforma Change.org, entregarán cerca de medio millón de firmas recogidas en diferentes campañas para solicitar impulsar una reforma legislativa del Código Penal.
Su intención es solicitar el endurecimiento de las penas para aquellos supuestos de víctimas mortales y heridos graves consecuencia de accidentes de circulación en los que se vean involucrados conductores que superen altamente la tasa de alcohol en sangre o conduzcan bajo los efectos de sustancias estupefacientes o de forma manifiestamente temeraria.
Historias desgarradoras
"El objetivo es que esos delitos dejen de considerarse imprudentes y se califiquen como delitos dolosos en la modalidad de dolo eventual", explican fuentes de este colectivo a Vozpópuli. Todas estas personas tienen detrás historias desgarradoras por la pérdida repentina de sus familiares.
Estos colectivos recuerdan que hace unos meses ya se modificó el Código Penal en materia de imprudencias al volante ("que hubiere provocado la muerte de dos o más personas") pero se olvidaron de casos como los suyos donde había un único fallecido. Esas penas las dejaron igual, no las incrementaron ."¿Por qué la vida de nuestros familiares, por perderse de forma individual y no en grupo, tienen menos valor?", se preguntan estas familias.
La historia de la pequeña Leire
Una de las más impactantes es el suceso de la pequeña Leire. Tenía 5 años y el 6 de julio pasado falleció. "En un paso de cebra y delante de su madre… que tuvo que ver cómo un coche se llevó por delante a nuestra niña. Tras el golpe, Leire murió instantáneamente", explica el padre en una carta en Change.org.
El conductor casi cuadriplicaba la tasa de alcohol permitida para conducir vehículos a motor (0,98 grados por litro de aire espirado cuando el máximo es 0,25). Los testigos aseguran que le vieron salir del coche con una copa en la mano. "Por su culpa yo no volveré a ver a mi hija. Él, sin embargo, ya está en la calle y sin ninguna privación de libertad. Le soltaron a las 48 horas del gravísimo delito que cometió", lamenta el progenitor de la pequeña.
"Es inadmisible. El dolor tan desgarrador que sentimos ahora podría haberse evitado si matar con un coche no saliera tan barato. No es la primera vez que pasa… y si no hacemos algo para evitarlo, tampoco será la última", reclama su padre.
Una llamada maldita
"Imagina que un día cualquiera, sea lunes o domingo, se te para el reloj. Eso es lo que nos pasó a los familiares de Paula, Iván, Ana, Daniel y Vanesa cuando recibimos aquella llamada. Nos comunicaban que nuestro hijo, hermana, pareja…había fallecido en un accidente de tráfico", argumenta otra de las cuentas de los familiares.
Estos colectivos consideran que sus allegados no fallecieron en "accidentes" ya que fueron "muerte evitables". Como el ejemplo de Iván, tenía 15 años, y fue atropellado por un conductor con una tasa de alcohol que multiplicaba por 7 la tasa permitida y había consumido cocaína y otros psicótropos.
Paula, de la misma edad, fue arrollada por una conductora que llevaba carnet falso en un coche sin seguro, quintuplicaba la tasa de alcohol y se dio a la fuga. Son diferentes páginas de una misma historia. Los dramas de cientos de familia que buscan la justicia en los tribunales. Más de medio millón de personas secundan estas reivindicaciones que ahora tendrán que ser escuchadas por el Congreso de los Diputados.