Alberto Núñez Feijóo no quiere oír hablar de "expulsiones", y de divisiones, en el PP. El dirigente gallego, ya confirmado como candidato a la presidencia nacional del partido, quiere dar por concluida la etapa de tensiones en las filas populares y, por ese motivo, no piensa contribuir a generar más ruido interno con posibles castigos a miembros de la formación, tal y como reclamó Isabel Díaz Ayuso durante su intervención en la Junta Directiva Nacional del martes.
La presidenta de la Comunidad reclamó la expulsión de todos aquellos que hayan formado parte de la «campaña» contra ella, en clara alusión a la dirección saliente del PP, con Pablo Casado y Teodoro García Egea a la cabeza. Tras su discurso, recibió el respaldo del propio Feijóo y del presidente del comité organizador del congreso, Esteban González Pons, que destacaron la "honorabilidad" de Ayuso. El gallego, además, afirmó que la madrileña "tiene derecho a decir lo que piensa".
Pese a ese respaldo público, lo cierto es que cargos del PP presentes en la Junta Directiva Nacional criticaron el discurso de Ayuso, afirmando que "no tocaba" y que "había que transmitir unidad". Además, ayer miércoles el propio González Pons afirmó, en diferentes entrevistas en medios de comunicación, que tanto Casado como Egea "tienen futuro" dentro del PP.
"La presidenta no puso nombres"
Desde el entorno de Isabel Díaz Ayuso no interpretan ese discurso del presidente del comité organizador del congreso como una enmienda a las palabras de la lideresa. Entre otras cosas, porque "la presidenta no puso nombres" a esa petición de expulsión.
Desde la dirección provisional del PP se transmite el mismo mensaje -"Ayuso no pidió la expulsión de nadie en concreto"- y se destaca que el objetivo del partido, ahora y a partir del 1 de abril, es "dejar claro que en el PP cabemos todos".
Esa es, añaden, la consigna que comparten todos los dirigentes del partido tanto para este mes como para después del congreso. Y, por tanto, "no vamos a hablar de expulsiones ni ahora ni después".
Feijóo pide no desviar el foco
La polémica por la reclamación de expulsiones por parte de Isabel Díaz Ayuso cogió a Alberto Núñez Feijóo preparando su discurso solemne ante la junta directiva del PP de Galicia para postularse a la presidencia nacional del PP.
Para el dirigente gallego, la nueva etapa que se abre en el partido debe ser la que centre el foco en este periodo y, por ese motivo, no piensa contribuir a que se hable de otro asunto. Según explican a Vozpópuli desde el entorno de Feijóo, "podemos entender las intenciones de cada uno, pero no vamos a entrar en este tipo de cuestiones".
Las mismas fuentes señalan que el todavía presidente de la Xunta tiene claro que "la vida orgánica del partido no debe ser noticia nunca más" y actuará en consecuencia, dejando de lado los posibles castigos que reclama Isabel Díaz Ayuso.
Tenemos que ser competitivos. No estamos para poner la soga al cuello de nadie que no sea el presidente del Gobierno
De esta forma, Alberto Núñez Feijóo no solo descarta expulsar a Pablo Casado y a Teodoro García Egea, sino que apuesta por cerrar viejas heridas: "Tenemos que ser competitivos. No estamos para poner la soga al cuello de nadie que no sea el presidente del Gobierno. Y esa va a ser nuestra forma de actuar".
El futuro de Casado y Egea
Pablo Casado y Teodoro García Egea, por su parte, se han convertido en observadores pasivos del proceso de renovación del PP. El todavía presidente nacional y el exsecretario general, sin embargo, siguen teniendo abiertas las puertas de su partido, tal y como indicó el miércoles Esteban González Pons.
Desde el entorno de Casado afirman a Vozópuli que todavía no ha tomado una decisión sobre su futuro a corto y medio plazo -sigue manteniendo el escaño en el Congreso-. Añaden, además, que serán los "órganos directivos del PP" los primeros en enterarse de los próximos pasos del todavía líder nacional.
García Egea, en cambio, parece más seguro de lo que quiere hacer en los próximos meses. Tal y como desvelaron personas muy próximas al exsecretario general del PP a este diario, el murciano tiene decidido mantener el acta de de diputado en la Cámara Baja lo que resta de legislatura y "volver a dar clases en la Universidad" para "apartarse a los líos orgánicos del partido".
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