Medio millón de votos "moderados" del PSOE es la cifra mágica que el PP busca a atraerse en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023, para dejar K.O a Pedro Sánchez -como ocurrió con José Luis Rodríguez Zapatero en 2011- y que no pueda remontar en las generales seis meses después frente a Alberto Núñez Feijóo ni con el plus de protagonismo que va a dar al inquilino de La Moncloa el semestre de Presidencia española de la Unión Europea, explican a Vozpópuli fuentes de la dirección popular.
Ese el objetivo último de la campaña del "referéndum" contra Sánchez por sus alianzas con Podemos y el independentismo que ha puesto en marcha Génova esta misma semana y de cara a unos comicios en los que están en juego 17 comunidades autónomas, 52 diputaciones provinciales y cabildos, además de 8.130 alcaldías. Una derrota contundente del sanchismo en mayo, dicen las fuentes consultadas, tendría un efecto multiplicador en las Generales que acercaría a Feijóo a una mayoría suficiente para no tener que contar con Vox en su investidura.
Dicho de otra manera; si el PP, los navarros de UPN, Coalición Canaria, el PRC, incluso el PNV -en Génova dan por normalizadas las relaciones los peneuvistas- logran sumar más diputados que toda la izquierda de PSOE, Podemos, ERC, Bildu, Compromís y Mas País junta -"y llegar al entorno de los 165 escaños", se insiste- a Feijóo le bastará la abstención de Santiago Abascal para ser presidente y no tendrá que nombrarle vicepresidente de su primer gobierno, como Sánchez sí tuvo que hacer con Pablo Iglesias en 2019; o el popular Alfonso Fernández Mañueco con el líder de Vox y vicepresidente del Gobierno de Castilla y León, Julián García Gallardo este año.
La primera etapa del "referéndum" de mayo, dicen en el PP, comenzó esta semana con cada diputado del PSOE "retratándose" en su provincia al apoyar que se derogue la sedición para favorecer a Puigdemont, Junqueras y el resto de condenados por el 1-O
La primera etapa de ese 'referéndum' comenzó el pasado jueves con el 'señalamiento' de cada diputado socialista ante sus votantes "retratándose", al obligar el Grupo Popular a que la derogación el delito de sedición, la cual beneficia al huido Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras y el resto de condenados por el referéndum ilegal del 1-O de 2017, se votara de viva voz y no apretando un botón, norma habitual.
Con esas imágenes la dirección popular va a poner en marcha una campaña en cada provincia con los respectivos parlamentarios del PSOE votando 'sí' el jueves pasado en el Congreso, porque quiere poner de manifiesto ante el votante de izquierda moderada la "hipocresía" de dirigentes como los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, o Aragón, Javier Lambán, muy críticos tanto con esa derogación como con la posible reforma del delito de malversación.
"Dicen una cosa en sus declaraciones y hacen otra", denuncian los populares, que se pasaron los días previos a la votación calentando el ambiente con presión a los parlamentarios socialistas para que no lo hicieran; "se muestran en contra de rebajar las penas por el delito de sedición pero luego no fuerzan a los diputados de sus circunscripciones a romper la disciplina de voto en el Congreso". "Y en sus propios parlamentos, mira Lambán Aragón, votan a favor de eliminar la sedición".
En realidad, a Feijóo le habría creado un problema que algunos diputados del Grupo Socialista del Congreso hubieran roto la disciplina de voto porque entonces no podría "meter a los barones y alcaldes en el mismo saco" para tratar de sacar rédito en mayo, se admite desde el PP.
La parte más negativa para los populares esta semana es que Vox ha vuelto a coger aire, en buena medida porque la agenda política le ha sido muy favorable: derogación de la sedición, rebaja de penas por malversación, "y la guinda, violadores en la calle"
La parte más negativa para los populares esta semana es que Vox ha vuelto a coger aire político, en buena medida porque la agenda política le ha sido muy favorable: derogación del delito de sedición, es decir, unidad de España en peligro, rebaja de penas por malversación, "y la guinda, violadores en la calle", señala de forma gráfica un diputado del PP en relación a la alarma social que ha creado la rebaja de pena a una veintena de condenados por agresión sexual y la excarcelación de seis derivado todo de la puesta en marcha de la Ley de libertad Sexual, más conocida como Ley del 'solo sí es sí'.
Esa circunstancia, que Santiago Abascal salga de los comicios mayo en disposición de ser decisivo para conformar con el PP gobiernos regionales y ayuntamientos como en Castilla y León, es algo que no entra en los planes de un Alberto Núñez Feijóo que se mira más en el espejo del andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla y mayoría absoluta contra pronóstico.
Es más, en la Dirección del PP están convencidos de que cuanto mayor sea la derrota territorial del PSOE -y el riesgo que corre es mucho porque ni en Galicia, ni en Castilla y León y ni en Andalucía están en juego los gobiernos, y en Madrid es poco probable que Isabel Díaz Ayuso vea peligrar su 'reinado'- menos posibilidades tendrá Pedro Sánchez para rehacerse de cara a las generales seis meses después.
Por eso están presionando -aunque la versión oficial es la contraria- para que el presidente del PP aragonés y alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, decida disputarle el gobierno a Javier Lambán. A diferencia de lo que les ocurre en Castilla-La Mancha a Francisco Núñez o en Extremadura a María Guardiola, que tienen un grado de conocimiento bajo entre la población como para enfrentarse con garantías de éxito a García Page y a Guillermo Fernández Vara, respectivamente, "Azcón sí está muy bien valorado de salida entre los casi 700.000 zaragozanos, que representan más de la mitad de la población de Aragón", señala una fuente popular.
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