La instrucción de Alberto Núñez Feijóo a sus dirigentes es clara: ofensiva total contra el Gobierno con la corrupción como munición. Lo expresó sin miramientos Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso este jueves, entrevistado en esRadio: "Este es un mal Gobierno, no solo por las políticas que desarrolla, sino porque creemos que Sánchez es una amenaza para la democracia en España y nuestra obligación es echarlo lo más pronto posible". Para ilustrar la estrategia del principal partido de la oposición, Tellado parafraseó al expresidente José María Aznar, que en su cruzada contra Felipe González ordenó a los suyos un "el que pueda hacer algo, que lo haga" convertido en despacho de guerra contra el Gobierno.
Y es que en las derivadas del ya bautizado como caso Ábalos el PP considera que hay una metralla política que puede ser definitiva para acorralar a Pedro Sánchez. Tal y como publicaba Vozpópuli este sábado, los populares consideran de trascendental importancia la relación entre el presidente del Gobierno y Víctor de Aldama, cerebro del caso Koldo. Una conexión que, todavía a la espera del volcado de gran parte de los 170 dispositivos electrónicos incautados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en febrero tras detener a 14 personas y practicar 26 registros, podría dejar al secretario general del PSOE en una situación especialmente comprometedora. El primer movimiento del PP al respecto será exigir al Gobierno la próxima semana el registro de entradas y salidas del Palacio de la Moncloa.
"No vamos a equivocar el tiro", se conjuran en el equipo de Feijóo, donde rastrean cada pista del escándalo de corrupción en busca de perdigones contra Sánchez. Para Génova, el silencio del presidente con la situación que vive "su Gobierno, su partido y su entorno" evidencia el "estado de nerviosismo" que vive Moncloa. "Feijóo la ha preguntado [a Sánchez] por sus conversaciones, llamadas o encuentros con Víctor de Aldama. Con él viajó su mujer a San Petesburgo y con él estuvo presente en el cumpleaños de [José Luis] Ábalos. Sánchez no ha contestado", era la lectura que hacían en el ala noble de Génova el miércoles, minutos después del último cara a cara Feijóo/Sánchez en el Congreso durante la Sesión de Control al Ejecutivo. El gallego zanjó su intervención con un "¡márchese ya!" que, como la instrucción dada por Tellado, evocaba al "váyase señor González" de Aznar.
Un rifirrafe parlamentario por la corrupción –la intención del PP, de hecho, era reconvertir la sesión en un "pleno monográfico"– celebrado un día antes de que Feijóo internacionalizara, desde Bruselas, los quebraderos de cabeza del Gobierno. "Es evidente que estamos ante una urgencia vital desde el punto de vista institucional", dijo el líder del PP en la rueda de prensa posterior a la cumbre del Partido Popular Europeo (PPE) previa al Consejo Europeo y a su encuentro con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a quien puso sobreaviso (una vez más) del asedio judicial que vive el Gobierno y de la imputación este miércoles del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
¿La contestación del Gobierno al órdago del líder de la oposición? Rescatar las polémicas en las que se ha visto envuelta la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, todas ellas archivadas. "La corrupción tiene nombres y apellidos en este país: el nombre es Isabel y los apellidos son Díaz Ayuso", insistía este sábado Óscar López, ministro de Transformación Digital y Administraciones Pública, asegurando que "España hoy vive uno de sus mejores momentos, pero sufre la peor oposición que ha conocido".
"O se aparta o se pringa"
Ése fue el recado que Tellado dejó a Sumar en la entrevista citada. "O se aparta o se pringa", interpeló directamente el portavoz popular en el Congreso a Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, quien ha esquivado toda crítica al PSOE y ha adoptado una posición de absoluto tancredismo con el caso Koldo desde que estallara en febrero de este año. Y es que esa es otra línea de actuación política del PP: presionar a los socios de la parte mayoritaria del Gobierno por su presunta connivencia con la corrupción. Por ello, Feijóo apeló en Bruselas a la "responsabilidad" que "también se extiende" a los "socios" de un "Gobierno que está en minoría". En este contexto, un hecho sobrevuela la geografía sentimental del PP: la moción de censura a Mariano Rajoy que evacuó del poder al PP en junio de 2018 y supuso la llegada de Sánchez al Palacio de la Moncloa. En aquel vuelco político, decantó la balanza el cambio de bando del PNV una semana después de apoyar los Presupuestos Generales del Estado.
"Queda por ver quien permanece al lado del Gobierno embarrándose, y embarrando la vida política española", dijo el líder del PP, tratando de poner entre la espada y la pared, principalmente, a los jeltzales y a los posconvergentes de Junts. "Yo le aconsejo a sus socios que revisen su posición y que sean coherentes con algunas de sus decisiones anteriores y que tengan en cuenta que, al final, los cambios en los países a veces son inevitables", expuso. "Durará más o durará menos, dependerá del presidente del Gobierno, de su Gobierno, del ritmo de las investigaciones judiciales y del apoyo de sus socios de Gobierno y de sus socios parlamentarios", dijo sobre el futuro de Sánchez.
No obstante, no todos los socios del Gobierno han callado. Caprichos del destino, el PP pone como ejemplo la actitud de Podemos, que ha reprochado públicamente a Sánchez lo que sucedía en la trastienda del Ministerio de Transportes mientras estuvo dirigido por Ábalos. "A mí me indigna profundamente que mientras algunas estábamos intentando meter la congelación de los precios del alquiler en el escudo social, había gente de su Gobierno metiendo la mano en la caja", lanzó el miércoles al Gobierno la líder de la formación, Ione Belarra, mientras el banco azul agachaba la cabeza.
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