España

"Felipe ya no es socialista": el ‘sanchismo’ da por amortizados a González y Guerra

El temor a que Ábalos y el ‘conseguidor’ Víctor de Aldama ‘canten’, o la rebelión de los barones, preocupa mucho más que lo que digan los protagonistas de la refundación del PSOE

Pedro Sánchez y Felipe González
Pedro Sánchez y Felipe González EP

“Que sigan, que sigan”, ironizaba este jueves un alto cargo socialista del Gobierno tras haber escuchado a Felipe González y Alfonso Guerra en Antena 3 su “enésima” diatriba contra las políticas de Pedro Sánchez. “No hacen más que blindarle ante la militancia”, de cara al 41 Congreso Federal de diciembre en el que el secretario general del PSOE no tendrá rival, concluía.

Y es que, tanto en el cuartel general del partido en Ferraz como en La Moncloa, en pleno shock por las revelaciones del informe de la UCO de la Guardia Civil sobre los presuntos delitos del que fuera número dos, José Luis Abalos y su ayudante, Koldo Izaguirre, las críticas a Sánchez por parte de los dos dirigentes históricos que refundaron la sigla tras el último congreso en el exilio (Suresnes), hace ahora medio siglo, importan más bien poco.

Ferraz les da por “amortizados” y subraya que “hoy la militancia está con Pedro”; es más, los pedristas puros creen, incluso, que esas críticas no hacen sino reforzar su liderazgo en un momento complicado por el caso Abalos. “Aquí nadie está pensando en el día después de Pedro”, señala un senador en alusión a las palabras de González señalando indirectamente a Emiliano García Page, cuando dijo que tiene “nombres” en la cabeza que podrían sustituir a Sánchez en este 41 Congreso.

Zapatero es hoy más querido por la militancia que González “porque no hace el juego al PP y se pone a disposición del Gobierno”; no en vano, fue él quien insufló ánimos a un alicaído PSOE tras la debacle municipal y autonómica y quien propició, de alguna manera, la resurrección socialista que permitiría a Sánchez revalidar el poder tras las elecciones generales del 23J

Han pasado casi treinta años desde que Felipe González perdió las elecciones frente a José María Aznar (1996) tras casi catorce años en el Gobierno y hoy día, señalan fuentes del partido, “no es que no tenga ni la mitad del predicamento de entonces, es que tiene el rechazo abierto de buena parte de los afiliados por su actitud desleal haciendo todo el rato el juego a la derecha”.

El asunto viene de lejos: “Felipe ya no es socialista, ya no es de los nuestros”, ha llegado a escuchar este periodista meses atrás a uno de los principales dirigentes, con despacho en Ferraz. Ni se plantean echarle del partido, para no darle “más protagonismo”; les basta que su lugar en el santoral lo ocupe ahora quien fuera su sucesor en el año 2000, Jose Luis Rodríguez Zapatero, a quien González particularmente está enfrentado por su polémico papel mediador con la dictadura venezolana de Nicolás Maduro.

Zapatero es hoy más querido internamente que González, coinciden esa y otras fuentes, “porque no ataca a Pedro, no hace el juego a Feijóo y está a disposición del Gobierno”; no en vano, fue él quien insufló ánimos a un alicaído PSOE tras la debacle municipal y autonómica el 28 de mayo de 2023 y quien propició, de alguna manera, la resurrección que permitiría a Sánchez revalidar el poder tras las elecciones generales del 23J, dos meses más tarde.

Que no salpique judicialmente a Sánchez no significa que no sea una bomba de relojería. Ábalos mandó mucho en un partido donde llegó a secretario de Organización, y si ‘canta’ ante el juez cuando sea imputado o lo hace el llamado ‘conseguidor’ de la trama, hoy en prisión, Víctor de Aldama, el hombre que llegó a reunirse con Begoña Gómez y con el dueño de la rescatada Air Europa, Javier Hidalgo, la situación del Ejecutivo de coalición puede tornarse insostenible

No, la preocupación en Ferraz y en La Moncloa no son González & Guerra, quienes ni siquiera han sido invitados al cónclave de Sevilla, del 29 de noviembre al uno de diciembre, sino las revelaciones en el sumario judicial que amenaza con un fuerte seísmo en el PSOE en vísperas de la reelección de Pedro Sánchez como secretario general otros tres años.

Que no salpique judicialmente a Sánchez no significa que no sea una bomba de relojería para su futuro político. Ábalos mandó mucho en un partido donde llegó a secretario de Organización, por expreso deseo suyo, y si canta ante el juez cuando sea imputado -algo que se da por seguro en las filas socialistas- o lo hace el llamado conseguidor de la trama, hoy en prisión, Víctor de Aldama, el hombre que llegó a reunirse con Begoña Gómez y con el dueño de la rescatada Air Europa, Javier Hidalgo, la situación del Ejecutivo de coalición puede tornarse insostenible.

Esa debilidad de Sánchez se percibe ya dentro del propio PSOE, y es lo que está detrás de la rebelión de barones como el secretario general en Castilla y León, Luis Tudanca, o Madrid, Juan Lobato: ante los movimientos del aparato sanchista para moverles la silla en sus respectivos congresos regionales, a partir de enero, han decidido plantar cara.

Ya no son sólo los sospechosos habituales, García Page y el secretario general aragonés y ex presidente regional, Javier Lambán, quienes llevan años oponiéndose a la “deriva” (sic) a la que está conduciendo Sánchez al PSOE por sus cesiones al independentismo y su forma cesarista de llevar al partido; ahora ‘sanchistas’ de primera hora como Tudanca también lo hacen

Ya no son sólo los sospechosos habituales, García Page y el secretario general aragonés y ex presidente regional, Javier Lambán, quienes llevan años oponiéndose a la “deriva” (sic) a la que está conduciendo Pedro Sánchez al PSOE por sus cesiones al independentismo y su forma cesarista de llevar al partido; ahora sanchistas de primera hora como Tudanca también lo hacen

A Tudanca le han vetado celebrar las primarias antes que el 41 Congreso Federal, como quería, “pero eso no significa que vayan a atreverse a descabalgarle”, señala a Vozpópuli una fuente de esa federación, que habla de la “sorpresa” que ha producido en Ferraz la contestación a los movimientos internos propiciados por el secretario de Organización, Santos Cerdán, a través de su mano derecha, el secretario de Acción Electoral, el vallisoletano Javier Izquierdo.

Lobato logra una fecha

Otro tanto ocurre con el secretario general del PSM, Juan Lobato, que está semana se ha quejado públicamente de que el entorno de Sánchez y Cerdán enrede continuamente para socavar su liderazgo en el socialismo madrileño. Lobato ha revelado que estaba pensando, como Tudanca, en hacer primarias para revalidarse antes del 41 Congreso Federal -algo que ya hicieron ambos para el 40 Congreso, hace tres años- pero la negativa de Ferraz se lo ha impedido.

El desenlace del pulso ha sido una convocatoria de primarias el 11 de enero pactada entre el PSM y la Dirección en Ferraz, la cual Lobato ya ha anunciado que va a presentarse. La incógnita es sí el aparato federal se atreverá a apadrinar un candidato alternativo -internamente se especula con los nombres del actual delegado del Gobierno, Francisco Martín, o de la concejala capitalina Emma López-.

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