Al menos 57 mujeres han sido asesinadas en España en lo que va de año por el mero hecho de serlo. Una cifra que engloba los asesinatos en el ámbito de la pareja y el resto de feminicidios y que pone sobre la mesa una realidad perturbadora: el lugar de mayor riesgo para una mujer sigue siendo su hogar. Quien realiza esta afirmación es el exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, que analiza con EFE las cifras de feminicidios con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebra este viernes.
Los datos no dejan lugar a dudas. En lo que va de 2022, un total de 38 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas y otras 11 más han muerto a manos de algún familiar (9 de ellas por un hijo, hijastro o nieto), lo que se conoce como feminicidios familiares, que suponen el 58% de los crímenes machistas fuera de la pareja. "El lugar de más riesgo para una mujer sigue siendo hoy en día su hogar porque es donde están los hombres que utilizan la violencia y que pueden llegar hasta el homicidio", explica.
Cualquier iniciativa de la mujer se considera un ataque
Detrás de estos hechos, el machismo y la violencia estructural, que lleva a algunos hombres a considerar que la mujer está en situación de inferioridad y cualquier iniciativa por parte de ellas es interpretada como un ataque a su autoridad. "Así me lo explicaban los maltratadores cuando trabajaba como médico forense: 'Se empeña en llevarme la contraria'", rememora Lorente. El agresor no ve a la mujer como alguien que opina de manera diferente, que tiene criterio, sino como alguien inferior. "Ellos se sienten cuestionados cuando la mujer no hace lo que le dicen y lo consideran un ataque".
A esto se suma "el mito de la perversidad y la maldad de las mujeres" como algo propio de su condición. El argumento que los maltratadores manejan y que busca justificar su violencia: "Lo hace para hacerme daño". Por eso, el lugar en el que más relación hay con hombres es donde más riesgo tienen las mujeres de ser asesinadas, y ese lugar es la familia y la pareja.
El asesino siempre es conocido de la víctima
La estadística de feminicidios que el Ministerio de Igualdad puso en marcha a comienzos de este año ha permitido arrojar luz sobre los asesinatos de mujeres menos visibles y permite además sacar conclusiones que la propia secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, calificó de "escalofriantes". Y es que en el 100% de asesinatos de mujeres el agresor era conocido de la víctima, de manera que estos crímenes no se dan de forma aleatoria.
De los 19 feminicidios que Igualdad ha contabilizado hasta el momento, once han sido familiares (58%); dos, sexuales (10%); y seis, sociales (32%). En nueve casos el agresor era descendiente de la víctima (en seis de ellos eran hijos y en tres, nietos), que además convivía con la mujer (en el 45,5%). En los feminicidios sexuales, los presuntos agresores fueron un vecino y un conocido. En ambos casos, las víctimas eran niñas menores de 16 años.
Y respecto a los feminicidios sociales (asesinatos de mujeres por una agresión, de carácter no sexual, a manos de un hombre con el que no tenía ninguna relación íntima ni familiar), Igualdad ha registrado 6. En tres, el agresor era un vecino; dos eran compañeros de piso, y otro un conocido. "La violencia contra las mujeres es una construcción cultural y la influencia de la cultura no se limita a la relación de pareja", explica Lorente, que advierte de que hay una situación social "grave y desconocida". "Poner números es poner palabras y poner palabras facilita tomar conciencia de esa realidad".
El 58% de las víctimas es mayor de 60 años
Otro de los datos que la estadística de feminicidios ha permitido conocer es la edad de las víctimas: el 57,9% era mayor de 60 años y la tasa más alta se da en mujeres mayores de 84 años. "Hay mujeres que llevan más de 35 años sufriendo violencia, pero cada vez hay mayor oportunidad de tomar conciencia de la situación y muchas mujeres reaccionan a edades avanzadas", señala.
Además, los entornos de la víctima son más sensibles a la violencia de género y están más dispuestos a ayudar a que esa madre, hermana o tía salga de la violencia. "Eso es lo que muchos agresores no admiten. Porque ninguno mata cuando consigue que la mujer esté sometida, siempre matan cuando se rompe la relación de control que ejercen sobre ella".
Boss Borot
Propaganda feminista publicando tal cual la nota de EFE. Fantástico trabajo periodístico de Voz pópuli.