La codificación estándar televisiva (SD) tiene los días contados. Su futuro quedó sentenciado el año pasado tras aprobarse el acuerdo en el que se modificó el Reglamento sobre el uso del domino público radioeléctrico. En poco menos de un mes, mediados de febrero, la alta resolución llegará a todos aquellos canales que hasta el momento no emitían en HD, ofreciendo una imagen mucho más clara y nítida que aquella proporcionada por la definición estándar.
De esta manera, la banda de 2.6 GHz, necesaria para el despliegue completo del 5G en el territorio europeo, quedará completamente libre a partir del próximo Día de San Valentín (el 14 de febrero). Sin embargo, para poder disfrutar de los canales en alta definición, será necesario que la televisión compatibilice con el estándar DVB-T2, la segunda generación del sistema DVB-T utilizado para la emisión de la TDT; aquella plantilla de modelos que permiten la transmisión HD.
No obstante, la gran mayoría de los televisores actuales armonizan de por sí con la alta resolución. En estos casos, bastará con reordenar los canales y comprobar que la sintonización de la televisión se da en HD. Ahora bien, aquellos hogares en los que aún hay televisores viejos (haciendo referencia directa sobre todo a los anteriores a 2008) podrían carecer de esta posibilidad, por lo que debería considerarse la opción de adquirir un dispositivo nuevo compatible con el HD o bien un decodificador o un sintonizador.
La definición estándar (SD) cesará sus funciones televisivas el 14 de febrero
Estos dispositivos se conectan al cable de antena y al televisor y ambos permiten, también, recibir la señal de TDT en formato de alta definición. Cualquiera de ellos será necesario para poder seguir disfrutando de la televisión terrestre a partir del próximo 14 de febrero. Del mismo modo, ambas propuestas se convierten en las dos alternativas viables para aquellas personas damnificadas por el apagón de lo estándar. Así, entidades como el propio Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública han lanzado todo tipo de guías con las principales recomendaciones al respecto.
- Decodificador o sintonizador externo: si la conexión a Internet es inexistente, se necesitará un aparato capaz de convertir la señal compatible con DVB-T2. Este se conecta al televisor a través de un conector HDMI o de un euroconector, en caso de que sea un modelo que no cuenta con HDMI. Su precio suele oscilar, como mínimo, entre los 20 euros.
- Decodificador o un dispositivo de streaming: esta es otra opción bien vista para aquellos usuarios que tengan acceso a Internet. Este último aparato, al ser capaz de transmitir audio y vídeo de manera digital, dará acceso a muchos más canales y plataformas, como Netflix, HBO o Amazon Prime, entre otros). Su precio, no obstante, es algo superior: desde los 30 euros.
Todo ello se da como consecuencia del Real Decreto 16/2023, de 17 de enero, por el que se aprueba el Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre y se regulan determinados aspectos para la liberación del segundo dividendo digital. Ante esta amalgama de cambios, el presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Alejandro Perales, ha explicado que es una modificación muy positiva desde el punto de vista de la calidad. "No afectará a muchos usuarios y, en todo caso, será más acentuado en dispositivos de segundas residencias con definiciones estándar".
En ciertos casos especiales, como aquellos usuario que reciben el servicio TDT a través de satélite, será necesario contactar con una empresa instaladora de telecomunicaciones registrada para que se instale un decodificador en HD (sobre todo si cuentan con una recepción única en definición estándar de las más antiguas).
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