Pedro Sánchez se encuentra en un auténtico brete a consecuencia de la financiación singular de Cataluña. Por un lado, los independentistas aprietan al presidente para conseguir un concierto económico a la vasca, mientras sus socios y barones le exigen valorar también la singularidad que existe en otras regiones.
Los barones, que también juegan con el equilibrio de mantener contento al electorado mientras no desacreditan en exceso al inquilino de La Moncloa, no ven con buenos ojos el reconocimiento de la singularidad catalana y quienes sí lo hacen, creen que el Gobierno debe llevar a cabo un acuerdo multilateral que respete la singularidad de todos los territorios.
Es decir, que se mire la singularidad catalana, pero también la propia, de tal manera que permita mantener cierta equidistancia entre los intereses del partido y los propios de cara al electorado. El último en sumarse ha sido Juan Lobato en la mañana de este domingo desde Colmenar Viejo: "El sistema de financiación hay que reformarlo y esa reforma debe ser multilateral, tenemos que hacerla entre todos. Eso pasa por reconocer por supuesto la singularidad de Cataluña como piden algunos partidos nacionalistas que claro que se reconocerá: la de Cataluña, la de Cantabria, la de Madrid..."
En la misma línea se ha mostrado este domingo Adrián Barbón, presidente asturiano, en La Nueva España. Ha remarcado que a su región "no le vale" el criterio de población "pura y dura", sino que se debe incluir la singularidad asturiana. Entiende el presidente que la financiación tiene que tener en cuenta factores como el envejecimiento, la dispersión, el despoblamiento o la orografía. "Todas las comunidades están infrafinanciadas" ha insistido, para después añadir que el acuerdo "solo puede ser multilateral y partiendo de que el Estado debe poner más dinero".
Los barones socialistas de Madrid y Asturias se suman a las declaraciones de otros líderes socialistas que ya han mostrado su opinión en los últimos días. Javier Lambán sostuvo en conversación con El Español que una financiación singular sería "profundamente injusta". "Me pongo radicalmente", sostuvo, ya que cree que un trato de favor a Cataluña supondría "una ruptura definitiva de España en su cohesión".
Como suele ser habitual, el más díscolo con Pedro Sánchez es Emiliano García-Page. "Singulares somos todos y deben aportar más los que más tienen", aseguró el presidente castellano-manchego. Fue especialmente crítico con el hecho de que esta financiación sea una nueva concesión ante el independentismo con "un precio demasiado caro por mantener un puesto".
En Extremadura, Andalucía y Castilla y León tampoco convence la postura de Ferraz mientras los socios de Sánchez estiran el chicle hasta el punto de crear fracturas dentro de la coalición de Sumar. El más claro fue Joan Baldoví este sábado, quien aseguró que retiraría el apoyo al PSOE en el Congreso en caso de no atender la "singularidad valenciana".
En esa misma línea se pronunció Jorge Pueyo, de la Chunta Aragonesista, que aseguró que "no podrá dar apoyo parlamentario" al Gobierno si no se tiene en cuenta la financiación singular de Aragón. Desde Sumar, a través de Íñigo Errejón, quieren mostrar que el apoyo al Gobierno está garantizado, pero la realidad es que el debate existe y está candente. Otro ejemplo es el de Izquierda Unida, donde tampoco ha gustado la propuesta. Antonio Maíllo considera que la reforma debe tener en cuenta la "solidaridad entre territorios".
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