Cuando en la Sala Segunda del Tribunal Supremo arranca una deliberación y los magistrados se preguntan unos a otros cómo ven el asunto en cuestión -sobre el que hay que adoptar un fallo- es común oír a más de un juez decir "yo vengo en actitud Maza". Tener la "actitud Maza" significa estar dispuesto a escuchar la visión que el resto de compañeros de Sala tienen sobre un determinado asunto y estar predispuesto a llegar a acuerdos con ellos. De ahí, que nadie se extrañe si durante su mandato el magistrado José Manuel Maza tiene una actitud conciliadora y constructiva como nuevo fiscal General del Estado.
Este madrileño de nacimiento, pero segoviano de corazón, es un hombre con sentido de Estado, inteligencia aguda y gran cultura. De ideas conservadoras en determinadas cuestiones y más progresistas en otras, es licenciado en Derecho y en Historia por la Universidad Complutense de Madrid en 1973, diplomado en Criminología por la misma universidad y en Estudios Avanzados de Derecho Penal por la Universidad Europea de Madrid.
Maza es miembro de la carrera judicial desde 1975 y de la fiscal, de la que fue número uno de su promoción, aunque hoy se encuentra en excedencia
Además, José Manuel Maza es miembro de la carrera judicial desde 1975 y de la fiscal, de la que fue número uno de su promoción, aunque hoy se encuentra en excedencia. Tras pasar catorce años en la Audiencia Provincial de Madrid llegó en 2002 a la Sala de lo Penal del Supremo donde ocupó la plaza que dejó el magistrado Adolfo Prego. Dicha plaza pasó a ser de su propiedad en 2011.
Apasionado del golf y fiel seguidor del Atlético de Madrid, está separado y es padre un hijo varón. Le gusta pasar largas estancias en su casa de Segovia lo que no le impide acudir cada día a su despacho del Tribunal Supremo ni tampoco impartir conferencias sobre las últimas reformas jurídicas implantadas por el Gobierno de turno. Es un hombre comprometido con las reformas necesarias que necesita la Administración de Justicia.
Criticó las declaraciones de Fernández Díaz
Sobre todas sus cualidades –calificadas de "muchas" por sus compañeros de Sala- una brilla especialmente y es la actitud respetuosa, sincera y humilde con la que José Manuel Maza expresa siempre sus pensamientos.
Desde que llegó a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, debe resaltarse que fue uno de los magistrados que se opuso de forma férrea a la aplicación de la denominada doctrina Botín, en el caso de las cesiones de crédito que implicaba al ex presidente de Banco Santander Emilio Botín, porque consideraba que se restringía los derechos que la Constitución reconoce a la acción popular.
Es un hombre comprometido con las reformas necesarias que necesita la Administración de Justicia en nuestro país
Por otro lado, emitió un voto particular en contra de que se absolviese al ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por el caso de la Memoria Histórica discrepando del sentir de la mayoría de la Sala.
Recientemente, por ejemplo, Maza fue el ponente del auto que rechazó la querella que el sindicato Manos Limpias interpuso contra los líderes de Podemos Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y otros miembros del partido por financiación ilegal de Irán y Venezuela en base a un informe policial manipulado denominado informe PISA.
Quienes creen que va a ser un fiscal manejable por el Gobierno de Mariano Rajoy, deben saber que en 2014 fue uno de los trece magistrados de la Sala Segunda que firmó un insólito escrito ante las declaraciones formuladas por el ex ministro de Interior Jorge Fernández Díaz donde sugirió los jueces del Alto Tribunal habían cometido un delito de prevaricación al acumular las condenas al etarra José Luis Urrusolo Sistiaga. Maza, junto con otros jueces, sostuvo que dichas manifestaciones "no eran adecuadas" y que habían generado "desazón" en el seno del tribunal.
Entre los retos que le esperan como máximo jefe de los fiscales de nuestro país le tocará velar porque se cumpla la legalidad en Cataluña y porque se erradique la corrupción política que afecta de lleno a los principales partidos de España.