La Fiscalía ha pedido el archivo de la querella de Sergio Ríos, que trabajó como chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, contra el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, al que acusa de revelar información sobre el caso Kitchen al exsecretario de Estado Francisco Martínez.
En un escrito, adelantado por la SER y al que ha tenido acceso EFE, la fiscal Consuelo Madrigal solicita que se archive la querella contra Navarro por un delito de cohecho pasivo y de otro de revelación de actuaciones declaradas secretas porque "el apoyo meramente afectivo y moratorio a un amigo ni puede considerarse delictivo ni permite abrir una investigación penal".
Sergio Ríos considera que hay "indicios" de que Navarro pudo revelar información sobre el caso Kitchen a Martínez, "obstaculizando" la labor del juez que investigaba la causa.
La querella de Ríos, para quien la Fiscalía pide 12 años de prisión por este caso sobre el presunto espionaje parapolicial a Bárcenas para conseguir información que pudiese comprometer al PP, es especialmente dura con Navarro por los mensajes que se intercambió con Martínez, otro de los procesados, que se enfrenta a 15 años de cárcel, entre febrero de 2019 y enero de 2020, cuando la investigación estaba en marcha.
A lo largo de su querella reproduce muchos de esos mensajes, en los que ni los fiscales ni el juez del caso han visto delito y que el CGPJ ha rechazado investigar. En ellos Martínez pide constantemente información sobre cómo va discurriendo el procedimiento a Navarro, que suele responder diciéndole que intentará enterarse.
Ríos le acusa de cohecho por una cena en casa de Martínez con vino Vega Sicilia, pero la fiscal sostiene que "el contexto de la relación de amistad entre los interlocutores indica que se trata de una invitación a cenar los dos matrimonios" que "no puede integrar la dádiva, favor o recompensa de que habla el tipo penal", no solo por el valor del vino sino por la insistencia de ambos de ir a la casa del otro a cenar.
Es más, la cena se produce finalmente en casa de Navarro por lo que "queda patente que Navarro no quería ser invitado sino invitar".
La fiscal explica que "tampoco los mensajes de WhatsApp permiten sospechar que Navarro aceptara realmente o que asumiera la realización de acto alguno contrario a los deberes inherentes a su cargo", porque sus respuestas a Martínez "por su genérico laconismo" indican que "está dando largas y tratando de aplacar con llamamientos a la tranquilidad, la inquietud de un amigo".
"Pero sin facilitarle información alguna ni comunicarle datos de la causa de su interés ni suministrarle el asesoramiento o consejo técnico jurídico o estratégico. Solo le aconseja estar tranquilo", añade.
En cuanto al delito continuado de revelación de actuaciones secretas, la fiscal destaca que "la necesidad de Martínez de formular la misma pregunta a lo largo de los meses y la obtención de la misma respuesta elusiva en todas las ocasiones, muestran que Navarro no hizo ninguna gestión, no acopió ninguna información".
Las conversaciones de whatsapp "se limitan a llamadas a la serenidad y "demoran indefinidamente cualquier información a un momento ulterior e indefinido de futuro conocimiento que nunca llega", concluye la fiscal.
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