Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas de este domingo van a servir de ensayo para la gran cita de final de año, las generales. Erradicadas casi totalmente del escenario político autonómico las mayorías absolutas, los cuatro grandes partidos, los dos mayoritarios (PP y PSOE) y los dos emergentes (Podemos y Ciudadanos), tendrán que 'aprender' a gobernar con pactos.
En este baile de alianzas, emergen con fuerza los pactos de Gobierno para formar un polo de izquierdas. Pese al fracaso en Andalucía, donde ningún partido ha dado un paso adelante para aliarse con Susana Díaz para no retratarse de cara a los comicios de este domingo, un acuerdo PSOE-Podemos para asaltar la Moncloa a finales de año parece cada vez más posible.
La relativa moderación de la formación heredera del 15-M y el giro izquierdista dado por Pedro Sánchez en sus discursos para captar el voto más progresista está tendiendo puentes entre ambos grupos. Y llegado el momento del pacto para formar Gobierno, la confluencia de propuestas en temas energéticos es casi total. Sólo les distancian meros matices.
Iglesias y Sánchez tiene claro que la primera medida a tomar en el sector energético sería la paralización del proceso de reapertura de Garoña puesto en marcha por el PP, el cerrajo definitivo a la central burgalesa y el diseño de un plan para el cierre progresivo del resto de nucleares, coincidiendo con el final de la vida útil (40) años de los reactores.
Podemos ha moderado su discurso y entiende que no se pueden cerrar de golpe las centrales nucleares ni renacionalizar las compañías eléctricas
Según se desprende de sus programas electorales y de las propuestas concretas avanzadas en los últimos meses por diferentes líderes de las dos formaciones, el 'fracking' que el Gobierno de Rajoy ha 'legalizado' a través de la nueva Ley de Hidrocarburos tendría los días contados.
La extracción de gas y petróleo a través de los sistemas de fractura hidráulica, que algunos informes consideran contaminante, sería prohibida por el Gobierno de izquierdas, que además no permitiría nuevas prospecciones petrolíferas ni en Canarias ni en aguas de otras zonas de España (Baleares).
Apuesta por las renovables
El replanteamiento del modelo energético que impulsaría el nuevo Ejecutivo pasaría por recuperar la apuesta por las energías renovables, que potenciaría el desarrollo de nuevas instalaciones y, en paralelo, la vuelta de los ciclos combinados de gas ahora parados para ejercer de 'back up', para dar cobertura al sistema eléctrico cuando no haya generación renovable.
El cierre progresivo de las nucleares (aportan en torno al 20% de la generación del sistema) obligará a apostar más por las centrales térmicas, especialmente de gas, algo que gusta en el sector eléctrico. Sin tecnología de respaldo suficiente, un sistema apoya esencialmente en energías renovables sería inviable, defienden los expertos del sector.
La coincidencia de propuestas en temas como el fracking, las prospecciones petrolíferas o el autoconsumo en los hogares son casi totales
La marcada política antirrenovable llevada a cabo por el Gobierno de Rajoy y, en especial, por su ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, ha dejado convertido el sector en un erial tras las medidas aprobadas en 2014.
PSOE y Podemos quieren recuperar el impulso de energías como la fotovoltaica, la termosolar, la eólica, la biomasa y los residuos, pero con unos sistemas retributivos que garanticen una rentabilidad razonable real y eviten los excesivos sobrecostes pagados en los años de burbuja.
Peaje por autoconsumo
También Sánchez e Iglesias coinciden en defender al autoconsumo, la posibilidad de que los hogares y pymes puedan generar su propia electricidad con placas solares en sus tejados o jardines. Es un sistema limpio y permitiría a estos pequeños productores desligarse del recibo de la luz de sus eléctricas tradicionales.
Soria tiene previsto aprobar en junio un decreto que regula el autoconsumo, pero que a la vez acabará con él nada más nacer, porque impondrá un peaje de respaldo (cada pequeño productor tiene que pagar por verter o consumir energía de la red eléctrica) tan costoso que lo hará inviable.
Podemos es partidario de eliminar el peaje de respaldo, pero el PSOE considera que hay que mantenerlo sin que sea un obstáculo para el desarrollo del autoconsumo
Podemos es partidario de eliminar directamente ese peaje de respaldo, mientras el PSOE asume que la red eléctrica la tienen que pagar todos los productores, incluido los particulares, cada uno según su uso, siempre y cuando este peaje no suponga un obstáculo para el desarrollo del autoconsumo.
En otro frente que coinciden es en revisar el sistema de retribución de las centrales nucleares e hidroeléctricas. Según algunos expertos, estas plantas, todas ellas en manos de las grandes eléctricas, están amortizadas desde hace años y cobran del pool el precio máximo fijado por cada megavatio/hora generado. Esto hace que, según estas tesis, se embolsen cada año unos 2.000 millones de euros en 'beneficios caídos del cielo', dado que sus inversiones ya están amortizadas pero se llevan el precio máximo que se paga a otras tecnologías que no están amortizadas.
Esta es una medida tan polémica que ningún Gobierno se ha atrevido a afrontar hasta ahora. Si el nuevo Gobierno, de formarse, metiera mano en el asunto, la guerra eléctrica estaría servida.
PSOE y Podemos también se han mostrado combativos con la pobreza energética, que con la crisis económica ha afectado a unos 4 millones de hogares en España. El partido de Pablo Iglesias ha suavizado su planteamiento inicial de dar luz gratis a los hogares que estén en situación de pobreza energética extrema, como sí hizo el Gobierno de Alexis Tsipras nada más llegar al poder con 300.000 familias griegas. Podemos y PSOE coinciden en que habría que crear un fondo costeado por las eléctricas y el Estado para sacar de esta situación a los hogares más vulnerables.
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