La fragata Numancia de la Armada ha pasado diez días en un puerto de Yibuti por culpa de una avería que le impedía navegar. Fuentes militares consultadas por Vozpópuli detallan que España ha tenido que enviar un equipo de técnicos y las piezas necesarias para solucionar el problema, ubicado en la línea de ejes del buque, que culminaron sus labores con éxito este mismo jueves. Cabe recordar que la Numancia ya retrasó su vuelta a España porque la fragata Santa María, que debía relevarla en esta misión de lucha contra la piratería, sufrió un incendio en la Base Naval de Rota poco antes de su partida.
De acuerdo a los datos a los que ha tenido acceso este diario y que han confirmado fuentes oficiales, la fragata Numancia atracó en el puerto de Yibuti al término de su despliegue en la Operación Atalanta, desplegada por la Unión Europea en aguas del Índico para luchar contra la piratería. Se trata de una escala prevista y habitual, pero los efectivos a bordo de la fragata se encontraron con un problema sobrevenido que frustraba el retorno a España.
El origen del problema estaba en la línea de ejes, una parte de especial complejidad y que afecta directamente a la navegación del buque. Al no disponer de los medios necesarios para su reparación, se gestionó el traslado de un equipo de especialistas hasta Yibuti que llevaban consigo las piezas necesarias para la reparación.
Segundo retraso
La dificultad de la avería ha obligado a que los técnicos se desempeñen durante varias jornadas. Fuentes oficiales afirman a este diario que, tras numerosos esfuerzos, este mismo jueves se llevaron a cabo las pertinentes pruebas de navegación que concluyeron con éxito, garantizando las condiciones de seguridad de la Numancia, por lo que por fin se emprendió el viaje de regreso a España.
Con esta avería, la fragata suma un nuevo retraso a la fecha inicialmente prevista para concluir con su misión. La primera tuvo lugar tras declararse el pasado 7 de octubre un incendio a bordo de la fragata Santa María, que debía sustituirla en la Operación Atalanta, poco antes de partir desde la Base Naval de Rota.
No hubo que lamentar ningún herido, pero los daños sí fueron de consideración. En poco más de tres semanas, la Armada logró reparar el hangar afectado del buque, concluir las pruebas de navegación y enviar al buque rumbo al Índico, en una travesía que actualmente se está efectuando.
La misión de la fragata 'Atalanta'
La fragata Numancia partió el pasado mes de junio desde Rota para incorporarse en junio a la Operación Atalanta de la Unión Europea, la misión naval desplegada en aguas del Índico para luchar contra la piratería que en años pasados causó estragos entre los buques que navegaban por la región.
En el caso español son de sobra conocidos los casos de los atuneros vascos Alakrana y Playa de Bakio. Pese a reducirse sustancialmente la piratería en la región, la Unión Europea considera actualmente que se trata de una actividad criminal “durmiente” y que una hipotética retirada de los medios navales desplegados supondría el retorno de los secuestros y asaltos marítimos.
Durante su despliegue en aguas del Índico, la Numancia ha desarrollado numerosas intervenciones relacionadas con la seguridad marítima. Entre ellas, la escolta de un buque del Programa Mundial de Alimentos durante su tránsito por el norte del Golfo de Adén hasta el Mar Rojo. También ha remolcado a puerto a un buque que llevaba diez días sin propulsión y con escasez de agua y comida.
La Unión Europea puso en marcha la Operación Atalanta en el año 2008, coincidiendo con los momentos de mayores riesgos para la seguridad naval en el Índico. Desde entonces, España ha participado de forma continuada con el despliegue de buques militares y medios aéreos.
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