Declaraciones, reconocimientos... y los datos de geolocalización de un teléfono. La petición de 6 años y un día de cárcel para Francisco Franco Martínez Bordiú, 'Francis', por el grave suceso ocurrido en abril de 2012 en Teruel que acabó con un vehículo patrulla de la Guardia Civil embestido y agente lesionado, se sustenta en seis indicios que ya el juez instructor apuntaba en el auto de mayo por el que decidió enviar a juicio la causa. Entre ellos se encuentra la identificación que los dos integrantes del Instituto armado hicieron del conductor del Toyota Hiliux que les arrolló, los testimonios prestados por varios testigos y, sobre todo, la información que han facilitado 29 antenas de telefonía móvil que sitúan el teléfono que habitualmente utilizaba el nieto del dictador en la zona y en la franja horaria en las que se produjo la persecución y posterior huida a bordo de un segundo automóvil. En su defensa, Francis Franco ha asegurado que dicho terminal se la dejó olvidado en su finca cuando se marchó a Madrid el día anterior al suceso y que aquella madrugada él se encontraba en la capital, como ha intentado demostrar con testigos. Sin embargo, ni el juez ni el Fiscal han dado credibilidad a su coartada y en los próximos meses se tendrá que sentar en el banquillo acusado de un delito de atentado contra la autoridad y otro contra la seguridad vial, lo que puede suponer su ingreso en prisión.
Francis Franco ha reconocido ante el juez que el teléfono móvil geolocalizado en la zona donde se produjo la persecución lo utilizaba él aunque se escuda que lo olvidó en su finca de Teruel cuando regresó a Madrid un día antes
El móvil que ha centrado buena parte de las pesquisas que han durado más de cuatro años es el número 696 83X XXX que no figuraba a nombre del 'nietísimo', sino de una de las empresas de la familia, Deza Control SL, una sociedad con sede en Madrid y cuya actividad declarada es la promoción inmobiliaria. Sin embargo, fue el propio Francis Franco quien reconoció en su declaración ante el juez de Instrucción de Calamocha que había utilizado "habitualmente" dicho teléfono. Un informe de la Guardia Civil incorporado a la causa revela que durante la madrugada del 30 de abril de 2012, cuando se produjo el suceso, dicho terminal "se activó a lo largo del día, por llamadas telefónicas o conexión a internet, en la zona localización BTS" de nada menos que 29 antenas de telefoní de la zona donde se desarrollaron los hechos. En concreto, el sumario recoge que en las estaciones de Daroca, Val de San Martín, San Martín del Río, San Bernabé, Ferreruela de Huerva, Caminreal, Lechón, Plenas, La Herrera, Cortes de Aragón, Azuara, Ventas/Muniesa, Sastago, Lecera, El Lobo, Belchite, Fuentetodos, Villanueva de Huerva, Picacho, La Almunia, La Perdiz, Morata, El Frasno, Valtorres, Calatayud, Malanquilla, Sediles, Villarroya de la Sierra y Torrepaja.
Estas antenas de telefonía facilitaron cobertura al móvil presuntamente usado por Francis Franco. Primero mientras el todoterreno que supuestamente conducía el nieto del dictador era perseguido por la Guardia Civil, en un recorrido que se inició en el kilómetro 210 de la carretera N-234, siguió por Burbáguena, Ferreruela y Lagueruela, y acabó en la pista en Collados en la que los guardias civiles le dieron el alto. Pero también en la segunda parte de la huida, la que se desarrolló después de que los dos ocupantes del vehículo hubieran dado esquinazo a la Guardia Civil y hubieran abandonado el coche en la localidad de Bea. Allí y fueron recogidos en otro automóvil por uno de los testigos claves de la causa, Iván L., para ser trasladados a otro lugar.
En su primera declaración ante la Guardia Civil, este joven admitió que aquel día acudió a por Francis Franco y el empleado de éste que le acompañaba, el ciudadano rumano Nicolae Silviu Rosca, también encausado, y los trasladó hasta el municipio de Cariñena. En aquel testimonio, que al día siguiente rectificó por escrito ante el juzgado, detalló a los agentes cuál había sido el camino que siguió con sus dos acompañantes, y que durante cerca de hora y media, les llevó dando un rodeo por Fonfría, Rudilla, Huesa del Común, Plou, Muniesa, Lécera, Belchite, Fuendetodos y Villanueva de Huerva, hasta terminar en Cariñena. La geolocalización de su móvil, en cuya agenda aparecía precisamente el teléfono de la empresa de la familia Franco junto al nombre 'Francis', confirmaron dicho recorrido. También, que en ese trayecto iba 'acompañado' del terminal del 'nietísimo' como han delatado las antenas.
"Que los sacara de allí"
En aquella primera versión, este testigo aseguró que esa mañana, "sobre las ocho u ocho y media", le llamó por teléfono el ciudadano rumano también procesado, y para el que la Fiscalía pide cuatro años de cárcel, para que fuera "a recogerlos" al pueblo de Bea. "Estaban allí él y Francis", admitió ante los agentes, a los que añadió que "se montaron rápidamente a su vehículo y Francis me dijo que los sacara de allí". Incluso detalló que los encontró "en la carretera que cruza el pueblo, antes de llegar al bar o casa rural que había", para después aclarar que nunca supo por qué le habían llamado y que simplemente pensó que habían tenido un accidente con su automóvil. Las investigaciones han corroborado esta primera declaración ya que han permitido constatar que la llamada para que los recogiera desde el teléfono de Nicolae Silviu al de Ivan L. (realmente este terminal figura a nombre de su padre, pero ambos han coincidido en que lo utilizaba el joven) se había producido en aquellas horas del 30 de abril de 2012.
Las antenas de telefonía también han confirmado la presencia en la zona de los móviles que utilizaban el copiloto y el joven que recogió a los ocupantes del todoterreno en la localidad donde abandonaron éste
También clave en el caso es el testimonio de los dos guardias civiles que fueron arrollados en el suceso y que creyeron reconocer al 'nietísimo' como la persona que estaba al volante. Uno de ellos aseguró al juez que tras el incidente consultó en Internet imágenes del familiar del dictador y reafirmó su convicción de que Francis Franco era la persona que había visto al volante del coche, aunque no pudo asegurarlo al 100%. El otro agente señaló en su declaración que vio a través del retrovisor al hombre que ocupaba el asiento del conductor, aunque de espaldas. A pesar de ello, también tuvo la impresión de que podía ser el 'nietísimo' por el aspecto de la coronilla. Ambos agentes declararon que ese día llegaron a comentar entre ellos el parecido entre el hombre que conducía el vehículo que los había embestido y el nieto del dictador.
TTreinta kilómetros de persecución
Los hechos que han colocado a Francis Franco al borde del banquillo se remontan a las primeras horas de la madrugada del 30 de abril de aquel año, cuando una patrulla de Tráfico del Instituto armado divisó un Toyota Hilux pick-up con dos personas en su interior que circulaba sin luces a la altura del kilómetro 210 de la carretera N-234. Cuando los agentes le dieron el alto para advertirle de la infracción, el conductor emprendió la huida a gran velocidad, según se recogía en las diligencias instruidas por la Guardia Civil entonces. En las mismas se destacaba que en su fuga, el vehículo se saltó varias señales de stop e, incluso, realizó un temerario cambio de sentido para intentar escapar por una pista rural. Tras cerca de 30 kilómetros de persecución, los agentes consiguieron dar alcance al todoterreno cerca de la localidad turolense de Collados, en un cruce en el que éste se había visto obligado a detenerse.
Siempre el relato de los hechos que sostienen el juez y la Fiscalía, los guardias civiles observaron entonces que el copiloto tenía en sus manos lo que parecía ser la funda de una escopeta de caza. Por ello, uno de los dos agentes descendió del coche patrulla y, pistola en mano, solicitó a los desconocidos que soltaran el arma y descendieran del todoterreno. En ese momento, según se recoge en los escritos, el coche de los fugitivos arrancó marcha atrás y comenzó a "empujar el vehículo policial [lo arrastró una quincena de metros] con la intención de volcarlos o sacarlos (sic) del camino". Posteriormente, huyó por el monte sin que la patrulla de la Guardia Civil pudiera alcanzarlo. Finalmente, el Toyota Hilux fue localizado al mediodía en la localidad de Bea. Estaba cerrado, sin llaves y sin rastro de sus ocupantes.