El magnate ruso Mikhail Fridman está siendo investigado por partida doble en la Audiencia Nacional. A las investigaciones sobre las presuntas "maniobras" empresariales que llevaron a la ruina a la mercantil española Zed WorldWide se han sumado esta semana las pesquisas sobre las supuestas irregularidades cometidas por LetterOne Investment Holdings para provocar la caída de DIA. En ambas situaciones se acusa al empresario de estar detrás de la quiebra de las sociedades con la intención de hacerse con ellas a bajo coste.
Aunque Fridman es el común denominador en ambas causas, las averiguaciones se dirigen desde despachos distintos de la madrileña Plaza Villa de París. El 'caso Zed' está a cargo del titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Manuel García-Castellón. El 'caso DIA' se instruye en el juzgado número 4 bajo la tutela del magistrado José Luis Calama. En el primero, se acordó seguir la investigación por una denuncia del empresario español Javier Pérez-Dolset; en el segundo, por una denuncia anónima.
Fridman ya compareció en sede judicial por uno de los casos. En el interrogatorio, que tuvo lugar el 21 de octubre, el empresario negó haber tenido capacidad decisoria en las empresas a las que se les atribuye la asfixia de Zed WorldWide hasta llevarla a concurso de acreedores.
En el 'caso DIA' el multimillonario aún no ha sido citado a declarar, pero esta misma semana el juez Calama ha pedido que se dé traslado de la denuncia y la documentación adjunta al propio Fridman y a la sociedad Letterone. Fuentes cercanas al empresario han asegurado a Vozpópuli que las acusaciones en esta causa "son totalmente falsas y difamatorias". "Estas supuestas alegaciones sobre DIA parecen reflejar una serie de acusaciones falsas ya hechas por Javier Pérez-Dolset sobre Zed", han asegurado las mismas fuentes.
Primero "asfixiar"
En las dos investigaciones coincide el presunto modus operandi del multimillonario ruso. Según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público, Fridman incidió en las decisiones de las mercantiles Vimpelcom (ahora Veon) y Amsterdam Trade Bank para llevar a la española Zed a la "asfixia económica".
El fiscal José Grinda considera que el complejo entramado societario controlado por el magnate llevó a cabo una "absorción ilegal" mediante la combinación de estrategias que terminaron en el "bloqueo institucional y económico" de Zed. Estas "maniobras" serían constitutivas de delitos de maquinación para alterar el precio de las cosas, administración fraudulenta, insolvencia punible y corrupción en los negocios.
Según la denuncia que se investiga en el Juzgado Central de Instrucción número 4, Fridman habría hecho lo mismo con DIA a través de un "entramado societario criminal". En concreto, se acusa a Letterone Investment Holdings -dirigida por el empresario- de haber mantenido "una elevada tensión financiera con el objeto de lograr la baja cotización de las acciones hasta lograr la compra de la compañía".
Agentes de la Policía Judicial explican en un informe citado por el Supremo que la sociedad de Fridman habría mezclado "personas físicas y jurídicas de diversas nacionalidades", una práctica que "acrecienta la complejidad de las labores de investigación". Los investigadores admiten que las operaciones del magnate ruso "están supervisadas intensamente" en países como Estados Unidos, Reino Unido y Holanda; y advierten de que "en España campa a sus anchas".
Luego comprar
Según coinciden las denuncias y la Fiscalía Anticorrupción, la "asfixia económica" es el paso previo al presunto objetivo: la compra a bajo coste. El Ministerio Público considera que Fridman aprovechó su posición de privilegio en Zed para forzar su insolvencia y poder adquirirla posteriormente por un "precio irrisorio", 20 millones de euros, una cantidad muy inferior al de mercado.
En el caso de DIA, el Supremo considera -apoyado en el informe policial- que la estrategia del empresario era "generar una situación de conflicto, provocar situaciones de bloqueo y a su vez de iliquidez a corto plazo en la compañía, con el fin de bajar la cotización de las acciones de la compañía y lanzar una oferta de compra de la compañía depreciada".
Desde del equipo de Fridman insisten en que se trata de "acusaciones falsas". Ambos jueces de instrucción deberán continuar cada uno por separado con sus respectivas pesquisas antes de determinar si se archiva alguna causa -o ambas- o si el empresario va al banquillo -por una o por las dos-.
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